EL FIN DE VUESTRA LARGA, Y PENOSA JORNADA

Texto de Alocución por V. T. HOUTEFF,

Ministro de los D. Adventistas del Séptimo Día

Sábado, Abril 12, 1947

Mt. Carmel, Waco, Texas

Nuestro tema de esta tarde, se encuentra en el capítulo 51 de Isaías, principiando con el versículo uno.

Isaías 51: 1,2. "Oídme, los que seguís justicia, los que buscáis a Jehová; mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, a la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os parió."

En este capítulo Dios habla a los descendientes de Abraham, a una generación que sigue justicia. Encontremos ahora en la corriente del tiempo la exacta generación a la que la Inspiración se está dirigiendo.

¿Será el pueblo de los tiempos de Moisés? ¿ O de los tiempos de Isaías? ¿ O de los Apóstoles? ¿O será de nuestro tiempo, O de algún otro tiempo? Si el capítulo se refiere a nosotros, entonces nuestra necesidad de estudiarlo, y nuestro interés en el, serán infinitamente grandes, más que si esto fuera de otra manera. La información que buscamos se encuentra en el versículo 17.

Versículo 17. "Despierta, despierta, levantate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su furor; las heces del cáliz de aturdimiento bebiste, y chupaste."

Estos versículos revelan, que Dios esta hablando a un pueblo que ha pasado por todas las pruebas, y penalidades asignadas a ellos, y por las cuales tuvieron que atravesar debido a su pecado y desobediencia. Ellos han ido por en medio de la cautividad. Han bebido hasta las heces del cáliz de aturdimiento. Nada más queda en el cáliz; ellos han llegado al fin de todas sus pruebas. Por supuesto esto no podría decirse al pueblo en el tiempo de Moisés, tampoco al del tiempo de Isaías, ni siquiera al pueblo del tiempo de los Apóstoles. Esto no puede ser dicho a cualquier otro pueblo sino a aquellos que han llegado al tiempo de su liberación de la necesidad, del temor y inseguridad que se acarrearon por su pecado, y rebelión. La llamada divina para despertarles, no obstante, revela que aunque el tiempo de su liberación ha llegado, con todo están en un profundo sueño espiritual -- ignorantes de estas buenas noticias.

Versículo 22. "Así dijo tu Señor Jehová, y tu Dios, el cuál pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, la hez del cáliz de Mi furor, nunca más la beberás."

Se ve que Dios está positivamente hablando a un pueblo quienes ya han recibido todo el castigo para ellos, y al fin El esta pleiteando su causa. Esto no puede decirse de cualquier pueblo anterior. ¿Cómo sabemos que el tiempo está aquí y que el Señor está hablando a nosotros? Lo sabemos por el hecho que las profecías en este tema, tan largo tiempo escondidas, son ahora por primera vez reveladas y traídas a nuestra atención. Estamos listos ahora para estudiar el capítulo verso por verso.

Isa. 51: 1,2. "Oídme, los que seguéis justicia, los que buscáis a Jehová: mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, a la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados. "Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os parió; porque sólo lo llamé, y bendijelo, y multipliquélo."



Dios aconseja a su pueblo de hoy que le oigan a el. Estos son los que están empeñados en obtener justicia, estos son los que están buscando al Señor, y que están ansiosos de que haya un reavivamiento y reforma entre ellos. Son urgidos a que miren la roca de donde fueron cortados, y la caverna de donde fueron arrancados.

No hemos de concluir que los únicos descendientes de Abraham son Judíos. Los que son lo suficiente afortunados para tener este mensaje traídos a ellos son el pueblo. No hay otra segura conclusión si Dios causa que las profecías sean escritas, selladas y luego reveladas a su voluntad y al tiempo designado. Los judíos por lo tanto, no son los únicos descendientes de Abraham. Para encontrar quienes son estos buscadores de verdad, hay varios factores genealógicos que considerar: 1) solamente los ciudadanos del reino de Judá, (el reino de las tribus de Judá, y Benjamín) recibieron el título de Judíos. 2) Aquellos del reino de las diez tribus, (el reino de Israel) fueron esparcidos entre las naciones, y allí completamente perdieron su identidad. 3) Además la misma iglesia cristiana, es una rama progresiva de la iglesia y la nación judías. Los Apóstoles y sus adeptos hasta cerca de 35 años D.C. fueron todos judíos. Luego fue cuando, nuevamente, una multitud de Judíos perdieron su identidad llamandose Cristianos. Comparativamente hablando, sólo unos pocos judíos, del reino de Judá, han conservado su título nacional, judíos.

Los descendientes de los primeros cristianos judíos y los descendientes de las diez tribus, a través de corriente de tiempo debieron haber aumentado hasta ser una multitud innumerable, pues la simiente de Abraham había de ser como la arena de la mar en multitud. Es, por lo tanto, obvio que los pocos identificables judíos de hoy no son los únicos descendientes de Abraham. Pero que muchos de los gentiles deben ser de Abraham. Puesto que esta situación mezclada existe, difícilmente uno puede decir con certidumbre que él no es uno de los hijos de Abraham. Probablemente, muchas de las naciones quienes el mundo llama gentiles son los hijos de Abraham. No sabemos con certeza quien es quien. Dios, sin embargo ha guardado un perfecto registro genealógico, pues el dice:

"Yo inscribiré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen. He aquí Filistea, Tiro y Etiopía. Este nació allí." De Sión se dirá: "Este y aquél han nacido en ella." El mismo Altísimo le dará estabilidad. Jehová dirá, al inscribir a los pueblos: "Este nació allí." (Selah)" Salmos 87:4-6

Más aun, aunque uno sea de sangre gentil, si verdaderamente acepta a Cristo, por nacimiento espiritual llega a ser de la simiente de Abraham pues dice la inspiración: "Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa." Gal. 3:29. Los hijos de Abraham aquí mencionados, por lo tanto, no deben buscarse entre los judíos identificables no creyentes, pero entre los cristianos. Son amonestados a mirar a Abraham y a Sara, y a considerar que cuando Dios llamó a Abraham, aunque era sólo, no obstante, obedeció y Dios le bendijo; que a pesar de todas las imposibilidades aparentes con él y con Sara, El le multiplicó. ¿Y qué tal si usted sólo personalmente fue llamado por Su palabra, como lo fue Abraham, para representar usted sólo la Verdad y justicia, sería usted un héroe por Dios como Abraham, o sería usted como el apóstata Judas Iscariote?

Si no tuvimos el privilegio de escoger como Abraham, Dios no nos hubiera recordado de la experiencia de Abraham. Se nos ha dicho claramente que no perdamos el animo sino tener fe en Dios, pues El tiene la intención de bendecir y multiplicarnos, como bendijo y multiplicó a nuestros antecesores, Abraham y Sara. La razón que El da por bendecirnos como los bendijo, es esta:

Isa. 51: 3 "Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto de Jehová; hallaráse ha en ella, alegría y gozo, alabanza y voz de cantar."

El punto focal de las Escrituras es la reconstrucción de Sión, y eso es nuestra carga o nuestro mensaje.

Isa 51: 4, 5 "Estad atentos a Mi, pueblo Mío, y Oídme, nación Mía: Porque de mi saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos. Cercana está mi justicia, salido ha mi salud, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mi esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza."

Se nos advierte que oigamos al Señor, porque una ley y un juicio han de proceder de El. Estas dos tienen que ser "una luz al pueblo." Otra vez dice el Señor: "Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová, por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a el todas las gentes; y reprenderá a muchos pueblo; y

volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. No alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra." Isa. 2: 2-4.

La ley tiene que salir cuando el monte de la casa de Jehová (el reino) sea confirmada por cabeza de todos los montes, y cuando sea exaltado sobre todos los collados, cuando el reino es establecido. Entonces la "luz" ocasionará que las naciones que son amonestadas, correrán, y subirán al monte de Jehová. Y también en lugar de batir sus rejas en espadas, y en hoces sus lanzas (Joel. 3:10), ellos volverán sus espadas en rejas, y sus lanzas en hoces. "No alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán para la guerra." Isa. 2: 4.

Decir, "cercana está mi justicia," y "salido ha mi salud," es decir que la salvación ha estado aquí, pero la justicia está por venir. !Lo cierto que es!

¿Qué es el "brazo" del Señor que juzgará a los pueblos? Esto veremos al leer a continuación:

Isa. 51: 9, 10. "Despiértate, despiertate, vistete de fortaleza, oh brazo de Judá; despiertate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. No eres tu el que cortó a Rahab, El que hirió al dragón? ¿No eres tu el que secó la mar, y las aguas del gran abismo, El que a lo profundo del mar tornó en camino, para que pasasen los redimidos?

!Cuan ilógico sería que Dios tratara de recordarse a sí mismo, como si el o su brazo se encontraran dormidos! Este versículo muestra que El llama "su brazo,"al movimiento del Éxodo. Justamente, porque Dios ejecuta su obra con los que son sus Siervos. Así que sus Siervos son su brazo, y ellos juzgarán ( regirán ) a las gentes, y las gentes confiarán en ellos.

Isa. 51: 6. "Alzad a los cielos vuestros ojos, mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán desechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera, perecerán sus moradores; Más mi salud será para siempre. Mi justicia no perecerá"

Necesariamente se nos recuerda que todas las cosas perecerán, más los que obtengan la salvación y justicia de Dios permanecerán para siempre.

Isa. 51: 7. "Oídme los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos."

Los que conocen su justicia, la gente a quien es revelada su Verdad, y que tiene su ley en su corazón, es obvio que sufren los reproches, y denuestos de los hombres, pero estos son advertidos de que no tengan temor. Y ¿Qué sería el fin de sus adversarios? -- He aquí la respuesta:

Versículo 8. "Porque como a vestidura los comerá polilla, porque como a lana los comerá gusano; más mi justicia permanecerá para siempre, y mi salud por siglos de siglos."

Con dolor, nosotros nos compadecemos de nuestros hermanos Laodicenses, que están tan ciegamente disgustados contra nosotros.

Isa. 51: 9, 10. "Despiertate, despiertate, vistete tu fortaleza, !oh brazo de Jehová! Despiertate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. No eres tu el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? No eres tu el que secó la mar, las aguas del gran abismo. El que a lo profundo de la mar tornó en camino, para que pasasen los redimidos?

Si su pueblo no estuviera dormido, ¿Qué necesidad habría de llamarla para despertarse? Estamos alegres porque Dios mismo nos está levantando, y claramente nos esta diciendo, que así como nuestros antepasados hicieron grandes cosas, nosotros como "brazo" del Señor, cosas más grandes que ellos podemos y haremos.

Versículo 11. "Cierto, tornarán los redimidos de Jehová, volverán a Sión cantando, y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; poseerán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán."

Gracias sean dadas a Dios, porque no sólo nos despierta y hace que volvamos a Sión cantando, sino que también removerá nuestros gemidos y dolor para siempre. El es poderoso para poner gozo perpetuo sobre nuestras cabezas.



Versículo 12. "Yo, yo soy vuestro consolador. Quien eres tu para que tengas temor del hombre, que es mortal; del hijo del hombre, que por heno será contado?

Para mostrar lo absurdo que es temer a los hombres que mueren como la hierba bajo pies, la Inspiración en este versículo, hace más enfática la promesa de consuelo de Isa. 51:11. Debe ser que con algunos, el temor del hombre es grande. Ahora que tenemos nosotros la Palabra de Dios, y su consuelo, sólo temamos a Aquel quien ha de temerse. Versículo 13. "Y hasta ya olvidado de Jehová tu hacedor, que extendió los cielos, y fundó la tierra; y que todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir; más en donde está el furor del que aflige?

Cuando nosotros comenzamos a temer al hombre, exactamente en ese momento, nos olvidamos de Dios. La pregunta es: "¿En donde está el furor del que aflige?" implica en realidad que no hay ninguno, que solamente es una fanfarronada.

Versículos 14, 15. "El preso se da prisa para ser suelto, para no morir en la mazmorra, ni que le falte de su pan. Empero yo Jehová, que parto la mar, y suena sus ondas, soy tu Dios vivo; cuyo nombre es Jehová de los ejércitos."

Si, los cautivos esperan ser sueltos, pero Dios no espera para que el mar se divida a sí mismo. El lo divide a su voluntad, y hace que su pueblo lo atraviese por tierra seca.

Versículo 16. "Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, para que plantáse los cielos, y fundáse la tierra, y que dijese a Sión , "Pueblo mío eres tu."

Aquí tenemos la misma declaración de Dios, de que las palabras que nosotros hablamos, son las palabras de Verdad que vienen directas de El. Además El nos asegura que su mano, su cuidado en guiarnos, están en nuestro derredor; y que por este medio, el puede plantar los cielos, y fundar la tierra, y decir a Sión, "Tu eres mi pueblo."

Versículo 17. "Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su furor; las heces del cáliz de aturdimiento bebiste, y chupaste,"

Despierta, despierta, amigo mío, al hecho de que nuestra cautividad, nuestro dolor, y nuestro gemido, pronto terminarán; nunca más volveremos a pasar por ellos. El que divide la mar, sin duda puede libertarnos.

Versículo 18. "De todos los hijos que parió, no hay quien la gobierne; ni quien la tome por su mano de todos los hijos que crió."

La condición pasada, y presente de Sión, es expuesta a nuestra vista, para nuestra consideración. !Que desolación! en que terrible estado se encuentra la iglesia, después de haber dado a luz tantos hijos! !No hay uno de ellos que la tome en su mano para ayudarla!

Aquí se nos dice, que los laicos en Laodicea no son de ninguna ayuda espiritual para la madre (el ministerio) --no, ninguno de ellos hace siquiera un esfuerzo para levantar su mano, y ayudar a los hermanos los ministros. Todos están de acuerdo más o menos permanecer "cuitados, miserables, pobres, ciegos y desnudos". Apoc. 3:17.

Versículo 19. "Estas dos cosas te han acaecido; ¿Quién se dolerá de ti? Asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién te consolará?"

A David antiguamente se le dio tres cosas para elegir uno "... Entonces Gad fue a David y se lo hizo saber diciendo: --¿Que te vengan siete años de hambre en tu país? ¿O que huyas durante tres meses de tus adversarios y que ellos te persigan? ¿O que haya una epidemia en tu país durante tres días?..." 2 Sam. 24:10-13. Ahora de la misma manera se le pide al pueblo de Dios a que escoja la desolación y destrucción o hambre y espada. Luego a diferencia del día de David, El mismo nos resuelve el problema si le permitimos.

Estas son algunas de las cosas, por las que el pueblo de Dios ha pasado. Algunas de estas circunstancias todavía rodean en el mundo al pueblo de Dios. Sin embargo, nuestra esperanza está en Dios que nos liberta.

Versículos 20-22. "Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas, de todos caminos, como buey montaraz en la red, llenos del furor de Jehová, de la ira del Dios tuyo. Oye pues ahora esto, miserable, ebria, y no de vino; Así dijo tu Señor Jehová, y tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, la hez del cáliz de mi furor; nunca más lo beberás."

¿No estaremos nosotros agradecidos de saber, que todos aquellos cuyos nombres se encuentran en el libro serán librados del tiempo de tribulación, que pronto está por sobrecogernos en la que Miguel se levantará, y estará por su pueblo? (Dan. 12: 1). Una vez que el nos junte, nunca más nos esparcirá otra vez.

Versículo 23. "Y ponerlo he (el cáliz de su furor), en las manos de tus angustiadores que dijeron a tu alma: Encorvate, y pasaremos, Y tu pusiste tu cuerpo como la tierra, y como camino, a los que pasan."

Los papeles se han cambiado: Lo que una vez el pueblo de Dios tenía que tomar de sus enemigos, ahora lo tomarán ellos. Así pues, no descuidemos el tomar ventaja de la oferta de Dios, para libertar a su pueblo. !Si, amigos míos, puesto que nuestra larga y penosa jornada toca a su fin prestemos como su "brazo" atención fervorosa para que nos despertemos. Ahora al fin de nuestra larga y penosa jornada, no permitamos que nada nos impida obtener las dos cosas que han de hacernos quedar en pie para siempre -- la salvación y justicia de Dios.

Ahora se nos pide escoger o estar del lado de Dios o del lado de Sus adversarios (los que tememos); aquellos quienes hacen todo para cerrar nuestros ojos a la verdad de Dios para este tiempo -- escoger a Dios, Su espíritu y Su verdad revelada, o escoger a los hombres, la desolación y destrucción, el hambre y la espada.