TEXTO DE MEDITACIÓN

Las Diversiones Traen un Diluvio de Tentaciones

Nuestra lectura hoy comienza en el segundo párrafo de la página 34 de Palabras de Vida del gran Maestro.

"Aun a la iglesia, que debe ser el pilar y fundamento de la verdad, se la halla estimulando el amor egoísta del placer. Cuando se debe obtener dinero para fines religiosos, ¿a qué medios recurren muchas iglesias?--A los bazares, a las cenas, las exposiciones de artículos de fantasía, aun a las rifas y recursos similares. A menudo el lugar apartado para el culto divino es profanado banqueteando y bebiendo, comprando, vendiendo y divirtiéndose...La persecución de los placeres y las diversiones se centraliza en las ciudades. Muchos padres que se establecen en la ciudad con sus hijos, pensando darles mayores ventajas, se desilusionan, y demasiado tarde se arrepienten de su terrible error. Las ciudades de nuestros días se están volviendo rápidamente como Sodoma y Gomorra...La juventud es arrebatada por la corriente popular. Aquellos que aprenden a amar las diversiones por las diversiones mismas, abren la puerta a un alud de tentaciones...Son guiados de una forma de disipación a otra, hasta que pierden tanto el deseo como la capacidad de vivir una vida útil."

Oremos por ambos los padres y los hijos, por la iglesia misma en su decadencia mas baja esta animando la mundanalidad por sus impíos métodos de levantar dinero; la casa de Dios es profanada, y las ciudades se están volviendo como Sodoma y Gomorra. Oremos para que nosotros como padres y guardianes nos mantengamos cerca del maestro y busquemos la ayuda Divina al traer los hijos en el orden de Dios, porque su misma salvación está en riesgo.

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TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

SÁBADO, DICIEMBRE 20, 1947

CAPILLA DE MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

"Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del espíritu Santo." Hech. 2:38.

El pase para el bautismo, vemos, es el arrepentimiento. El bautismo es por consiguiente la puerta a la iglesia. Luego sigue el don del Espíritu santo.

Ahora por lo tanto surge la pregunta, ¿de qué se debe uno arrepentir?--generalmente hablando, la respuesta sería, Arrepentirse de pecar. Esto es verdad, pero ¿cómo podemos saber lo que es pecado? De nosotros mismos no lo sabemos, declara la Inspiración:

"Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que arta la tierra, y la hace germinar y

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producir, y da simiente al que siembra, y pan al que come; Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mi vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié." Isa. 55:7-11.

Inspiración, además, muestra que al estudiar las Escrituras Jesús mismo aprendió la diferencia entre lo malo y lo bueno:

"Por tanto el mismo Señor dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, para que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno." Isa. 7:14, 15.

Estos versos ciertamente predicen el primer advenimiento de Cristo, porque los Escrituras también dicen que Cristo comió de cualquier alimento permitido que se le ponía ante él: "Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen : Demonio tiene. Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores. Mas la sabiduría es justificada por sus hijos." Mat. 11:18, 19.

La mantequilla y la miel, entonces, deben ser simbólicos, ¿y que pueden simbolizar sino la Palabra de Dios, la fuente de la cual Jesús aprendió a elegir lo bueno y rechazar lo malo? El ha puesto el ejemplo, y Inspiración claramente amonesta que "mantequilla y miel comerá el que quedare en medio de la tierra." Isa. 7:22. Obviamente, los que no comen esta mantequilla y miel espiritual serán quitados del camino, no quedarán en la tierra. "Por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y se disminuyeron los hombres." Isa. 24:6

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Si, aun después que los pecadores son quitados de la tierra, los justos en el Señor, los que son dejados, continuaran estudiando la inagotable Palabra de Dios. Claramente, entonces, para que alguien concluya que ya conoce la Biblia, que no hay mas para que él aprenda, es en verdad blasfemar mientras el rollo se desenrolla.

¿Cómo describe la Palabra el pecado?--encontramos la respuesta en las siguientes escrituras:

"Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es trasgresión de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Cualquiera que permanece en él no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, no os engañe ninguno; el que hace justicia, es justo, como él también es justo. El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el hijo de dios, para deshacer las obras del diablo. Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no hace justicia, y no ama a su hermano, no es de Dios." 1 Juan 3:4-10.

"Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él. Mas el que guarda su palabra, el amor de Dios está verdaderamente perfecto en él; por esto sabemos que estamos en

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él. El que dice que está en él, debe andar como él anduvo." 1 juan 2:3-6.

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido a abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres; muy pequeño será llamado en el reino de los cielos. Mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Oíste que fue dicho a los antiguos: No matarás; mas cualquiera que matare, será culpado del juicio." Mat. 7:17-21.

"Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del Espíritu, vida y paz. Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede." Rom. 8:6, 7.

"Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: mas veo otra ley en mis miembros, que se revela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de

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mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado." Rom. 7:19-25.

De estos versos de la escritura vemos que la ley de los diez mandamientos, la ley eterna que siempre fue y siempre será, es la ley que define el pecado, y que juzga al hombre bueno o malo. Ahora, puesto que toda la humanidad ha quebrantado esta ley, todos están condenados a muerte eterna, pero agradecemos a Dios que Jesús murió por nosotros y resucito, haciendonos libres de la condenación de la ley. Si, su muerte y resurrección nos hacen a todos libres de la muerte que la trasgresión de la ley impone.

Todos los que se arrepientan de quebrantar la ley, y le acepten a él como su salvador, se levantan en novedad de vida. Una vida que está en harmonía con la ley es verdaderamente la justicia de Cristo. Ellos, además, no pecan, su salvación está asegurada porque, dice el apóstol Juan, "Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el justo"--1 Juan 2:1. Por lo tanto no puede pecar, o estar en pecado. Es justo en el Señor.

Hasta que el Señor nos tome de regreso a nuestra tierra, para cambiar allí nuestros corazones y escribir en ellos su ley (Eze. 36:24-28), hasta entonces la lucha en la cual el mismo apóstol Pablo se encontraba-- una lucha para obedecer la ley del Espíritu mientras que la ley de la carne se le opone--será nuestra suerte. Pero agradecemos a Dios quien nos da poder para vencer día tras día en el Señor nuestro salvador.

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Aunque caigamos siete veces al día, aunque pequemos involuntariamente, si nos levantamos y corremos la carrera ganaremos. No podemos perder, porque tememos un Abogado, Jesucristo, el Justo. Por lo tanto nuestra aseguranza de salvación está garantizada.

De aquí en adelante, amonesta juan el Bautista, no deberíamos ser como los escribas y fariseos: "Y viendo él muchos de los fariseos y de los saduceos, que venían a su bautismo, decíales: Generación de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que vendrá? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros: A Abrahán tenemos por padre: porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos a Abrahán aun de estas piedras." Mat. 3:7-9.

Aquí vemos que los que desean ser bautizados deben primero probarse a si mismos arrepentidos, dignos. Debe verse que han renunciado a sus pecados, y que están viviendo en novedad de vida. Además, no deben pensar que Dios los necesita a ellos, que él no la puede hacer sin ellos, sino que ellos lo necesitan a él, porque si hay necesidad él puede crear gente de piedras.

Buscar el bautismo como camino de escape del infierno, no es nada mas que repetir los hechos de los Fariseos. El bautismo debe ser visto como la manera para llegar a ser un hijo de Dios, para llegar a ser un ser eterno, inmortal. El bautismo, vemos, es una renunciación publica del pecado, y la certificación de bautismo; con el don de la justicia del Señor, tiene libre curso a las puertas de la Iglesia.

Para preparar sus candidatos en perspectiva para el bautismo, Jesús primero les enseñaba las cosas registradas

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en Mateo, capítulos 5, 6 y 7, el sermón del monte. Aun después del bautismo haríamos bien en leer estos capítulos con frecuencia, para que no nos olvidemos.

Después de que hemos recibido dignamente el bautismo del agua debemos esperar paciente y confiadamente el bautismo del Espíritu Santo y de fuego. Esta promesa, veremos ahora, recibieron los discípulos en el día de Pentecostés.

"Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que oíste, dijo, de mí. Porque Juan a la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el espíritu Santo no después de muchos días de estos." Hech. 1:4, 5.

"Entonces se volvieron a Jerusalén del monte que se llama del olivar, el cual está cerca de Jerusalén camino de un sábado. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Jacobo. Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos." Hech. 1:12-14.

"Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el espíritu les deba que hablasen." Hech. 2:3, 4.

Nunca desde ese día han sido así bautizados los hombres con el Espíritu Santo y fuego. Verdaderamente,

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nunca podrían haber sido, porque nunca desde entonces un grupo de Cristianos, una iglesia, ha llegado a una unidad. Sin embargo hay una promesa para otro bautismo semejante después que la "lluvia temprana y tardía" caiga sobre el pueblo de Dios, después que su pueblo alcance la completa madurez espiritual.

"Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio(el primer mes-versión inglés)....y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros mancebos verán visiones. Y aun también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días." Joel 2:23, 28, 29.

La declaración, "sobre toda carne," muestra que como un pueblo, sin excepción, todos recibirán otra vez el bautismo del Espíritu Santo.

Esta escritura muestra, además, que la manifestación del Espíritu, en el segundo Pentecostés, será mucho mas grande que la primera, que en comparación la primera fue simple.

¿Cuándo será esto?--Tendrá que ser tan pronto como Dios pueda tener una compañía de pueblo que "vea ojo a ojo" (Isa. 52:8) sus propias así-llamadas buenas obras no son sino trapos sucios, y estén así de un acuerdo. La única compañía tal en profecía, sabemos, es los 144,000, los primeros frutos, los siervos de Dios que están sobre el Monte Sión con el cordero sin engaño en sus bocas (Apo. 14:1, 4, 5). Para lograr tal estado feliz y santo la iglesia debe experimentar un poderoso reavi-

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vamiento y reforma, un zarandeo, un sacudimiento tal como nunca lo ha experimentado todavía. Si, si cada uno dejara sus ideas y opiniones privadas, esto verdaderamente traería el mas grande reavivamiento y reforma desde el día de Pentecostés. Esto es lo que debe tomar lugar ahora, y debe tomar lugar exactamente como lo revela la siguiente Escritura:

"Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir. Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que está vuelta al aquilón, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lienzo, el cual traía a su cintura una escribanía de escribano; y entrados, paráronse junto al altar de bronce....Y díjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid. No perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno. Mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis. Y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo." Eze. 9:1, 2, 4-6.

"Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el testimonio directo que exige el consejo del Testigo fiel dio a la iglesia de Laodicea. Moverá este consejo el corazón de quien lo reciba y le inducirá a exaltar el estandarte y a difundir la recta verdad. Algunos no soportarán este testimonio directo, sino que se levantarán contra él, y esto es lo que causará un zarandeo

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en el pueblo de Dios."--Primeros Escritos, p. 270.

"'Dios demanda un reavivamiento y una reforma espirituales. Amenos que suceda esto, los que son tibios serán cada vez más detestables para el Señor hasta que él rehúse reconocerlos como a sus hijos.

"Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. Reforma significa una reorganización, un cabio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas. La reforma no producirá los buenos frutos de la justicia a menos que esté relacionada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de efectuar su obra asignada y deben entremezclarse al hacer esta obra.'" Mensajes Selectos, Vol. 1, p. 149.

Con semejante compañía de siervos sin engaño traída a la luz, el tema viene ha ser incuestionablemente claro. Ellos pueden proclamar el "Evangelio eterno" con poder, el evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones. De los que escapan la matanza (Isa. 66:16), los que son sin engaño, el Señor dice:

"Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las gentes, a Tarsis, a Pul y Lud, que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las islas apartadas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria entre las gentes. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por presente a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová,

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al modo que los hijos de Israel traen el presente en vasos limpios a la casa de Jehová." Isa. 66:19, 20.

"Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas las gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos." Apo. 7:9.

Ahora escuchemos como fue bautizado Jesús, y que podemos esperar nosotros después del bautismo del agua y antes del bautismo del Espíritu:

"Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y los cielos fueron abiertos, y vio el Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y he aquí una voz del cielo que decía: Este es mi hijo amado, en el cual tengo contentamiento." Mat. 3:16, 17.

Habiendo sido bautizado por inmersión, y habiendo salido directamente del agua, inmediatamente Jesús fue llevado para ser tentado del Diablo.

"Entonces Jesús fue llevado del Espíritu al desierto, para ser tentado del diablo. Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Y llegándose a él el tentador, dijo: Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan. Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le pasa a la santa ciudad, y le pone sobre las almenas del templo, Y le dice: Si eres hijo de Dios, échate

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abajo, que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra. Y Jesús le dijo: Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le pasa el diablo a un monte muy alto, y le muestra los reinos del mundo, y su gloria, Y dícele: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás. El diablo entonces le dejó. Y he aquí los ángeles llegaron y le servían." Mat. 4:1-11.

Aquí está nuestro ejemplo. Después del bautismo del agua, las tentaciones y victorias han de ser nuestra suerte, también. Jesús, vemos, enfrentó al Diablo con un "Así dice el Señor," con lo que estaba escrito. Si no nos interesamos a nosotros mismos en la Biblia tanto como él estaba interesado en ella, si no estudiamos para saber lo que él tiene para que hagamos nosotros, ¿cómo, entonces, podemos encarar nuestras tentaciones y salir victoriosos? ¿Es de sorprenderse que muchos después del bautismo caen del camino? Se apartan de la única cosa que los haría fuertes en la fe, ver a Dios dandoles victorias gloriosas, no sabiendo que después de una tormenta de agua y viento, brilla el sol y viene la calma. Job fue probado hasta el limite, pero ganó la victoria, y después recibió doble por todas sus perdidas. ¿Porqué no podemos nosotros?



Habiendo obtenido la victoria sobre su tentación, Jesús no fue molestado mas por el Diablo. Y Job y todos los grandes hombres de Dios por experiencia encontraron el mismo alivio de Satanás.

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Nuestra posición contra el pecado, por consiguiente, debe ser definida, sin la mas leve inconstancia. Nosotros, también, debemos dejar saber al Diablo que estamos resueltos, si hemos de encontrar paz.

"Por lo tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de las obras muertas, y de la fe en Dios. De la doctrina del bautismo, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno. Y esto haremos a la verdad, si Dios lo permitiere. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, Y así mismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero, Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole a vituperio." Heb. 6:1-6. Hacer reservación para el pecado, es como si fuera escavar su propia tumba eterna.

Ahora, queremos saber cuantos bautismos enseña la Biblia. "Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados a una misma esperanza de vuestra vocación. Un Señor, una fe, un bautismo." Efe. 4:4, 5.

Si, hay solo una clase de bautismo, y uno necesita ser bautizado solo una vez, si es bautizado correctamente. Por su puesto si uno apostata de la fe, y viene a ser como era antes del bautismo,--un pagano--puede ser permisible ser rebautizado si el tal encontraría arrepentimiento y se reconvierte.

Rebaurizarse, sin embargo, no se requiere cuando uno hace un paso adelante en la Verdad. Por ejem-

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plo, supongamos que el Apóstol Pablo halla vivido desde el día que fue bautizado hasta hoy. Consiguientemente él habría venido a ser un miembro de las iglesias en la Reforma,--primero los Luteranos, luego los Presbiterianos, los Metodistas, los Bautistas, los Adventistas, etc., como el desarrollo de la Verdad le halla guiado de una denominación a la otra. Sin embargo él no tendría que haber sido bautizado por progresar de una denominación a la otra con la siempre creciente Verdad.

¿En quién debemos ser bautizados?

"Por tanto, id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo." Mat. 28:19.

"Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre; no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno." 1 Juan 5:6, 7.

cuando somos bautizados en el nombre (singular, no "nombres") del Padre, Hijo, y Espíritu Santo, somos bautizados en nuestro Hacedor, la sangre, y la Verdad, y estos tres son Uno. Así somos bautizados en el "nombre," no nombres, porque estos tres son uno--La Trinidad--Creación, Redención, Verdad.

La mayoría de la gente, sin embargo, actúa como si fueran bautizados para la iglesia, para una sociedad, para Pablo o para Apolos, por así decirlo, pero nosotros como reformadores y creyentes de la Verdad Presente, debemos ir con la Verdad a donde quiera que nos guíe, recordando siempre

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que hemos sido bautizados para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Si esto no es verdad de nosotros, entonces es cierto que nunca avanzaremos mas allá en el conocimiento de Dios, Cristo, o su Verdad,--no, no mas allá de lo que estábamos el día que fuimos bautizados. Los que hacen esto llegan a ser enanos en lugar de Cristianos en desarrollo, nunca alcanzan la plenitud de la estatura de Cristo, porque están satisfechos de ser lo que son; no sienten necesidad de nada mas de lo que obtuvieron al bautizarse; son tan inmovibles como eran los sacerdotes, escribas, y Fariseos en los días de Jesús. Dios no permita que alguno de nosotros se pierda.

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