TEXTO PARA MEDITACIÓN Y ORACIÓN

Voy a leer del libro "Discurso Maestro de Jesucristo" empezando de la página 108.

"Cristo no obliga a los hombres; los atrae. La única fuerza que emplea es el amor. Siempre que la iglesia procure la ayuda del poder del mundo, es evidente que le falta el poder de Cristo y que no la constriñe el amor divino.

"Pero la dificultad radica en los miembros de la iglesia como individuos, y en ellos debe realizarse la curación. Jesús ordena que antes de intentar corregir a los otros, el acusador eche la viga de su propio ojo, renuncie al espíritu de critica, confiese su propio pecado y lo abandone. ... Lo que necesitáis es un cambio de corazón. No debéis pasar por esta experiencia antes de poder corregir a otros; "porque de la abundancia del corazón habla la boca."

"Cuando tratemos de aconsejar o amonestar a cualquier alma en cuya experiencia haya sobrevenido una crisis, nuestras palabras tendrán únicamente el peso de la influencia que nos hayan ganado nuestro propio ejemplo y espíritu. Debemos ser buenos antes que podamos obrar el bien. No podemos ejercer una influencia transformadora sobre otros hasta que nuestro propio corazón haya sido humillado, refinado y enternecido por la gracia de Cristo. Cuando se efectúe ese cambio en nosotros, nos resultará natural vivir para beneficiar a otros, así como es natural para el rosal producir sus flores fragantes o para la vid sus racimos morados."

Necesitamos orar por un cambio de corazón; orar por una realización que tener un espíritu censorio es aun peor que buscar la ayuda de un poder secular, y que sólo al dar un buen ejemplo se puede tener una influencia para el bien.

¿CUALES NACIONES QUITARÁN SUS ARMAS Y

POR QUE?

Texto de la Alocución por V. T. Houteff,

Ministro de los D. Adventistas del Séptimo Día

el Sábado, 25 de enero del 1947

Capilla de Mt. Carmel

Waco, Texas

Para continuar el tema de nuestros estudios anteriores -- el reino de Judá-- pasemos al libro de Miqueas. Consiste, como saben, en siete capítulos, y ellos llevan una historia continua de Judá en sus días primeros y últimos. Los primeros tres capítulos conciernan a Judá en sus primeros días, y los últimos cuatro contienen las promesas a Judá antitípica, la Judá de los últimos días, en la cual radica nuestro interés ahora.

Para conectar los primeros tres capítulos de Miqueas con los últimos cuatro, vamos a empezar con el último verso de capítulo tres.

Miq. 3:12­"Por tanto, a causa de vosotros será Sión arada como campo, y Jerusalén será majanos, y el monte de la casa como cumbres de breñal."

Porque no había nada más que se pudiera hacer para convencer a Judá que ella estaba en el mal y que ella tenía necesidad para volver al Señor, el Señor finalmente advirtió que el lugar de su palacio había de ser arado como campo, y que su palacio y su ciudad habían de llegar a ser majanos. El cumplimiento de esta parte de la profecía de Miqueas es un testigo fiel ante todas las naciones, y el castigo de aquel pueblo es un justo ejemplo para que todas las gentes que sepan que Dios quiere decir exactamente lo que dice. Dios, sin embargo, no echó a un lado, Sus pocos fieles y sus descendientes para siempre. Para ellos El dio esta promesa consolara--

Miq. 4:1­"Y ACONTECERÁ en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será constituido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos."

Aunque Miqueas predijo tristes noticias para Judá antigua, predijo estas noticias gozosas para la Judá de los últimos días. Debió haber sido una experiencia muy probadora para Judá, anticipar su propia destrucción. Por contrario, sin embargo, debió haber sido muy animador aprender que vendría el tiempo para que ella regresara y "edificara las desolaciones antiguas" (Isa. 58:12). Y todavía más gozoso debe estar ahora para aprender que ¡el tiempo para regresar a Dios y al hogar patriarcal ha llegado en realidad!

Para quitar cualquier duda en esta conexión el Señor nuevamente declara Su Palabra diciendo: "Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que harta la tierra, y la hace germinar y producir, y da simiente al que siembra, y pan al que come, Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de la zarza crecerá haya, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán: y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída." Isa. 55:10-13. Nosotros, también debemos batir de gozo las palmas aun ahora por haber tenido esta grande oportunidad para empeñarnos en esta gloriosa obra, y por el privilegio grande y sublime para proclamar estas buenas noticias y para ser llamarse "el reparador de la brecha, el restaurador de caminos en las cuales morar." Isa. 58:12. Verdaderamente estas son "buenas noticias" de "paz que el profeta Nahúm predijo. Nah. 1:15.

Cuando el reino de Judá queda re-establecido, luego se cumplirá la siguiente escritura:

Miq. 4: 2 -- "Y vendrán muchas gentes, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos, y andaremos por sus veredas: porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová."

"Canta y alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y uniránse muchas gentes a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de Jehová, porque él se ha despertado de su santa morada." Zac. 2:10-13.

"Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos en derredor, y mira: todos estos se han juntado, vinieron a ti: tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas. Entonces verás y resplandecerás; y se maravillará y ensanchará tu corazón, que se haya vuelto a ti la multitud de la mar, y la fortaleza de las gentes haya venido a ti. Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Epha; vendrán todos los de Seba; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti: carneros de Nebayoth te serán servidos: serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria. Quiénes son estos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?

"Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, más en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. Tus puertas estarán de continuo abiertas, no se cerrarán de día ni de noche, para que sea traída a ti fortaleza de gentes, y sus reyes conducidos. Porque la gente o el reino que no te sirviere, perecerá; y del todo serán asoladas."

Obviamente estamos al mismo amanecer de un nuevo día, el día en el cual la obra del evangelio ha de triunfar en victoria y para tener una cosecha abundante de conversos. Virtualmente enteras naciones han de unirse con "el monte de la casa de Jehová" durante el día de Juicio, el día en el cual la ley saldrá "de Sión, y la Palabra del Señor de Jerusalén," de los futuros cuarteles del evangelio.

El tiempo, por lo tanto, está cerca cuando para ir verdaderamente a la iglesia, uno debe ir a Jerusalén, y allí para ser ensenado el camino del Señor, y para así caminar en Sus veredas.

Miq. 4: 3 --"Y juzgará entre muchos pueblos, y corregirá fuertes gentes hasta muy lejos: y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces: no alzará espada gente contra gente, ni más se ensayarán para la guerra."

Muchas naciones con gozo han de aceptar Sus reprensiones,

y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces: en lugar de continuar en la carrera de armas.

Según miqueas, las únicas naciones para deshacerse de sus armas son las que aceptan la Verdad del Señor para hoy y van a la tierra Prometida. Nunca más van a necesitar ni espadas ni lanzas.

Miq. 4:4 ­"Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente: porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado."

Las naciones y pueblos ahora están teniendo un tiempo difícil para ir a su "higuera," por así decirlo, cuanto menos sentarse en paz debajo de ella. Quedan en constante temor que alguien pueda desalojarlos aun de sentarse bajo cualquier árbol. Por consiguiente se esforzarán por proteger a sus derechos, o falta de ellos, martillando sus azadones en espadas y sus hoces en lanzas. Joel 3:10. Y de esta manera juzgando su propia fuerza por sus preparativos para la guerra, aun lo débiles dirá: "Yo so fuerte." Pero no será así con aquellas naciones quienes se unen con el pueblo del Reino del Señor: no necesitarán confiar en su propia fortaleza, pues tendrán la protección del Señor. Cada una se sentarán cómoda y seguramente bajo su "higuera," sabiendo que nadie puede posiblemente alejarlos debajo de ella. Esto tiene que ser así pues, "la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado." Miq. 4:5-- "Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios para siempre y eternalmente."

Los que quedan fuera del Reino a quienes el Espíritu de Dios no puede convencer de su error, seguirán caminando en el nombre de sus falsos dioses. Pero el pueblo en el Reino andarán en el nombre de Jehová nuestro Dios para siempre y eternalmente."

Miq. 4:6,7-- "En aquel día, dice Jehová, juntaré la coja, y recogeré la amontada, y a la que afligí: Y pondré a la coja para sucesión, y a la descarriada para nación robusta: y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre."

El día en el cual el pueblo de Dios sean recogidos de todas las partes de la tierra y sean traídos a Sión está cerca , y el Señor reinará sobre ellos desde ahora para siempre.

Miq. 4:8-- "Y tú, oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero, el reino vendrá a la hija de Jerusalén"

La "torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión, ha de ser el objeto principal de atracción en Jerusalén. ¿Y qué puede ser? -- Pues, en tiempos antiguos las torres se construían con el propósito de vigilar sobre la ciudad, y por eso, "la torre del rebaño" debe ser el trono sobre Sión , una colina alta, la fortaleza de Sión. Esta fortaleza, se nota, no pertenece a la madre (no a la Sión antigua) sino a su hija (Sión antitípica).

Miq. 4:9, 10 -- "Ahora ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? Duélete y gime, hija de Sión como mujer de parto; porque ahora saldrás de la ciudad, y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia: allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos."

Estos dos versos no llevan atrás al tiempo cuando lo fieles de Judá antigua clamaban mientras veían que estaban por dispersarse entre las naciones, pero el consejo animador para trabajar y tener hijos mientras estaban en el campo, y la promesa consoladora de su liberación de babilonia antitípica, dados por los profetas, siempre quedaron con ella hasta este día.

Sión la iglesia, fue destinada a ir entre las naciones gentiles, allí para multiplicar, y finalmente para ser liberada. Estas buenas noticias, ahora justo antes de que comience este recoger, el Señor quiere que proclamemos lejos y extenso, diciendo:

"Oid palabra de Jehová, oh gentes, y hacedlo saber en las islas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo juntará y guardará, como pastor a su ganado. Porque Jehová redimió a Jacob, redimiólo de mano del más fuerte que él. Y vendrán, y harán alabanzas en lo alto de Sión, y correrán al bien de Jehová, al pan, y al vino, y al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, ni nunca más tendrán dolor." Jer. 31:10-12.

Miq. 4:11, 12 -- " Ahora empero se han juntado muchas gentes contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo sobre Sión. Pero ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo: por lo cual los juntó como gavillas en la era."

Miq. 4: 13-- " Levántate y trilla, hija de Sión, porque tu cuerno tornaré de hierro, y tus uñas de metal, y desmenuzarás muchos pueblos; y consagrarás a Jehová sus robos, y sus riquezas al Señor de toda la tierra."

No la hija de Jerusalén, sino la hija de Sión ha de hacer el trillar. Y ella tiene la promesa de un cuerno de hierro -- poder divino, la clase que no se rompe. Más aun, se le promete uñas de bronce, un mensaje especial y distinto con el cual despedazar a muchos pueblos; es decir, con ello ella ha de trillar y seleccionar el trigo de la cizaña. "Luego vi al tercer ángel. Dijo mi ángel acompañante, "Su obra es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber completamente la mente y la atención." "Primeros Escritos," p. 118.

" Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para tornar su ira en furor, y su reprensión en llama de fuego. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a toda carne: y los muertos de Jehová serán multiplicados." Isa. 66: 15, 16. Esta es la primera separación.

"Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las gentes, a Tarsis, a Pul y Lud, que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las islas apartadas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las gentes. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por presente a Jehová, en caballos, en carros, en literas, y en mulos, y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen el presente en vasos limpios a la casa de Jehová." Isaías 66: 19, 20. Aquellos que escapan de la matanza del Señor, se nota, son enviados a las naciones gentiles allí para proclamar a ellos la fama del Señor junto con Su gloria, y también para traer sus hermanos (todos los que pueden salvarse) a la casa del Señor. De esto se puede ver claramente que aquellos que escapan deben ser las primicias, los 144,000 jacobitas (Apoc. 14:4). Aquellos a quienes traen de las naciones gentiles a la casa del Señor deben, por lo tanto ser los segundos frutos. Finalmente se puede ver claramente que los 144, 000 escapan de la purificación de la iglesia y llegan a ser los siervos de Dios, el remanente, aquellos quienes terminan la obra del evangelio en todo el mundo.

Ahora para resumir, repasemos los puntos más destacados del estudio:

primero el reino de duda había primero de disolverse -- Sión arada como un campo y Jerusalén reducida a majanos.

Luego en los últimos días ha de establecerse nuevamente, y exaltada sobre todos los reinos de los gentiles.

Tercero, cuando sea así "establecida" muchas naciones han de entrar en ella, y hasta invitar unas o otras a ir allí para ser ensenadas del camino del Señor y para caminar en Sus sendas. Esto será así porque "la ley saldrá de Jerusalén y la Palabra del Señor de Jerusalén." Cuarto, el Señor ha de juzgar de Sión, y de allí El ha de reprender (corregir) fuertes naciones muy lejos. Aquellos que aceptan Su reprensión han de martillar sus espadas en azadones y sus lanzas en hoces. Las naciones que se unen con el Reino del Señor nunca volverán a levantar espada unas contra otras, ni aprenderán la guerra jamás. Ya no necesitarán armamento, pues serán protegidos por "un muro de fuego." Zac. 2:5. Cada hombre ha de sentarse bajo su propia higuera, y no habrá quien le amedrente, pues "el Señor de ejércitos lo ha hablado."

Quinto, cada uno de aquellos que no van a Jerusalén, y quienes no se deshacen de sus armas, andarán en el nombre de su falso Dios. Pero todos los que se unen al reino de Judá andarán en el nombre del Señor nuestro Dios para siempre jamás.

Sexto, Dios reunirá y recogerá a Su pueblo, la iglesia, -- ella que cojeaba, ella que fue dispersa, y aquella que fue afligida. El la convertirá en fuerte nación "y el Señor reinará sobre ellos en Mt. Sión de allí para siempre jamás."

Séptimo, a este Reino vendrá hasta el primero dominio.

El estudio de esta tarde muestra como la cosecha ha de realizarse y la obra del evangelio terminada, y como el mundo inicuo llegará a un fin. Cierto, tal plan para terminar la obra no ha sido nuestro plan, pero harto tiempo ya es que nos demos cuenta que nuestros planes nunca han sido y nunca serán los planes del Señor. Mejor ahora aceptar Sus planes si queremos ir a Sión y allí parar con el Cordero.

Un nuevo día amanece para nosotros, Hermano, Hermana. Y ahora, más bien que imaginar que somo rico, aumentados con bienes y sin necesidad de ninguna cosa, nos vemos en necesidad de todo. ¿No aceptaremos estas riquezas (Verdad) que son probad en es fuego y estas vestidas de justicia con las cuales cubrir nuestra desnudez? ¿No ungiremos nuestros ojos con este aceite dorado fresco para que podamos ver y conocer el camino, que podamos alcanzar "la puerta" a tiempo?

No hay razón para permanecer cuitado, miserable, pobre, ciego, y desnudo. El Señor está esperando a las puertas de nuestros corazones. Tiene anhelos de derramar una bendición, llenar nuestra copa hasta desbordarse. Que no le chasqueemos, obligandole a pasarnos por alto. Que nos deshagamos de armamentos y sin temor nos preparemos para sentarnos en paz debajo de nuestra "higuera" otorgada por Dios.