TEXTO PARA MEDITACIÓN

No Seamos Oidores Pedregosos

Está tarde comenzaremos a leer en la página 27 de Palabras de Vida del Gran Maestro:

"Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo. Mas no tiene raíz en sí, antes es temporal que venida la aflicción o la persecución por la palabra, luego se ofende.

"La semilla sembrada en lugares pedregosos encuentra poca profundidad de tierra. La planta brota rápidamente, pero la raíz no puede penetrar en la roca para encontrar el alimento que sostenga su crecimiento, y pronto muere. Muchos que profesan ser religiosos son oidores pedregosos. Así como la roca yace bajo la capa de tierra, el egoísmo del corazón natural yace debajo del terreno de sus buenos deseos y aspiraciones. No subyugan el amor propio. No han visto la excesiva pecaminosidad del pecado, y su corazón no se ha humillado por el sentimiento de su culpa. Esta clase puede ser fácilmente convencida, y parecen ser conversos inteligentes, pero tienen sólo una religión superficial."

Hay una clase de gente que es muy susceptible a la Verdad Presente, pero que, tan pronto como se levanta la persecución, reproche, inconveniencia y pruebas, inmediatamente retractan su posición. La Verdad no tiene raíz en los tales, y pronto se marchita de sus mentes y corazones. Ahora arrodillemonos y oremos por profundidad de tierra en nuestros corazones, que nosotros retengamos nuestra fe, nuestras convicciones, bajo cualesquier circunstancias.

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¿QUE ES LA REVELACIÓN O EL APOCALIPSIS

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF,

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL 7MO. DÍA

SÁBADO, OCTUBRE 18, 1947

CAPILLA DE MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

Para recibir El Apocalipsis, el último libro de la Biblia, Juan fue tomado dos veces en el Espíritu. Para ver esto leeremos Apo. 1:10, y 4:2.

Apo. 1:10--"Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta."

Esta es la primera vez que Juan está en el Espíritu, y mientras recibió Apocalipsis capítulos 1, 2 y 3.

Apo. 4:2--"Y luego fui en Espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado."

Esta es la segunda vez que Juan está en el Espíritu, el tiempo en que recibió Apocalipsis capítulos 4 al 22.

Los primeros nueve versos del capítulo 1 contienen la introducción de Juan al libro, y es un breve resumen de lo que miró. Los versos restantes del capítulo 1 contienen la introducción del Señor al Apocalipsis, después de la cual en los capítulos 2 y 3 es dado un mensaje especial para ser entregado a las siete iglesias. Esto es todo lo que Juan vio mientras estaba en el Espíritu la primera vez.

Ahora viniendo a Apocalipsis capítulos 4 y 5, leemos lo que Juan vio la segunda vez que estaba en el Espíritu.

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Apo. 4--"Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá y te mostraré las cosas que han de ser después de éstas. Y luego fui en Espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado. Y el que estaba sentado, era al parecer semejante a una piedra de jaspe y de sardio; y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro sillas; y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces. Y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.

"El primer ser viviente era semejante a un león; y el segundo, semejante a un becerro; y el tercero tenía cara como de hombre; y el cuarto, semejante a un águila volando. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir. Y cuando aquellos seres vivientes daban honra y gloria y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás, Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud; porque tú creaste todas las cosas, y

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por tu voluntad tienen ser y fueron creadas."

Apo. 5--"Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos. Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro ni mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque no había sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha venido para abrir el libro, y desatar sus sellos.

"Y miré, y he aquí en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra. Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación. Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

" Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes,

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y de los ancianos; y la multitud de ellos era de millones de millones, Que decían en alta voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder y riquezas y sabiduría y fortaleza y honra y gloria y alabanza. Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, el poder, para siempre jamás. Y los cuatro seres vivientes decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre su rostro, y adoraron al que vive para siempre jamás."

Vemos que los capítulos 4 y 5 contienen una escena de un evento especial el cual causa que el libro sea desatado. Lo que salió del Libro es, en el más completo sentido, la Revelación de Jesucristo, del único quien era digno de abrir el Libro.

Así es que "La Revelación de Jesucristo" comienza con el capítulo seis y termina con el último capítulo del Libro, los capítulos en los cuales están registradas las cosas que revela el desatar los siete sellos. Si, la Revelación consiste de las cosas que fueron selladas con los siete sellos.

Es claro ahora que es "La Revelación de Jesucristo que Dios le dio;" esto es, a Jesús Dios le dió el Libro. Jesús lo tomó, desató los sellos con los cuales estaba sellado y reveló las cosas que nadie podía revelar sino sólo él. Los Siete Sellos, por lo tanto, cubren toda "La Revelación de Jesucristo que Dios le dio," y consiste de de las cosas que salieron del Libro. La Revelación, además,

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es en siete partes, porque cada uno de los sellos descubre una cierta parte de la Revelación: El primer sello descubre o revela las cosas registradas en el capítulo seis, verso dos; el segundo sello revela las cosas del verso cuatro; el tercer sello revela las cosas de los versos cinco y seis; el cuarto sello revela las cosas de los versos 7 y 8; el quinto sello revela las cosas de los versos nueve a once; el sexto sello revela las cosas del verso doce hasta el capítulo ocho; el séptimo sello revela las cosas de los capítulos ocho inclusive hasta el veintidos. Se ve que todos estos capítulos son una continuación del capítulo seis por el hecho de que cada capítulo comienza con la conjunción "Y."

La Revelación o Apocalipsis, entonces, es dividida en siete partes. Y cuando hablamos de los Siete Sellos, realmente estamos hablando de La Revelación.

El último de los sellos, el séptimo, esta subdividido en otras siete divisiones, las Siete Trompetas, las cuales comienzan en el capítulo ocho, y aparentemente terminan en el capítulo once.



La siguiente cosa que debemos notar es el evento que causó que el Libro fuera abierto. Para una fácil comprensión, he reproducido un dibujo del evento. Y puedo mencionar que he sido muy cuidadoso para dibujarlo exactamente como Juan lo describe.

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Por falta de espacio, las miríadas de ángeles alrededor del trono no están en el dibujo. Aquí esta el dibujo:



LAS COSAS QUE SERÁN "DESPUÉS DE ESTAS"

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APOCALIPSIS CAPÍTULOS CUATRO Y CINCO

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¿Cuál fue el evento que causó que los sellos del libro fueran desatados?--Para encontrar la respuesta a esta pregunta, primero consideraremos los miembros en esta asamblea. Allí vemos uno sentado en el trono, luego el Cordero, enseguida los ancianos, y las miríadas de ángeles alrededor del trono, también las "bestias o seres vivientes," que por si mismas testifican que son una representación simbólica de los redimidos, porque dicen, "porque tú fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación." Apo. 5:9.

Qué más puede tal asamblea como esta representar sino un Juicio. Allí vemos el Juez de Justicia, nuestro gran Abogado, sentado en el trono, luego el Cordero, y el jurado de veinticuatro, también los testigos los ángeles, y cuatro seres vivientes representando a los redimidos. Ademas, La Revelación misma mas enfáticamente declara que el evento profetizado es el Juicio en sesión, porque dice: Temed a Dios, y dadle honra, porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas." Apo. 14:7.

El profeta Daniel, también, cuyo libro es complemento de La Revelación, le fue dado un vislumbre del Juicio. El vio al Anciano de Días sentado sobre el trono, también los tronos sobre los cuales evidentemente se sientan los veinticuatro ancianos. El también vio las miríadas de ángeles, y "uno como Hijo de hombre," el Cordero, traído cerca ante el Anciano de Días.

En yuxtaposición la profecía de Daniel con La Revelación de Juan están como sigue:

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La Visión de Daniel

(Daniel 7)

1. "Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas." Dan. 7:9.

2. "Y un Anciano de Días se sentó." Dan. 7:9

3. "Un río de fuego procedía y salía de delante de él." Dan. 7:10

4. "Como un Hijo de hombre que venía...hasta el Anciano de Días, e hicieronle llegar delante de él." Dan. 7:13.

5. "Los libros se abrieron." Dan. 7:10.

6. "Millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él." Dan. 7:10.

7. "El juez se sentó, y los libros se abrieron." Dan. 7:10

La Visión de Juan

(La Revelación)

1. "Y vi tronos." Apo. 20:4.

2. "Y sobre el trono estaba uno sentado." Apo. 4:2

3. "Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego." Apo. 15:2

4. "En medio del trono y de los cuatro seres vivientes...estaba un Cordero." Apo. 5:6.

5. "Y los libros fueron abiertos." Apo. 20:12.

6. "Oí la voz de muchos angeles alrededor del trono...y la multitud de ellos era millones de millones." Apo. 5:11.

7. "La hora de su juicio es venida" Apo. 14:7. "Y vi los muertos,

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grandes y pequeños, que estaban ante Dios. Y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras." Apo. 20:12

La única diferencia, vemos, es que a Daniel se le mostró el Juicio cuando estaba siendo establecido, mientras que Juan lo miro en sesión.

La Revelación, además, en los siguientes versos una y otra vez trata de hacernos ver que el evento allí descrito es el Juicio en sesión:

"Temed a Dios, y dadle honra, porque la hora de su juicio es venida." Apo. 14:7

"Y vi tronos," declara Juan, "y les fue dado juicio." Apo. 20:4

Juan verdaderamente lo escribió como una profecía, pero cuando realmente tome lugar entonces el agente de Dios en la tierra, el Espíritu de Profecía en la Iglesia ha de proclamar que el evento realmente ha tomado lugar.

Puesto que los registros de ambos los muertos y los vivos deben ser revisados por el Tribunal Judicial, el Mensaje del Primer Ángel (Apo. 14:6) debe ser proclamado en ambos periodos, en el periodo del

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juicio de los muertos, y por el fuerte clamor en el periodo del juicio de los vivos. La aplicación directa del Mensaje del Primer Ángel, por lo tanto, también la llamada para salir de Babilonia, son hechas realmente en el tiempo cuando la tierra es alumbrada con la gloria del ángel. (Vease Apo. 18:1-4). La Revelación, sin embargo, será mas completamente entendida durante el juicio de los vivos.

La luz que ahora resplandece en nuestro camino es una inequívoca evidencia de que nos estamos acercando al tiempo del juicio de los vivos, el tiempo cuando "El Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes; y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos." Mat. 25:31-33.

Ahora puesto que La Revelación descubre el proceso Judicial de toda la raza humana, y puesto que comenzó con el Libro sellado con siete sellos, y también puesto que La Revelación, como se mostró antes, consiste de de las cosas que estaban en el Libro sellado, entonces es lógico que La Revelación contiene un breve bosquejo de la historia humana desde el comienzo hasta el fin del mundo.

El contenido de los siete sellos por lo tanto comprende toda la humanidad; y debe comenzar con Adán, el primer hombre sobre la tierra. Este hecho es particularmente notable de nuevo del hecho que las cosas que revelan los primeros cinco sellos están cubiertas en uno, dos, o tres versos respectivamente mientras que los últimos dos sellos (los cuales contienen las cosas que pertenecen al Juicio de los vivos, al pueblo que debe saber que sus casos están en juicio) son bastante largos: El registro de las cosas que revela el sexto sello

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abarca 22 versos, y el séptimo sello abarca 15 capítulos.

Mi amigo, vemos, que lo que tenemos en este estudio no es una teoría, ni una idea forzada y fantástica de alguien, sino la completa Verdad de Dios. Esto es Biblia verdaderamente, y ¡que lección, también!

¿Cómo, entonces, podemos usted y yo permitir que nuestra salvación se escape de nuestras manos? ¿Cómo podemos permitirnos ser descuidados e indiferentes a estas solemnes palabras en toda la historia de la humanidad? ¿No nos prepararemos para encontrarnos con nuestro Dios en paz? ¿No llenaremos nuestros vasos como las vírgenes prudentes con este aceite que alumbra para que podamos llenar de nuevo nuestras lámparas? ¿O como las fatuas descuidaremos nuestra oportunidad, y así se nos impida llegar a la "puerta" antes que esta se cierre contra nosotros? Que terrible aun el pensamiento de oír al Maestro decir de adentro, "Apartaos de Mi, nunca os conocí."

Es porque hemos venido a un tiempo tan solemne como este que estos estudios a través de gran costo y gran sacrificio, son esparcidos como las hojas del otoño por toda Laodicea.

¿Porque privarse a uno mismo de la vida eterna, coronada con gozo y felicidad? No permita Dios que alguno de nosotros sea encontrado tal como la parábola presenta que están las cinco vírgenes fatuas.

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