MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN


Esta tarde continuaremos la lectura que dejamos pendiente el Sábado pasado en el libro El Discurso Maestro de Jesucristo, página 111.

D.M.J., p. 111--"Pero no os olvidéis que al venir a Dios como Padre, reconocéis vuestra relación con El como hijo. No solamente os fiáis en su bondad, sino que también en todas las cosas, os sometéis a su voluntad, sabiendo que su amor jamás cambia. Os entregáis para hacer su obra. A quienes había invitado a buscar primero el reino de Dios y su justicia. Jesús les prometió: 'Pedid, y recibiréis.'

"Los dones de Aquel que tiene todo poder en el cielo y en la tierra están reservados para los hijos de Dios. Dádivas tan preciosas que nos vienen por el costoso sacrificio de la sangre del Redentor; dones que satisfarán el anhelo más profundo del corazón; regalos permanentes como la eternidad, tales son los que recibirán y gozarán todos los que vengan a Dios como niños pequeñitos. Tomad las promesas de Dios como vuestras propias, presentadlas ante El como sus propias palabras, y recibiréis la plenitud del gozo."

Oremos porque podamos realizar que nuestra relación para con Dios es como la relación de un niño para con sus padres; y que confiemos a El en todas la cosas como un nino confia en sua padres; que sepmos que se nos rendimos plenamente para hacer Su voluntad y trabajo, luego podriamos pedir y recibir; que tiene reservado para nosotros regalos para satisfacer los anhelos más profundos del corazon, regalos tan duraderos como la eternidad; que si tan sólo nos acercamos a El como ninos y le tomamos a Su palabra, todas estas promesas en Su Palabra seran las nuestras.

Copyright, 1949

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V.T. HOUTEFF


LA PRESA DEL DESPOJADOR ARREBATADA POR EL

COJO Y EL DÉBIL

Texto de la Alocución por V.T. Houteff,

Ministro de los D. Adventistas del Séptimo Día

El Sábado, 29 de marzo del 1946

Capilla de Mt. Carmel

Waco, Texas

El tems se encuentra en Isaías 33. Principiaremos con--

Verso 1-- "¡Ay de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabares de saquear seras tu saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, haráse contra ti."

Tomando en consideración el asunto contenido en este capítulo y en los dos capítulos que siguen (porque los capítulos 34 y 35 son continuación del capítulo 33), está bien claro que aquel sobre quien el "ay" es pronunciado no es otro que la iglesia que precede al "día grande y terrible del Señor," el día en que perecerán primero los pecadores en Sión, el día que se dará a los pecadores arrepentidos su remuneración,--"es día de venganza de Jehová, el año de retribuciones en el pleito de Sión." Isa. 34: 8.

La iglesia aquí, a diferencia de la iglesia del Antiguo Testamento, es señalada como la que ha estado saqueando, aunque ella nunca ha sido saqueada; que hace traiciones bien que nadie se las hiciera contra ella. Sin embargo la Inspiración, predice para más adelante una situación inversa: La iglesia será saqueada y tendrá que sufrir deslealtad. Pero todos los que en medio de ella sean fieles, recibirán gracia, porque ellos dicen:

Verso 2-- "Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado: Tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación."

Este verso pone de manifiesto que mientras se está pronunciando el Ay ( Isa. 33:1) al mismo tiempo una reformación profunda, desde la raíz, está teniendo lugar entre el pueblo de Dios buscador de la verdad. Ellos están orando no solamente por sí mismos sino también por sus hermanos. Estos se dan cuenta por completo que se está acercando el tiempo de la tribulación, y sus esperanzas están fundadas en el hecho de que han esperado en el Señor. El poder de Dios se dejará sentir por toda la tierra.

Verso 3-- "Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las gentes fueron esparcidas por tus levantamientos."

Este verso enseña que cuando Dios manifieste Su poder entre Su pueblo, el mundo dentirá también los efectos.

Verso 4-- "Más vuestra presa será cogida como cuando cogen las orugas; correrá sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas."

Los despojos que la iglesia ha adquirido, El los recoge como se recogen las orugas. Entonces será dicho:

Verso 5-- "Será ensalzado Jehová, El cual mora en las alturas: llenó a Sión de juicio y de justicia."

Cuando estas cosas tengan lugar, Sión (la iglesia purificada) es llena de Juicio y Justicia. Además, los fieles al Señor tienen esta promesa:

Verso 6-- "Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y la fuerza de la salvación: el temor de Jehová será su tesoro."

Pero por lo que concierne a sus poderosos no arrepentidos, la Inspiración declara:

Verso 7-- "He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente."

Vemos aquí que los que están proclamando la paz más bien que el día del Señor "llorarán amargamente.

Verso 8-- "Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes: anulado ha la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres."

En el lenguaje de hoy día este verso se leería: las rutas misioneras están deshechas; han cesado los mismos misioneros; se ha anulado su contrato; ha despreciado las ciudades; y tuvo en nada a los hombres.

Verso 9-- "Enlutóse, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fue cortado: hase tornado Sarón como desierto; y Basán y Carmel fueron sacudidos."

Siendo los nombres en este verso profundamente figurativos, y el tiempo de su cumplimiento todavía futuro, no estamos preparados para hacer ningún comentario acerca de ellos.

Verso 10-- "Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido."

Al tiempo que se materialicen las condiciones aquí descritas, entonces es cuando el Señor se levantará y será ensalzado y engrandecido. Pero a todos los que están faltos El les dice:

Verso 11- "Concebisteis hojarascas, aristas pariréis: el soplo de vuestro fuego os consumirá."

Volviéndose a los pecadores e hipócritas que están entre Su pueblo, aquellos sobre los que es actualmente pronunciado el ay del verso 1, Dios revela que el fruto de sus hechos será como hojarasca y aristas, y que su propio aliento las devorará como si fuera fuego. Además El añade concerniente a sus seguidores:

Verso 12-- "Y los pueblos serán como cal quemada: como espinas cortadas serán quemados con fuego."

Habiendo principiado en Sión Su obra de purificación, El declara:

Verso 13, 14-- "Oíd, los que estáis Lejos, lo que he hecho; y vosotros los cercanos, conoced Mi potencia. Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?'

Cuando el justo Juez se levante para sacudir el pueblo, entonces los hipócritas no presumirán de que ellos "son tan buenos Cristianos como cualquiera." Tampoco dirán, "Nosotros no necesitamos de más verdad." En vez de esto les sobrecogerá temor y sorpresa. La pregunta más grande y solemne que harán entonces será esta, "¿Quién de nosotros

morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?" Y esta es la contestación que abarca todo:

Versos 15-17-- "El que camina en justicia, y habla recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oreja por no oír sangres, el que cierra sus ojos por no ver cosa mala: este habitara en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se la dará su pan, y sus aguas serán ciertas. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está Lejos."

Pasando de esta expresion del cuidado divino y de esta escena de belleza, les es dicho en seguida:

Verso 18-- "Tu corazón meditará el espanto, y dirá: ¿Qué del pesador? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?"

Sin duda que será terrible la realización de que los que son hallados sin el vestido de bodas (entre los cuales están los que ocupan los altos puestos en las oficinas de la iglesia, secretarios, tesoreros) son arrojados afuera donde será el lloro y el crujir de dientes. Pero la remanente, los que son dejados, serán exaltados. A estos el Señor les dice:

Verso 19-- "No verás a aquel pueblo espantable, pueblo de lengua oscura de entender, de lengua tartamuda que no comprendas."

Los invitados que pasan la inspección del maestro son actualmente hechos grandes. Ya sea en la comprensión de un lenguaje profundo, o en el entender de una lengua tartamuda, ninguno será mayor que ellos. Los ojos de los fieles son en seguida dirigidos a la ciudad de Dios:

Verso 20-- "Mira a Sión, ciudad de nuestras solemnidades: tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota."

Después de que hayan sido removidos los que perturban la paz, el pueblo de Dios será establecido firmemente y con seguridad, sin que corra el más ligero peligro de ser perturbado. Y los santos estarán llenos de gozo. Aún desde ahora ellos exclaman:

Versos 21, 22-- "Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará grande navío. Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey, El mismo nos salvará."

Todas estas cosas serán nuestras si nos mantenemos fieles hasta el fin. Dirigiéndose una vez más a la iglesia que se está acercando al día grande y terrible del Señor, El declara--

Verso 23-- "Tus cuerdas se aflojaran; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela: repartiráse entonces presa de muchos despojos: Los cojos arrebatan la presa."

Los que no obedecen a la voz del Señor, son advertidos de que el día está a la mano cuando ellos se encuentren incapacitados de recoger presa nunca más. Entonces es cuando su presa será dividida, y el cojo--el aparentemente débil y desvalido--arrebatará la presa.

Verso 24--"dirá el morador: Estoy enfermo: el pueblo que morare en ella será absuelto de pecado."

¡Piensen un momento! que si somos fieles, después de un corto tiempo, no será necesario que ninguno de nosotros diga más, estoy enfermo.

Revisemos ahora algunos de los puntos sobresalientes de nuestro estudio:

Dios pronuncia una maldición sobre los infieles que se están acercando "al día grande y terrible del Señor: La iglesia va a ser despojada de la presa que ella ha adquirido y tiene que ser tratada a traición exactamente como ella lo ha hecho con otros.

Es obvio de que al tiempo de que se hace esta declaración, una profunda reformación está teniendo lugar entre el pueblo de Dios, buscador de la verdad. Este pueblo reconoce el hecho de que se está acercando al tiempo de angustia y ellos están seguros de que su estabilidad y fortaleza para su salvación tienen que estar fundadas en la sabiduría y conocimiento, en el Espíritu y en la Verdad para el día. El temor del Señor ha de ser su mayor tesoro.

Cuando Dios manifieste Su poder sobre Su pueblo, aun el mundo sentirá los. Los caminos misioneros estarán desolados, los misioneros mismos cesarán; El no presta atención a ningun hombre. Dios revela que el fruto de los pecadores e hipócritas entre Su pueblo, será como hojarasca y aristas; Su propio aliento, como si fuera fuego, los consumirá: El temor y el espanto los sobrecogerá.

Entonces es cuando Sión, la iglesia purificada, será llena de juicio y justicia. En este tiempo Dios será ensalzado y engrandecido. Su pueblo que ha caminado rectamente será bendecido con Su divino cuidado. Sus ojos contemplarán al rey en Su hermosura; la iglesia estará firme y segura, nunca, nunca será removida; la presa que la denominación ha adquirido será repartida entre el cojo-- el verdadero pueblo de Dios. A ellos les serán perdonadas sus iniquidades, y su salud será restaurada. Si, la promesa es segura: " . . . Tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia" (Es. 58:8), si solamente den oído a este llamado solemne, y hacen lo que está de su parte para permanecer fiel a ella.