TOMO #4
Este librito resuelve sus problemas
Para que todo aquel que tenga sed por la verdad pueda conseguirla, este librito de preguntas y respuestas está enviado gratis, como servicio Cristiano. Pídalo. Exige una sola cosa: la obligación del alma de examinarlo todo y de retener lo bueno. Las únicas cuerdas que van con esta oferta gratis son los lazos de carmesí del Calvario—las cuerdas que ligan.
Nombres y direcciones de Adventistas del Séptimo Día serán apreciados.
Impreso en los Estados Unidos.
Preguntas y Respuestas Sobre Temas de la Verdad Presente en el Interés de los Hermanos y Lectores Adventistas
de La Vara del Pastor Por
V. T. Houteff
Este “escriba” instruido en el reino de los cielos, “saca ...cosas nuevas y cosas viejas”. Mateo 13:52
Ahora “santificad al Señor Dios en vuestro corazón, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15
El Respondedor
Pregunta No. 77:
Puesto que su predicción de la caída del Imperio Otomano en el 11 de agosto, 1840, fue cumplida notablemente, fue Josías Litch correcto al reclamar que la profecía de Apocalipsis 9:5, 15–20, fue realizada perfectamente?
Respuesta:
Aunque en la realización de la predicción de Litch, hubo un elemento de coincidencia aparentemente preternatural, el evento en consideración no podría haber sido el descrito en la profecía de Juan, porque este último revela que los cuatro ángeles atados en el Eúfrates habían de matar la tercera parte de los hombres. ¿Y dónde en las Escrituras se representa cualquier nación gentil por ángeles? Además, el imperio, otomano no cayó de ningún modo; en lugar de eso, se colocó “bajo el control de las naciones cristianas”—Conflicto de los Siglos, p. 382. Además, los ángeles tenían un ejército de 200, 000,000 de a caballo, mientras que ¡Turquía nunca tuvo esa cantidad de hombres de a caballo en toda su existencia! Más aún, la profecía del Apocalipsis exige una “matanza [de] la tercera parte de los hombres” (Apocalipsis. 9:15), mientras que en el cumplimiento de la predicción de Litch, ninguna matanza se realizó. En vista de todos estos hechos, es evidente de por sí que aunque la predicción de Litch pudiera
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haberse cumplido, de ninguna manera tenía que ver con la del Revelador.
El Conflicto de los Siglos registra meramente que la predicción de Litch, no la de Juan, se cumplió. Así que la predicción de Litch basándose erróneamente en el Apocalipsis fue una coincidencia preternatural, no un cumplimiento de la profecía del Revelador.
Pregunta No. 78:
¿Cómo puede uno probar que la gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo . . . ni la habrá” (Mat. 24:21), no es el tiempo de angustia cual nunca fue desde que hubo nación”? Dan. 12:1.
Respuesta:
Profetizando de “la gran tribulación,” Cristo previno que sería un tiempo de persecución, dificultad, y muerte para los santos, y que ellos deberían, por lo tanto, huir “a los montes” para salvar sus vidas, de no ser así, “ninguna carne sería salva”. Mat. 24:16, 22. Pero Daniel predice que en el tiempo de angustia cual nunca fue, “Miguel se levantará y librará a cada uno de los santos, así que no experimentarán la muerte. Obviamente, por lo tanto, estos dos eventos ocurren en diferentes etapas. Cada uno siendo
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especial y único, el mayor de su clase. De hecho, la profecía declara que no habrá otra tal tribulación “y que no habrá ninguna otra tal angustia”.
(Véase El Respondedor, No. 2, Pregunta No. 47, para una explicación más detallada de estos dos eventos.)
Pregunta No. 79:
¿No invocó Abel el nombre del Señor cuando él ofreció su sacrificio? (Gen. 4:4) Siendo así, ¿Por qué en Génesis 4:26 (el margen) dice que después que Set nació, “entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”?
Respuesta:
Aunque desde la muerte de Abel al nacimiento de Set (Gen. 4:25) Caín fue el único hijo de Adán, con todo, ni él ni su posteridad fueron seguidores de Dios; así que ellos eran “los hijos de los hombres”. Pero Set y sus descendientes, quienes tenían el espíritu de Abel, invocaron el nombre de Jehová y fueron “los hijos de Dios”. Gen. 6:2.
Por eso como hubo dos clases diferentes de adoradores (la verdadera y la falsa) en contacto cercano la una de la otra, llegó a ser necesario el darse títulos para poder hacer una distinción entre los seguidores de los hombres y los seguidores de Dios. Los descendientes de Set fueron los primeros en
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“llamarse por el nombre del Señor,” Igual como los Judíos quienes mucho tiempo después aceptaron a Cristo fueron los primeros en llamarse Cristianos, mientras que los Judíos que rechazaron a Cristo continuaron llamándose Judíos, así los descendientes de Caín continuaron llamándose “los hijos de los hombres”.
De esta escritura llega la evidencia que las prácticas religiosas descuidadas e ignorantes que vemos hoy, con su espíritu perseguidor en contra de los que adoran a Dios precisamente como él ha mandado, tuvieron su comienzo con Caín; también que de Abel sale la influencia de obediencia, alcanzando hasta este día. Por consiguiente, hay todavía en el mundo “los hijos de los hombres” igual que “los hijos de Dios,” los seguidores de los hombres y los seguidores de Dios. Justo como la religión de “los hijos de los hombres en aquellos días fue tal como su padre Caín la practicaba,—no según el mandamiento de Dios, sino de acuerdo a su propia elección,— así es la religión de los hijos de los hombres. Muchos todavía adoran en la misma manera en que lo hicieron sus padres, no tomando las menores molestias para saber por sí mismos la diferencia entre lo falso y lo verdadero, sino que natural e irreflexivamente van precipi tándose hacia su destino, como los puercos de los gadarenos se precipitaron por un despeñadero en la mar (Mat. 8:32; Mar. 5:13).
Pero a pesar del santo nombre que los hijos de Set tomaron para sí mismos en aquellos días, muchos de ellos se mezclaron con los
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hijos de los hombres; es decir, “viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas” Gen. 6:2. Esta mala práctica, rápidamente acarreó la maldad de los hijos de los hombres a los hogares de los hijos de Dios. “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Y he aquí yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida bajo el cielo; todo lo que hay en la tierra morirá”. Gen. 6: 5–7, 17
Mirando hacia nuestro propio día, Jesús declaró: Porque como en los días del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre;” Mat. 24:38, 39 ¿No deberían por lo tanto “los hijos de Dios” en estos días prestar aún más atención a estos ejemplos y guardarse separados de las hijas de los hombres?
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Estas lecciones enseñan que cada individuo mismo, sin la influencia de otro, debería resolver saber y practicar la verdad si quiere escapar a los tejidos invisibles del enemigo distribuidos por el sendero de sus pies. El debería saber hoy lo propio de su caso, si el quiere guardar su corona de vida eterna, su tesoro más precioso. Si él no lo hace, la perderá.
Pregunta No. 80:
La declaración en “El Código Simbólico,” julio, 1935, vol. 1, No. 13, p. 9, dice que: “Si el individuo no se reforma al momento cuando es convencido de la verdad, no lo hará más tarde,” me hace temer. Porque si tal es el caso, entonces yo he hecho cosas para hacerme perder. ¿Qué esperanza habrá para mí?
Respuesta:
El Código no quiere decir por la palabra “reforma” que uno tiene que llegar a ser perfecto todo a la vez. La perfección es alcanzada por medio de seguir en la verdad y de subir la escalera de la perfección paso a paso. (Véase Testimonios, Tomo 1, p. 187. Un verdadero cristiano nunca se atrasa, sino como un maíz perfecto del campo, se desarrolla constantemente en la espiga, así también él se desarrolla en su esfera cristiana como la luz le guíe. Por lo tanto si usted ha hecho un comienzo y
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todavía está corriendo en la carrera, no hay razón por la que usted debería perderse, “porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse” Prov. 24:16. “Hijitos míos estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo”. 1 Juan 2:1
La clase que no se reforma, según el Código, son los que no empiezan en la carrera cuando son convencidos de la verdad avanzada, pero quienes como los Judíos en los días de Cristo o los Laodicenses hoy día, dicen “somos ricos y aumentados en bienes y no tenemos necesidad de ninguna cosa” (Apocalipsis. 3: 17) o quienes, como Felix, se excusan diciendo: ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”. Hechos 24:25 El hecho de que usted está luchando por vencer el pecado caminando en la luz, es evidencia suficiente que usted no está perdido. Y si así continúa, será salvo, de otro modo todos estamos perdidos.
Al enemigo le gustaría engañarnos de una forma u otra, no le importa cual, y no deberíamos darle ninguna ocasión, el consejo de Pablo es: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Heb. 12:1
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Pregunta No. 81:
¿Qué papel desempeñamos en el proceso de la santificación, y cuándo es una persona santificada?
Respuesta:
“Deberíamos considerar las palabras del apóstol Pablo, en las cuales él apela a sus hermanos por las misericordias de Dios, a presentar sus cuerpos `en un sacrificio vivo, santo, aceptable para Dios’ . . . la santificación no es meramente una teoría, una emoción, o una forma de palabras, sino un principio vivo y activo, entrando en la vida cotidiana. Exige que nuestros hábitos de beber, comer y vestirnos, sean tales para conservación de nuestra salud mental y moral y que para que podamos presentar al Señor nuestros cuerpos—no una ofrenda corrupta por malos hábitos, sino— “un sacrificio vivo, santo, agradable para Dios. Rom. 12:1".—Consejos sobre la Salud, p. 67 (en inglés). “La verdadera santificación viene por medio de la realización del principio del amor. “Dios es amor” y el que mora en amor mora en Dios y Dios en el. “La vida del corazón en que Cristo mora, revelará la piedad práctica. El carácter será purificado, elevado, ennoblecido, glorificado. La pura doctrina se combinará con obras de Justicia; preceptos celestiales se convertirán en prácticas santas.
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“La santificación . . . No se logra con un vuelo feliz de sentimientos, sino es el resultado de morir constantemente al pecado, y vivir constantemente para Cristo, los malos actos no pueden corregirse, ni reformas efectuadas en el carácter por esfuerzos débiles e intermitentes. Sólo es por un esfuerzo largo y perseverante, la ruda disciplina, y conflicto severo que venceremos. No sabemos un día, cuán fuerte será nuestro conflicto otro día. Mientras Satanás reine, tendremos al yo para subyugar, y pecados habituales para vencer. Mientras que dura la vida no habrá lugar donde pararse, ningún punto que podamos alcanzar y decir, lo he logrado plena mente. La santificación es el resultado a la obediencia de toda la vida”.—Hechos de los Apóstoles, p. 560 en inglés.
“Día tras día, hora tras hora, una obra vigorosa de abnegación propia y de consagración tiene que llevarse a cabo adentro. Luego las obras darán testimonio de que Jesús está viviendo en el corazón por la fe. La santificación no cierra las avenidas del alma al conocimiento, sino expande la mente y la inspira a buscar la verdad como tesoro escondido”.—Consejos para Maestros, p. 449. inglés.
“No hay santificación bíblica para los que echan una parte de la verdad tras de ellos”. (Testimonio, Tomo 1, p. 338), porque “esta obra no puede progresar en el corazón mientras que la luz sobre cualquier parte de la verdad es rechazada o descuidada. El alma santificada no se contenta con quedar en la ignorancia, sino que deseará caminar en la luz y buscar
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más luz. Como el minero busca oro y plata, así el seguidor de Cristo buscará la verdad como tesoros escondidos, y se apresura de luz a mayor luz, siempre aumentando en conocimiento. El crecerá continuamente en gracia y en el conocimiento de la verdad.—Review and Herald, 17 de junio , 1890.
“Muchos . . . no ejemplifican la verdad en sus vidas. Tienen ejercicios especiales sobre la santificación y con todo echan la palabra de Dios de tras de ellos, oran santificación, y gritan santificación . . . la Verdad Presente que es el canal no es considerada, sino hollada bajo los pies. Los hombres pueden clamar ¡Santidad! ¡santidad! ¡santificación!,¡santificación!, ¡consagración! ¡consagración! y con todo no conocer más de ella por experiencia, que el pecador con sus malas propensiones. Dios pronto quitará este vestido falso de la profesa santificación que algunos que son de mente carnal llevan para esconder la deformidad del alma.”—Testimonios, Tomo I p. 338, 336.
“El profeta Daniel fue un ejemplo de la verdadera santificación. Llenó su larga vida de notable servicio que rindió a su Maestro. Era un hombre ‘muy amado’ en el cielo. Sin embargo, en lugar de jactarse de su pureza y santidad, este profeta tan honrado por Dios, se identificó con los mayores pecadores de Israel, cuando intercedió cerca de Dios en favor de su pueblo:
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‘no derramamos nuestros ruegos ante tu rostro a causa de nuestra justicia, sino a causa de tus grandes compasiones.’ ‘Hemos pecado, hemos obrado impíamente.’ El declara, ‘Yo estaba hablando, orando y confesando mi pecado, y el pecado de mi pueblo.’ Y cuando más tarde el Hijo de Dios apareció para instruirle, Daniel dijo, ‘Mi lozanía se me demudó en palidez de muerte, y no retuve fuerza alguna.’
“Cuando Job oyó la voz del Señor de entre el torbellino, exclamó, ‘Me aborrezco, y me arre piento en el polvo y en la ceniza’”. Fue cuando Isaías contempló la gloria del Señor, y oyó a los querubines que clamaban: “Santo, Santo, Santo es Jehová de los ejércitos”, que dijo abrumado: ‘¡Ay de mí, pues soy perdido!’ Después de haber sido arrebatado hasta el tercer cielo y haber oído cosas que no le es dado al hombre expresar, Pablo habló de sí mismo como el “más pequeño de todos los santos”— Conflicto de los Siglos, p. 524.
La santificación de Pablo fue un conflicto constante consigo mismo. El dijo: “yo muero diariamente”, su voluntad y sus deseos estaban en pugna cada día. En lugar de seguir la inclinación el hizo la voluntad de Dios, no importaba cuán doloroso fuera para su propia naturaleza. “Dios conduce a su pueblo paso a paso. La vida cristiana es una batalla y una marcha. En esta guerra no hay descanso, el esfuerzo tiene que ser continuo y perseverante.
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“Es por esfuerzos incansables que mantenemos la victoria sobre las tentaciones de Satanás. La inte gridad cristiana tiene que buscarse con energía irresistible, y mantenida con una firmeza de propó sito resuelta.
“Ninguno será llevado hacia arriba sin esfuerzo severo y perseverante por su propia cuenta. Todos tienen que involucrarse en esta guerra por sí mismos . . . la lucha por la conquista sobre el yo, por la santidad y el cielo, es una lucha de toda la vida. Sin el esfuerzo continuo y actividad constante, no puede haber avance en la vida divina, ningún logro de la corona del vencedor ”—Testimonios, Tomo 8, p. 313.
“Esto es la voluntad de Dios concerniente a los seres humanos: aún su santificación. Al esfor zarnos en el camino hacia arriba, hacia el cielo, cada facultad tiene que guardarse en la condición más sana, preparada para hacer servicio. Los poderes que Dios ha dado al hombre tienen que estirarse . . . el hombre no puede hacer esto de sí mismo, tiene que conseguir la ayuda divina. ¿Qué parte, el agente humano tiene que hacer?—`Por tanto amados míos, como siempre habéis obede cido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad’ Fil. 2:12, 13"— Testimonios, Tomo 8, p. 64.
Finalmente la realización del principio de la verdadera santificación en el corazón cristiano es ilustrada de una forma incomparable, en la parábola de Cristo de la semilla que crece: “Primero hierba, luego
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espiga, después grano lleno en la espiga”. Mar. 4:28.
Así de gracia en gracia trepa la escalera a la verdadera santificación, que es el proceso dinámico de generación progresiva por el impartimiento continuo de la justicia de Cristo, “por el poder del espíritu de Dios que mora adentro” (Conflicto de los Siglos, p. 469 [inglés]); “Pues impartimiento del espíritu es impartimiento de la vida de Cristo” Obreros Evangélicos, p. 302)—la santificación completa.
Comparándola, “la justicia por la cual somos santificados” la primera fase de la santificación es imputada. La justicia por la cual somos santificados [segunda fase] es impartida, la primera es nuestro título al cielo, la segunda es nuestra idoneidad para el The Review and Herald, 4 de junio, 1895 (En Cristo nuestra justicia, p. 98 [inglés]).
“La germinación de la semilla representa el comienzo de la vida espiritual, y el desarrollo de la planta es una bella figura del crecimiento cristiano. Como en la naturaleza, así también en la gracia, no puede haber vida sin crecimiento. La planta debe crecer o morir, así como su crecimiento es silencioso e imperceptible, pero continuo, así es el desarrollo de la vida cristiana. En cada desarrollo, nuestra vida puede ser perfecta; pero si se cumple el propósito de Dios para con nosotros habrá un avance continuo. La santificación es la obra de la vida. Con la multiplicación
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de nuestras oportunidades, aumentará nuestra experiencia y se acrecentará nuestro conocimiento. Llegaremos a ser fuertes para llevar responsabi lidades, y nuestra madurez estará en relación con nuestros privilegios”.—Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 65 [inglés].
“Esto es la santificación bíblica. No es mera mente una ostentación o una obra exterior, es la santificación recibida por el canal de la verdad. Es la verdad recibida en el corazón, y llevada a cabo prácticamente”.—Testimonios, Tomo I, p. 339.
Cristo oró por sus discípulos en estas palabras: “Santifícalos en tu palabra, tu palabra es verdad” No hay santificación genuina, excepto por la obediencia a la verdad”.—The Sanctified Life, p. 49.
Pregunta No. 82:
Explique por favor la siguiente declaración de “La Vara del Pastor,” Vol. 1, p. 153; “Ahora a su pueblo El da un año para cumplir”.
Respuesta:
La siguiente declaración significa que Dios limitó a los líderes de Laodicea a un año en el cual aceptar el mensaje del sellamiento y llevarlo a sus iglesias respectivas. Cuando fracasaron en hacer esto, por el fin de este período limitado de gracia él los rechazó como sus siervos. Y ahora, si cualquiera de ellos acepta el mensaje adicional
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(Testimonios para Ministros, p. 106; Obreros Evangélicos, p. 304 [inglés]), y desea llevarlo a los laicos sólo puede hacer esto bajo la dirección del mensaje presente—La”reorganización” mencionada en Cristo Nuestra Justicia, Edición 1941, p. 121 [inglés].
Pregunta No. 83:
Por favor explique el significado de la “vara” como se usa en Ezequiel 21:8—15?
Respuesta:
Llamando a Israel la “vara” de su hijo (Sal. 74:2; 110:2) Dios muestra que ellos fueron su Vara para castigar a los paganos, igual que Asiria fue su Vara para castigar a Israel (Isa. 10:5). Así que la Vara es un símbolo de poder o gobierno, también un instrumento de castigo.
Pregunta No. 84:
¿Quiere decir la Biblia: cuchillos, escopetas o bayonetas cuando habla de “la espada del Señor” en los últimos días?
Respuesta:
El término “espada” como se usa en las escrituras, significa guerra, derramamiento de sangre y venganza. La espada de Dios es cualquier instrumento que El usa para ejecutar juicio, no necesariamente una arma de acero. ha menudo ha sido
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la pestilencia, fuego, hambre, terremotos y otra multitud de fuerzas elementales, aún los impíos, como el clamor de David muestra: “levántate oh Jehová sal a su encuentro, póstrales; libra mi alma de los malos con tu espada”. Salmos 17:13
Pregunta No. 85:
Por favor explique la diferencia entre los términos “Sión” y “Jerusalén” de Isaías 52:1 y de Apocalipsis 14:1.
Respuesta:
“Sión y “Jerusalén” de Isa. 52:1 tienen que representar gente, porque sería ridículo decir a un cerro y a una ciudad: despierta, despierta, vístete de tu fuerza, vístete de tus vestidos hermosos”.
Sobre la colina exaltada de Sión antiguo, se ubicaba el palacio del rey, y “habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; más el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades” Nehemías 11:1. Así la familia real moraba en Monte Sión, y los jefes menores y otros gobernantes representantes vivían en Jerusalén.
La llamada: “Despierta, despierta, vístete de tu fuerza, vístete de tus vestidos hermosos”, se aplica a la iglesia de Laodicea, la última de las siete
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iglesias, la cual termina el período del “trigo” y “cizaña” mezclados, porque después que ella se vista de sus ropas hermosas; los impíos ya no más van a entrar en ella”. Los que se despertarán a la llamada animada, se vestirán de su fortaleza separándose de los impíos, vistiéndose sus ropas hermosas volviéndose a la justicia, son los que en “los últimos días compondrán Sión y Jerusalén —los príncipes y gobernadores en la Iglesia o Reino restaurado”.
Luego “Revestida de la armadura de la Justicia de Cristo, la Iglesia entrará en su conflicto final”, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden, ha de salir ante todo el mundo vencedora y para vencer”.— Profetas y Reyes, p. 535.
Por eso “sólo a los que han resistido a la tentación, en la fortaleza del Omnipotente les será permitido participar en proclamarlo”, [El mensaje del tercer ángel] cuando se haya henchido hasta ser el Fuerte Clamor”.— Review and Herald, 19 de nov. 1908.
Ahora en cuanto al significado de los dos términos, Sión y Jerusalén, como se usan en Apocalipsis 20:1, la segunda referencia en la pregunta, el Revelador explica que los 144,000 de las doce tribus de Israel son los que componen Sión. Aquí están sus palabras: “Y miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión,
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y con el ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el Nombre de su Padre escrito en sus frentes”. Apoc. 14:1.
Siendo estos las primicias (Apoc. 14:4), muestra además que son los primeros en la cosecha “el fin del siglo”. Mateo 13:39. Obviamente, entonces los que son vistos después de ellos “la grande muchedumbre . . . de todas las naciones,” (Apoc. 7:9), son solamente los de la segunda cosecha, algunos de quienes morarán en Jerusalén.
Así que en este tiempo de la cosecha, ocurrirá que: “. . . el monte de la casa del Señor [Monte Sión] será establecido en la cabeza de las montañas, y será exaltado por encima de las colinas; y todas las naciones fluirán a él”. Isa. 2:2.
Pregunta No. 86:
Por medio de Isaías (capítulo 63, verso 3) Cristo declaró de si mismo: “Pisado he yo sólo el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo: pasillos con mi ira, hollélos con mi furor, y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas”. ¿Esta escritura se aplica a la obra de Cristo en el tiempo de su segunda venida?
La respuesta:
La primera parte del verso se aplica a la primera venida de Cristo. Y la última parte al
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tiempo de la purificación de la Iglesia. De este modo Cristo, por uso de lenguaje profético, parece estar mirando atrás al tiempo de sus sufrimientos cuando estaba en la cruz, recalcando el hecho que no hubo nadie con él, y que por lo tanto, por ilación, los que no tenían parte en su agonía no tienen ningún derecho de enseñorearse sobre los que El ha libertado; y que los que siguen manteniendo a su pueblo en esclavitud y en ignorancia de su verdad, él los pisoteará en su furia y los pisoteará en su ira, y esparcirá su sangre sobre sus ropas, así manchando toda su vestimenta, y liberando a su pueblo.
¿BAUTIZADO PARA LA REMISIÓN DE LOS PECADOS, O PARA PROGRESAR CON LA VERDAD?
Pregunta No. 87
Puesto que fuimos recibidos en la Iglesia Adventista del Séptimo Día como miembros basados en nuestro bautismo anterior en la Iglesia bautista, ¿será necesario ahora bautizarnos de nuevo?
Respuesta:
Las Santas escrituras enseñan una necesidad de un sólo bautismo, (Efesios 4:5) y como usted fue bautizado por inmersión en la Iglesia Bautista y más tarde se unió con la iglesia Adventista del Séptimo Día por ninguna otra razón sino para caminar en la luz más brillante de su palabra, usted no tiene necesidad de rebautizarse. Y si usted ha sido fiel a sus votos cristianos
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también en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, entonces usted no tendrá necesidad de otro bautismo ahora. Supongamos que usted haya sido bautizado por el apóstol Pablo y recibido en la membresía en la Iglesia y viviendo en el tiempo actual todo el tiempo caminando en la luz avanzando hacia el Señor, usted habría seguido por todos los 7 movimientos sucesivos de la reforma —los 7 períodos de la Iglesia. En el período protestante usted habría sido Luterano primero y Davidiano último. Siguiendo así fielmente la luz de la verdad, no es bíblico ni lógico que Dios hubiera exigido que se volviera a bautizar cada vez que se tomara un paso hacia adelante.
¿QUIEN ES EL REY DE LA OBRA DEL CENTRO DEL MONTE CARMELO —DIOS O EL HOMBRE?
Pregunta No. 88
La mayoría de nosotros tuvimos una lucha para desatarnos de las ligaduras puestas sobre nosotros por el liderazgo actual de la Iglesia y parece no más que razonable que tengamos la certidumbre que el Señor está dirigiendo en todos los movimientos del Monte Carmelo. ¿Podremos saber exactamente cuál parte de la obra del Monte Carmelo está bajo la dirección del Señor?
Respuesta:
Pensando cuidadosamente sobre este asunto sólo puede rematar en la realización que como Dios ha prometido tomar las riendas en sus propias manos, entonces es exactamente lo que El
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necesariamente está haciendo. Por eso toda la confusión y perplejidad con las preguntas, la crítica y las dudas sobre la obra son irrazonables, inexcusables, y dañinas.
“Satanás,” dice el Espíritu de Profecía, “es hábil para sugerir dudas e idear objeciones al testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia en ellos el ser incrédulos y presentar dudas. Los que desean dudar tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. El da evidencias que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado, y todos deben decidir por el peso de la evidencia”.—Testimonios, Tomo 2, p. 290. Además, ningún hombre puede juzgar la obra por su propia sabiduría, o por la sabiduría de otros seres humanos, pues dice el Espíritu de verdad: “Los obreros se sorprenderán por los medios sencillos que utilizará para realizar y perfeccionar su obra en justicia. . . . Permítanme decirles que el Señor obrará en esta última obra, muy diferente del orden común de las cosas, y de una forma que será contraria a los planes de cualquier ser humano”.—Testimonios para los Ministros, p. 300. “No conviene que usted sea acobardado por las apariencias exteriores. Por difícil
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que sea,” conviene que usted lleve adelante la obra que el Señor ha dicho que se debe llevar”.— Testimonios, Tomo 9, p. 141.
Si cada uno hace bien su parte en la obra que le es dada hacer, verá pronto que no tiene ni necesidad ni capacidad para cuidar de los deberes del Señor, ni de los deberes dados, y lo único correcto, será aceptar valientemente este alto desafío a Josué: 11, si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también tú guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré lugar”. Zac. 3:7. A los creyentes en la Verdad Presente, una de las evidencias más ciertas, que el Señor está dirigiendo en la obra del Monte Carmelo, es que no importa la oposición incesante, la falta de obreros, y muchas otras dificultades, la obra sigue constantemente adelante con un poder irresistible. Es verdaderamente como la semilla de mostaza.
A pesar de su comienzo humilde e insignificante, la crítica y la oposición en contra de ella, y los obstáculos inútiles e impedimentos que haya tenido que superar, está despertando a multitudes por toda Laodicea. Ha lanzado el barco de la reforma, y mientras que muchos
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han entrado en ello, otros están rápidamente acercándose a la decisión para buscar la seguridad que ofrece. Ellos están estudiando de nuevo la Biblia en la luz divina de La Vara del Pastor. El Mensaje de los Tres Ángeles ha llegado a ser para ellos claro y dulce como una fuente de la montaña. Y los que nunca tenían y aún nunca creían en las escrituras del Espíritu de Profecía, están ahora comprando todos los volúmenes.
Cierto, ninguno puede con reflexión decir que tal es la obra del enemigo, pues sería dar crédito a Satanás como el autor de la Biblia. Si la Biblia es del Señor, el mensaje de la Vara no puede ser del diablo, porque es la Biblia revelada. Nunca sin el poder de Dios podría haber leudado a la denominación entera, porque el Todopoderoso declara: “Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; guardaréla de noche y de día, porque nadie la visite. No hay en mi enojo, ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinas y cardos? Yo los hollaré, quemarélos juntamente”. Isa. 27: 3, 4.
Los que solamente profesan creer, están aquí advertidos que el Señor sabe su obra, y que no ha dejado a sus obreros en tinieblas concerniente a eso. El expone sus secretos, el dice: “Y tú, hijo del hombre, los hijos de tú pueblo se mofan de Ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro cada uno con su hermano, diciendo:
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`venid ahora y oíd qué palabra sale de Jehová.’ Y vendrán a Ti como viene el pueblo, y estarán delante de Ti como mí pueblo, y oirán tus palabras y no las pondrán por obra, antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tu eres a ellos como cantor de amores, gracioso de voz, y que canta bien. Oirán tus palabras, más no las pondrán por obra. Empero cuando ello viniere (he aquí viene) sabrán que hubo profeta entre ellos”. Ezeq. 33:30—33.
Pregunta No. 89:
Hay entre nosotros uno que está enseñando que si la red fue jalada la ribera (Mateo 13: 47,48) en 1930), entonces los que no estaban en ella en ese tiempo (es decir los que no fueron miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo día) no pueden esperar ser parte de las pri micias. ¿Si esto es verdad entonces porque intentar entrar ahora, en lugar de esperar el tiempo para los segundos frutos? O si uno ya está en el mensaje, ¿Por qué continuar esfor zándose para vivir al tanto de ello, si sus esfuerzos son destinados a fracasar, siendo que perdió la fecha?
Respuesta:
El acto parabólico de jalar la red a la ribera (El Señor momentáneamente interrumpiendo Su obra), no impide en el sentido
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literal a ninguno de entrar en ella si se esfuerza debidamente, pues aunque como pescado no puede en realidad nadar en una red después que sea jalada a la rivera, con todo, como pueblo, uno puede en realidad entrar a la Iglesia hasta el fin de la Gracia.
De cierto, si un buen pescado logra entrar en una red mientras que está jalándose a la ribera, los pescadores no lo arrojarán fuera sencillamente porque la red no lo atrapara. Más bien serán considerados más preciosos a causa de su propio esfuerzo por entrar en ella, sin que el pescador tuviere que ir a atraparlos con la red. Si uno no puede ver la posibilidad de sí mismo como pescado entrando en la red, el puede fácilmente verse como oveja entrando en el redil.
Claramente, entonces la idea de una fecha de expiración es un concepto falso, que sólo puede desanimar el progreso del Cristiano causando que algunos ya en el mensaje, razonan de tal forma para salirse a causa de la futilidad de quedar dentro, y justificando a otros en no hacer el esfuerzo necesario para entrar en la red de salvación cuando la oportunidad se presenta. En verdad hasta los obliga a pasar por alto su oportunidad presente y buscar y esperar otra que nunca vendrá.
¡Dice el Espíritu de Dios: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Heb. 4:7.
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Pregunta No. 90
¿Deberíamos nosotros, quienes han sido desfraternizados seguir asistiendo a los servicios de la iglesia? Y si tal debe ser el caso, y si se nos presenta una oportunidad para decir una pala bra tocante a la Verdad Presente, deberíamos hacerlo? Pero si nos piden que no digamos nada que se relacione con la Verdad Presente— ¿deberíamos acatar y quedar silenciosos para siempre? ¿Y qué haremos si no nos permiten participar en el servicio de la santa cena?
Respuesta:
Nuestra relación con la iglesia es la misma como fue la de Juan el Bautista, Jesucristo, y los apóstoles. Tenemos un mensaje que proclamar a la iglesia, y aunque los oficiales de la iglesia nos digan que salgamos, como el Sanedrín mandó a los apóstoles fuera del templo, de una forma cristiana, tenemos que rehusar salir y debemos continuar regresando a la iglesia. Porque si salimos y nos alejamos y llegamos a ser extranjeros, ¿Cómo entonces podemos proclamar el mensaje a nuestro pueblo? Todos tienen que darse cuenta, sin embargo, que mal? conviene mal a un cristiano causar cualquier disturbio a cualquier tiempo, especialmente durante los servicios de la iglesia. Tampoco es posible para cualquiera de nosotros por tales métodos, presentar el mensaje a aquellos, o convencerles que estamos hablando “la palabra de vida,” pero dando un testimonio silencioso,
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reverentemente, y decorosamente en la iglesia y fuera de la iglesia, no daremos provocación para nada, sino acusaciones falsas. En la Escuela Sabática es perfectamente justo y permisible contestar preguntas que surgen en conexión con la lección. Por esto no nos pueden acusar justamente de causar disturbios, porque de ninguna forma es una violación del propósito constituido en las reglas de la escuela sabática. Pero si alguno de ellos nos pidiera específicamente que no contestemos preguntas, entonces deberíamos refrenarnos de hacerlo, en lugar de causar contención y desagrado.
Es malo crear controversia o disputa sobre cualquier punto que pueda surgir. Nada sino mal, puede resultar a la Verdad Presente un tal proceder. ¡Que su comportamiento gane la confianza de la gente! Dos de las principales razones para no alejarse o no quedar fuera de la Escuela Sabática y los servicios de la iglesia son: (1) que estaríamos despojándonos de los privilegios del culto público en la iglesia que ayudamos a construir, (2) que ausentándonos de los servicios llegaríamos a ser extranjeros a nuestros hermanos, y tendríamos que llegar a familiarizarnos de nuevo con ellos, si jamás tuviéramos que dar el mensaje a ellos. (3) pero continuando, no obstante, a ir a la iglesia, vamos a tener, después que la congregación se despida, oportunidades para hablar con los hermanos en el interés del mensaje, instándoles a investigar por sí mismos, o que asistan a nuestros estudios, o que lean las publicaciones
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de la Verdad Presente. También hay siempre una oportunidad para conseguir uno o más nuevos nombres y direcciones para enviar a nuestra lista de correos. Así que si voluntariamente nos quedamos fuera de los servicios de la iglesia, nos colocamos en una posición para ser acusados de ser separatistas del cuerpo, y a la misma vez perder la oportunidad de llegar en contacto con la congregación.
Más aún, si en esta manera nos separamos, luego en el cumplimiento de Ezequiel 9, cuando los que no tengan la marca “sean quitados”, no tendríamos el mismo derecho a reclamar una heredad en la denominación.
En cuanto a nuestra participación en el servicio de la santa cena de la Denominación, creemos por cuanto que la iglesia celebra esta ordenanza regularmente, deberíamos participar en cuanto sea posible. Porque si voluntariamente nos ausentamos de ello, les daríamos una impresión incorrecta. Si la iglesia rehúsa servirnos o permitir que sirvamos a otros en la ordenanza de humildad, no hay nada que podamos hacer sino esperar hasta que el servicio sea terminado. Y si nos pasan por alto cuando pasan con el pan y el vino no deberíamos murmurar o decir nada, sino con paciencia aguantar el desprecio. Humillándonos, de esta forma las personas honestas en la congregación verán la actitud no cristiana de ellos, y también la insensatez de los oficiales de la iglesia.
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Y ellos van a empezar a despertarse y comprender la situación. Aunque, en contra de nuestra voluntad, podamos ser excluidos de participar en las ordenanzas, sin embargo tendremos nuestros nombres en el libro de la vida, y como el ladrón bautizado en la cruz, entraremos al paraíso por haber hecho lo mejor. Por lo tanto, seamos fieles en asistir a los servicios de la iglesia y en nuestro comportamiento, “no sea que permaneciendo aun la promesa de entrar en su reposo alguno de vosotros parezca no haberla alcanzado” Hebreos 4:1.
Pregunta No. 91.
“En La Vara del Pastor”, Tomo 1, p. 20, se hace el punto que Juan vio el ángel de Apocalipsis 18, no viniendo, no en vuelo bajando, sino “venido” es decir ya llegado. Pero en Inglés ordinario, ‘venido’ en este contexto significa descender o descendido y la hermana White dice: “Y mientras descendía”. ¿Cómo, por lo tanto, puede “La Vara” poner debido énfasis sobre el pensamiento que Juan lo vio ya “venido”—ya llegado?
Respuesta:
Cuando algo de alta velocidad, tal como una bala, o un destello de relámpago está viniendo, su velocidad de viaje no da tiempo al observador para ver la continuación de su progreso,—su “venir”; él sólo puede verlo cuando ha llegado final mente—”venido”. Así el hecho de que el ángel
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de Apocalipsis 18:1 se ve, no “viniendo” (como es el ángel de Apocalipsis 20:2), sino “venido” significa que el llega súbitamente—como el ángel de Daniel 9:20, 21. Pero en contraste, fijándose en el acercamiento de un objeto tal como el sol, un observador puede ver constantemente la continuidad del ascenso. De acuerdo a esto La Vara observa que al ángel de Apocalipsis 7:2, se le vio mientras estaba lejos, “Que subía de donde salía el sol, porque el subía lentamente como el sol; mientras que el ángel de Apocalipsis 18:1 fue visto súbitamente “venido”. Porque al momento terrífico de su vuelo hacia abajo no permitió suficiente tiempo para que el ojo humano le viera “viniendo”. Esta contradistinción entre la velocidad de los dos ángeles a causa del significado diferente de cada uno, es el punto de énfasis.
¿SI EN ESE ENTONCES CADA PARTE FUE UNA MITAD, ¿COMO SERÁ AHORA?
Pregunta No. 92.
La Vara del Pastor, Tomo 1, p. 30 hace la declaración que la denominación Adventista del Séptimo Día alcanzó el número de membresía de 300,000 al tiempo cuando el libro fue escrito, este hecho sugiriendo que como la mitad, 144,000, son las 5 vírgenes prudentes, y la otra mitad son las 5 vírgenes fatuas, ¿Pero cómo puede ser esto ahora, cuando hoy día la denominación tiene un número de miembros de más de 500,000?
Respuesta:
Escribiendo en 1930 la Vara estaba hablando
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necesariamente en términos, no de la membresía de hoy (que se desconocía en ese tiempo), sino de la membresía establecida en ese tiempo. Y aunque el número en ese tiempo se sugería naturalmente como la mitad de miembros (2 clases, buenos y malos —vírgenes prudentes y vírgenes fatuas), puesto que sólo hay 144,000 Israelitas para ser sellados, el número de los no sellados habría aun entonces superado el número de los sellados.
En el análisis final, sin embargo, no es el propósito de la Vara ni su intención, decir cuantos sean prudentes y cuantos sean fatuos, en esta cosecha de las primicias, porque cuando se llegue a conocer la entera verdad, la figura de las “5 vírgenes prudentes, además de abarcar 144,000 de las tribus de Israel, pueda ser que abarque a un número considerable de las naciones gentiles”.
Pregunta No. 93
¿Aunque yo no soy miembro de la iglesia Adventista del Séptimo Día, con todo, puesto que tengo la luz sobre Ezequiel 9, y sobre la verdad de los 144,000, caeré yo en la matanza de los impíos si yo no acepto plenamente la luz, ni vivo al tanto de ella? Y por otra parte, ¿podría yo estar en la posición de gozar de los privilegios de los 144,000 y ser uno de ellos si yo obedezco toda la luz de este mensaje?
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Respuesta:
Aunque usted no es miembro de la iglesia, todavía tendrá que dar cuenta por la luz que tiene sobre el tema, porque nadie encuentra la verdad accidentalmente, o la comprende sin la ayuda del Espíritu Santo. Por la misma ley de contabilidad o de responsabilidad sagrada, aunque usted pueda haber venido en el mensaje sólo recién, usted puede ser elegible para la elección de los 144,000, si vive al paso del mensaje que ha de purificar y sellarlos. Si con seguridad, sin embargo, ser uno de ellos no sabemos, pero si usted es fiel al mensaje, por lo menos será uno con ellos.
Pregunta No. 94.
Si uno ha leído “La Vara del Pastor” y ha aprendido y cree lo que el mensaje enseña, ¿le aconsejaría primero a unirse con la denominación Adventista del Séptimo día?
Respuesta:
Si uno ha aceptado sin reserva la verdad completa, su privilegio y deber es ser bautizado en la iglesia. Pero habiendo estudiado el mensaje del tercer ángel por la agencia de la Vara, a la cual el ministerio Adventista del Séptimo Día se opone, por consiguiente puede ser que le nieguen bautismo y membresía por ello. Sin embargo, si ha hecho todo lo que pudiera para recibir
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bautismo y unirse con la iglesia y rehúsan tener compañerismo con él, luego su deber será arreglarse con el centro del Monte Carmelo para bautismo y membresía.
Es tener su nombre en uno en los libros, no meramente de la iglesia, sino del cielo, lo que es la seguridad áurea de salvación. Y es la aceptación del mensaje de la hora, y un esfuerzo conmensurado para obedecer fielmente sus enseñanzas, lo que gana la membresía del Santo en su certificado de membresía en el cielo.
Mientras que uno da testimonio en favor de la Verdad Presente, sus enemigos en la denominación se opondrán a él, para desfraternizarle si ya tiene membresía allí, pero tal pérdida no debería desanimarle. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de si, y os vituperen y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre” Lucas 6:20—22, “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra; vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre dijeron: Jehová sea glorificado, pero el se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos”. Isaías 66:5
Pregunta No. 95.
Favor de explicar Mateo 16:15—19. ¿Por qué Cristo dio las llaves a Pedro? ¿Porque no a otro, ni a todos?
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Respuesta:
Pedro fue el único que dio la respuesta a la pregunta, ¿pero quien decís vosotros que yo soy? “por lo tanto a Pedro y a ningún otro, Jesús dijo, “A ti te daré las llaves del reino del cielo, habiéndole primero asegurado que “carne y sangre no lo habían revelado a él, sino su Padre que está en el cielo”.
Cuando Dios hace que un hombre comprenda algo que esta más allá del conocimiento finito, la Biblia llama esto la Inspiración. Así Jesús declaró a Pedro Inspirado. Esta Inspiración y el testimonio de Jesús, por lo tanto, fueron las llaves al tema central de la salvación del hombre —el conocimiento del Hijo de Dios. Esto es la verdad, el evangelio que había de proclamarse. Fue la Verdad Presente —un mensaje Inspirado directamente de Dios. Así posesionando una revelación por la cual cada hombre debía de juzgarse, o para salvación o condenación, Pedro y sus asociados llegaron a ser responsables, o por cerrar, o abrir la salvación a cada alma viviente bajo el cielo.
Por consiguiente, cuando Cristo dio las llaves a Pedro, le dio el evangelio y una comisión divina a predicarlo. Y mientras Pedro y sus colaboradores fuesen fieles a esa carga, por tanto tiempo poseían las llaves para cerrar o abrir el reino de Dios, y tener atado en el cielo, lo que ellos ataban o desataban en la tierra. De acuerdo a esto con la Inspiración y la revelación progresiva, La Verdad Presente, van las llaves.
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Obviamente, por lo tanto, un mensaje del cielo proclamado por los siervos escogidos de Dios es Todopoderoso, y por ello el destino eterno del hombre es decidido. Claramente, entonces las llaves no son la iglesia misma, sino están en el mensaje que ella proclama. Así que ningún hombre o grupo de hombres tiene poder para atar o desatar con la aprobación del cielo, excepto a la instancia de un mensaje dado directamente del cielo para que ellos lleven durante ese tiempo. “Diferentes períodos de la historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo,”—El Conflicto de los Siglos, p. 667. Esto ha sido así desde tiempo inmemorable.
Noé, también tenía las llaves, y fue así capacitado para desatar o atar igual en el cielo y en la tierra. El hecho de que aun las puertas del infierno, no podían prevalecer en contra del arca da testimonio de esto.
Y la promesa de Dios a Abraham “bendeciré aquellos que te bendicen y maldeciré al que te maldice; y en Ti serán benditas todas las familias de la tierra, (Gén. 12:3), muestra que el también tenía las llaves del cielo. También en la mano de Moisés controlada providencialmente, las llaves abrieron las puertas del reino a la libertad y salvación de los justos.
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“Y la cerraron con destrucción sobre los impíos”. Y dijo Moisés: “En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. “Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Más si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová. Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes”. Núm. 16:28—32. Mediante Moisés, Dios entregó las llaves a la hueste hebraica, y las quitó de ellos el día de Cristo cuando los judíos le rechazaron. Luego el transfirió las llaves a los fundadores de la iglesia cristiana. Pero a pesar del ejemplo del pasado, los seguidores de los apóstoles con tiempo también repetían los errores de los seguidores de Moisés durante toda la edad oscura, y especialmente el período de la Reforma, Dios continuaba confiando mensajeros tras mensajeros, y movimiento tras movimiento. Pero vez tras vez desde la reforma hasta la llamada de Guillermo Miller, cada grupo sucesivo
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repetía la insensatez de llegar a estar satisfecho con un mensaje estático, hasta que finalmente cuando todas las iglesias protestantes del día de Guillermo Miller rechazaron el mensaje para ese tiempo, ellos también, inconscientemente rehusaban ser custodios de las llaves sagradas.
Así Miller y sus asociados las poseían hasta el tiempo del otro mensaje de Dios, el juicio de los vivos cuando las llaves sagradas pasaron del movimiento Milerita a la denominación Adventista del Séptimo día. Pero si ahora ella rehúsa las amonestaciones de Dios para ungir sus ojos con el colirio que el esta ofreciendo a ella, ella también, permitirá que las llaves sean quitadas y pasen a las manos de los que están proclamando el mensaje adicional, el juicio de los vivos, el mensaje del Fuerte Clamor. (Véase Primeros Escritos, p. 277—279) y tragedia de tragedias ¡esta misma cosa los Laodicenses en su ceguedad están haciendo así repitiendo la historia del pueblo de Dios por las edades.
Pregunta No. 96.
¿Mientras que uno todavía tiene membresía en la denominación Adventista del Séptimo Día debería uno pagar diezmos a los Davidianos?
Respuesta:
Uno puede mejor contestar esta pregunta,
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haciendo se las siguientes preguntas:
¿Creo yo que La Vara del Pastor contiene el mensaje de la hora, el mensaje de los 144,000? ¿He recibido yo alguna ayuda espiritual de ello? ¿Me ha hecho arrepentirme de mis pecados que anteriormente hacía? ¿Soy yo ahora un mejor Adventista que antes que yo aceptara el mensaje? ¿Me ha hecho amar la Biblia, el Espíritu de Profecía, y a los hermanos más que antes? Si la respuesta a cada una de estas preguntas es “no”, luego debería pagar su diezmo a la iglesia en la cual es todavía un miembro. Si su respuesta a ellas es “si” y si todavía está en duda en cuanto a donde debería pagar su diezmo, debería hacerse más preguntas: ¿Si yo hubiese continuado en el curso Laodicense en el cual la Vara me encontró, podría haber sido salvo y listo para encontrar al Señor en su venida? ¿Pueden mis hermanos Adventistas del Séptimo Día ser salvos quedando en su condición actual?
Si a estas preguntas la repuesta de uno es “no,” “luego sus repuestas a las siguientes preguntas le instruirán donde pagar su diezmo”.
Puesto que soy responsable por la luz que ahora está brillando sobre mi camino, y puesto que yo tengo que darla a mis hermanos, debería yo pagar mi diezmo a la Denominación para que el ministerio tenga más dinero,
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para pelear contra el mensaje, y también contra mis esfuerzos personales para alcanzar al pueblo con ello, y de esta manera estar trabajando en contra, sólo ayudándoles a mantener al pueblo en tinieblas, o debería yo pagarlo a los Davidianos el alfolí de la Verdad Presente, donde naturalmente debería ir para promover el avance de la reforma tan conmovedora de corazón, y así rescatar mis hermanos Adventistas del Séptimo día de la ruina eterna. Y si ellos mismos no están preparados para encontrarse con el Señor (Testimonios, Tomo 6, p. 371 [inglés], (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, p. 547), entonces ¿cómo pueden ellos preparar adecuadamente a los paganos. En vista de todos estos hechos deberían ir mis diezmos a la denominación Adventista del Séptimo día en favor de los paganos, o debe ir para el mensaje del sellamiento en favor de mis hermanos. ¿Y si no me atrevo a colocar mis diezmos al apoyo de lo que yo creo ser la Verdad Presente, luego como tal mensaje se va a sostener y en cual otro lugar puedo yo de buena conciencia colocar mis diezmos?
¿Además, si los coloco en la denominación para ser usados mayormente para la evangelización de personas en el mundo, en lugar de colocarlos en el alfolí de la Verdad Presente para ser usados para beneficio de mis hermanos, entonces estaría yo haciéndolo al descuido de mis propios hermanos, y así negando que yo soy guardián de mi hermano? Y debería yo, además, obedecer la orden del ministro a ir en búsqueda de ovejas en la casa de Baal, en lugar de prestar oídos al mandato expreso del Señor
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a llevar el remedio enviado del cielo a las ovejas enfermas de pecado, en la casa de Israel (Mateo 10:6)? ¿Cual de estos esfuerzos me ganaría con más seguridad la aprobación, “Y su Señor le dijo: bien buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo del Señor”. Mateo 25:21.
¿Quien es pues el siervo fiel, y prudente al cual puso su Señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual cuando su Señor venga, le halle haciendo así. Mateo 24:45—46
Ahora si después de haber contestado todas estas preguntas a su satisfacción, todavía no está decidido en cuanto a que debería hacer con el diezmo, luego Léase Tratado No. 4, Las Ultimas Noticias para Mamá, Edición 1943, p. 63—70. “Acuérdese de la esposa de Lot,” haga lo que el Señor dice”.
Pregunta No. 97.
¿Será bíblico que uno detenga personalmente sus diezmos y ofrendas para poder llevar la obra del evangelio en su propia comunidad, según sus propios planes?
Respuesta:
En ninguna parte de las escrituras encontramos permiso para usar el diezmo del Señor a nuestra discreción.
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La única justificación para hacer esto sería la pura incapacidad por alguna razón para enviarlos al alfolí del Señor. Si uno voluntariamente, sin embargo, hace tal práctica, estaría poniendo un mal ejemplo ante otros, y si, siguiendo su ejemplo, otros hacen lo mismo, su curso de acción inevitablemente resultaría en obstaculizar la obra del Señor, sangrar y minar su tesorería, y así desorganizando su obra y reduciendo su iglesia a un mero cascarón, mientras que sus miembros están pagándose como obreros en la viña del Señor y corriendo sin haber sido enviados, ¡que Babilonia sería eso!.
Aunque el Señor manda “traed todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10), El no dice, “traed todas las ofrendas,” así que mientras que uno se emprende en alguna actividad o misión personal de caridad, debería sostenerla de las ofrendas, no del diezmo.
“Los ángeles guardan un registro fiel de la obra de cada hombre, y cuando el juicio pase sobre la casa de Dios, la sentencia de cada uno es registrada cerca de su nombre, y el ángel es comisionado a no perdonar a los siervos infieles, sino a talarlos al tiempo de la matanza, . . . y las coronas que ellos pudieron haberse llevado si hubiesen sido fieles, . . . “Son colocadas sobre las cabezas de los que han sido salvos por los siervos fieles”.—Testimonios, Tomo 1, p. 198.
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Pregunta No. 98
¿Deberíamos pagar nuestros diezmos al alfolí si sabemos que no los usan debidamente?
Respuesta:
Sabiendo que nuestros diezmos pertenecen al alfolí de Dios, nuestra mayor carga debería ser que sean fielmente pagados allí. En ninguna parte en la Biblia podemos encontrar que el Señor ha colocado sobre cualquiera que pague el diezmo, el deber de ser policía para los canales por los cuales pasan sus fondos.
La tesorería del Señor está bajo su control, y si El mismo no lo ve debido el corregir algún abuso en el manejo de su dinero, ciertamente nosotros no podríamos corregirlo, por mucho que intentemos. Si guardamos fielmente esa parte de su obra con que El nos encarga, nuestra única preocupación sería saber donde está su alfolí, y luego fielmente depositar su dinero allí. No nos ha hecho responsables de su uso; de eso, El personalmente se encargará,—mientras que El está ahora “tomando las riendas en sus propias manos”. “Cuando la tierra prometida fue dividida entre las doce tribus de Israel, la tribu de Leví no recibió tierra para su herencia, como las 11 tribus recibieron. En lugar de eso, el Señor mandó que los diezmos de las otras tribus habían de darse a los Levitas. Esto fue su heredad. Los diezmos fueron en realidad suyos. E
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igual como los que recibían los diezmos no tenían derecho de decir a los pagadores qué hacer con el resto de sus ganancias después que ellos habían diezmado, así los que pagan los diezmos no tienen derecho de dictar a los que los reciben, qué hacer con esos diezmos. Cada tribu misma fue responsable ante el Señor para lo que El le había dado. Así debe ser hoy.
Pregunta No. 99:
Deuteronomio 14:22 dice: “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año”. ¿Cómo debería yo calcular el diezmo para mi cosecha?
Respuesta:
Para facilitar la respuesta a esta pregunta, consideremos el ejemplo de un cultivador de papas. Digamos que él no tiene expensas de obreros alquilados, de riegos, de renta, etc. Si él es libre de semejantes gastos, y si su ingreso total es 50 dólares cada acre, luego la cantidad entera será sujeta al diezmo, la que sería $5 cada acre. Si, sin embargo, él tiene que operar con gastos adicionales para producir su cosecha, luego, obviamente, tales gastos deberían deducirse del valor entero de su ingreso. El diezmará sólo de lo que queda. Por ejemplo, si el valor total de su cosecha es $50 cada acre, y sus gastos son $10 cada acre, entonces, la ganancia, la cantidad sujeta al diezmo,
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sería 40 dólares cada acre, y el diezmo será $4 dólares en vez de $5 cada acre.
Si por otra parte, uno es un empleador y sostiene los gastos de seguridad social, transporte de ida y vuelta a su trabajo, etc., luego uno sustrae la cantidad de los gastos de sus ganancias antes de diezmar. Por ejemplo, si el recibe $100 mensualmente, y tiene que pagar 10 centavos cada día o como $2.60 para transportación, luego él sustrae $2.60 de $100 y diezma de lo que queda ($97.40). Si las entrada de uno provienen de rentar sus edificios, luego se sustrae la cantidad que se gasta para mantener la propiedad del ingreso total. Computando sus ingresos de esta forma, uno diezma todos sus bienes.
Pregunta No. 100
Puesto que la Biblia enseña que uno debería diezmar todas sus ganancias ¿No debería uno diezmar todos sus regalos?
Respuesta:
Usada como sustantivo, la palabra “producto” o “aumento” significa “Lo que es añadido a la cantidad original” ganancias,—la entrada de labor o de la herencia de uno, y como no sabemos si bíblicamente se puede decidir si es necesario diezmar los pequeños regalos de amor, la decisión debe descansar enteramente con el individuo.
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Pregunta No. 101
¿Los seguros de entierro, “caen bajo el título de seguros de vida?
Respuesta:
En la misma naturaleza de ello, seguro de entierro es necesariamente un tipo, una clase de “seguros de vida”. Llamándolo así, sin embargo, no es condenarlo. El Espíritu de Profecía da testimonio en contra de seguros de vida, no tanto porque ello es seguro de vida, sino porque el mundo lo lleva en lugar de la iglesia.
Si la falsedad y la vergüenza en esta práctica no son inmediatamente obvias, llega a ser dolorosa mente evidente cuando uno se hace las preguntas: ¿Debería un ciudadano leal y verdadero del reino buscar ayuda o protección de un ciudadano de algún otro reino? ¿A quién ha designado el Señor para cuidar de su pueblo, al mundo o ala iglesia? ¿Exige el Señor a sus hijos cortar todas las relaciones con el mundo cuando están bien, sólo para que vuelvan a el cuando están en problemas, tienen enfermedades, o muerte, para que el mundo cuide de ellos? ¿Han de confiar los cristianos en Cristo solamente cuando están bien, y en el diablo cuando están enfermos o moribundos? ¿No ha dado el Señor el privilegio a la iglesia de recibir una bendición hasta por dar un vaso de agua a uno de sus pequeñuelos (Mateo 10: 42)?
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Auto–evidentes son las respuestas a estas y a otras preguntas semejantes. En total, deben dar la respuesta correcta general: nunca deberían los miembros de la Iglesia tener que depender del mundo, deben depender de la iglesia solamente. Sacando la lana de los miembros de la iglesia como un pastor quita la lana de sus ovejas, hasta lo máximo, cuando están bien y tienen más “lana” para dar, la iglesia es moralmente obligada de cuidar de cada uno cuando uno que está enfermo o incapacitado y con nada más qué dar, y también de proveer a cada uno de ellos con el entierro de un santo. Por eso, una iglesia que permite que sus miembros lleven cualquier tipo de seguro personal, exceptuando con la iglesia misma, está trayendo vergüenza a la cristiandad y así deshonrando al Señor. Y el cristiano que descuida hacerse digno de una póliza de seguros en la iglesia, es como un hombre insensato que edifica su casa sobre la arena. Las necesidades del laico han sido casi totalmente descuidadas, la Vara es la que está urgentemente amonestándonos, que nosotros como miembros de la Verdad Presente y reformadores, que acudamos a la ayuda del Señor, e inmediatamente corrijamos estos males, todas estas cosas malas.
Los ministros de Dios no son llamados para ser vendedores y promovedores de tales cosas para conseguir recursos para llevar adelante su obra. Más bien son llamados a ser predicadores de la Verdad y sub–pastores para su pueblo, cuidando tiernamente cada oveja, porque los tales son dignos de ser bien cuidados y protegidos no solamente en la salud, sino también en la enfermedad, y no sólo en la vida, sino también en la muerte.
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Es un reproche para Cristo cuando su pueblo es dejado al cuidado o de las compañías de seguros del mundo, o a merced de las sociedades caritativas del mundo. La iglesia es moral y legalmente obligada a extender sus brazos maternales a sus hijos y darles cuidado tierno.
Así como guardianes de la Iglesia, somos desafiados a hacer este deber también, y no nos atrevemos a fracasar. Esta gran responsabilidad, junto con esa de llevar a cabo nuestro programa de mantenimiento a los Cuarteles Generales “de la obra final que se hace en favor de la Iglesia”, exige por lo tanto, una cantidad mayor de recursos, que meramente el primer diezmo, la entrada ministerial. ¿Qué entonces?
No podemos acudir a la práctica de la denominación de levantar blancos de dinero durante los servicios de la Iglesia, porque tal práctica detrae de las reuniones y profana la casa de Dios junto con su santo día. Tal obra profana en la tierra santa tiene que pararse. ¡No esperen hasta que el Señor manifieste su gran poder y eche fuera las ovejas y bueyes junto con los cambiadores de dinero, voltee sus mesas y esparza sus entradas ilegales.
El mensaje anuncia inequívocamente, que el Davidiano que agradará al Señor, contribuirá fiel y sistemáticamente, un segundo diezmo de sus ganancias a este fondo necesario, de esta manera ayudará a edificar una pared de defensa contra la posibilidad de que el enemigo traiga
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a nuestras reuniones educacionales y sagradas, un tráfico profano que mata el tiempo y el espíritu. Haciendo esto cada creyente fiel, estará invirtiendo automáticamente en esta póliza de seguro sagrada, que le asegurará sus propiedades y la de su familia, no sólo en esta vida, pero también en la venidera.
Si la entrada de uno es de $15 la semana luego su primer diezmo será $1.50, y su segundo diezmo de la cantidad que queda (13.50) será $1.35. Así que su primero y segundo diezmo de su entrada de 15 dólares llegará a un total de $2.85. ¿Es esto demasiado, hermano y hermana, para una obra tan grande y grandiosa como la presentada en el mensaje Davidiano, tan vital para su salvación y bienestar?
Que todos los creyentes en la Verdad Presente fielmente paguen un primero y segundo diezmo en cuanto sea posible, para que la Asociación pueda mantener su escuela ministerial, además de su escuela de internos para los hijos dignos de los muy necesitados en la Verdad Presente, quienes son de la edad para la escuela, y proveer un hogar para los viejos, y cuidado médico para los enfermos necesitados, alimento para los hambrientos, y entierro para los que caen en sus puestos del deber.
Esta llamada tan urgente y tan probadora, hermano y hermana, desafía su fidelidad, su lealtad, su cooperación, su visión en comprender enteramente el mensaje, y su amor por la heredad del Señor. Levántese por lo tanto y resplandezca.
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“¿No es antes el ayuno que yo elegí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne.
“Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de Ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás y ha de oirte Jehová; clamarás y dirá él: heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo y hablar vanidad. Y si derramares tu alma al hambriento y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día. Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos. Y serás como huerta de riego y como manadero de agua, cuyas aguas nunca faltan. Y edificarán los desiertos antiguos, los cimientos de generación y generación levantarás; y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Isa. 58:6—12.
“Las contribuciones exigidas de los hebreos para fines religiosos y caritativos, llegaban a un total de una cuarta parte de sus entradas. Con un impuesto tan pesado sobre los recursos del pueblo, uno pensaría
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que lo reduciría a uno a la pobreza, pero al contrario la observancia fiel de estas regulaciones fue una de las condiciones de su prosperidad. Bajo su condición de obediencia Dios les hizo esta promesa: “Reprenderé al devorador por vosotros, y el no destruirá los frutos de vuestra tierra; ni vuestra viña echará su fruta antes de tiempo en el campo... y todas las naciones le llamarán bendecida porque será una tierra deleitosa, dice el Señor de los ejércitos. “Patriarcas y Profetas p. 527 (en Inglés”).
“Cuando Pablo envió a Tito a Corintio a forta lecer los creyentes, allí le instruyó...en la gracia de dar...Su benevolencia testificó que ellos no habían recibido la gracia de Dios [el mensaje] en vano. ¿Qué podría producir semejante liberalidad sino la santificación del Espíritu?
“La prosperidad espiritual se conecta muy de cerca con la liberalidad cristiana. Los seguidores de Cristo deberían regocijarse en el privilegio de revelar en sus vidas la beneficencia del Redentor. Mientras que dan al Señor, tienen la seguridad que su tesoro está pasando delante de ellos a los atrios celestiales. . . . El sembrador multiplica su semilla arrojándola. . . . Al compartir aumentan sus bendi ciones. Los Hechos de los Apóstoles p. 344, 345.
La iglesia por lo tanto, está bajo una pesada obligación moral,
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y legal, no sólo de llevar el seguro para todos sus seguidores fieles y verdaderos, sino también de cuidar de sus necesidades si ellos en algún momento llegan a ser incapacitados. De igual modo sus miembros tienen la obligación de apoyar su obra y de obedecer su mensaje divino.
Explicando este deber divinamente impuesto sobre el pueblo, y el descuido completo de los pastores Laodicenses de ello, el desenlace final a causa del abandono de su deber, Ezequiel advierte:
“Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel, . . . oíd palabra de Jehová: vivo yo, ha dicho el Señor Jehová, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser comidas de toda bestia del campo, sin pastor; y mis pastores no buscaron a mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a si mismos, y no apacentaron a mis ovejas, por tanto, oh pastores oíd palabra de Jehová: “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida”.
“Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce a su rebaño el pastor, el día que está en medio de sus
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ovejas esparcidas, el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; y las llevaré a su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas, y en todas las habitaciones del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada. Allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
Yo apacentaré a mis ovejas y yo les haré tener majada, dice el Señor Jehová. Y buscaré la perdida y tornaré la amontada y ligaré la perniquebrada, y corroboraré la enferma; más a la gruesa y a la fuerte destruiré; yo las afrentaré en juicio.
Más de vosotras, ovejas mías así ha dicho el Señor Jehová, he aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carnero y machos cabríos. ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que holléis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas sentadas, holléis además con vuestros pies las que quedan? Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis hollado.
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“Por tanto, así les dice el Señor Jehová, He aquí yo, yo juzgaré entre la gruesa y la oveja flaca por cuanto empujasteis con el lado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas Las flacas. las esparcisteis fuera. Yo salvaré mis ovejas y nunca más serán en rapiña y juzgaré entre oveja y oveja”.
“Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.
“Y estableceré con ellas pacto de paz, y haré cesar de la tierra las malas bestias; y habitarán en el desierto seguramente, y dormirán en los bosques. Y daré a ellas y a los alrededores de mi collado bendición; y haré descender la lluvia tardía en su tiempo, lluvias de bendición serán. Y el árbol del campo dará fruto, y la tierra dará su fruto y estarán sobre su tierra seguramente, y sabrán que yo soy el Señor, cuando Jehová quebraré con yuntas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. Y no serán más presa de las gentes, ni las bestias de
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la tierra las devorarán, sino que habitarán seguramente, y no habrá quien espante.
“Y despertaréles una planta de renombre, y no más serán consumidos de hambre en la tierra, ni serán más avergonzados de las gentes y sabrán que yo su Dios, Jehová estoy con ellos, y ellos son mí pueblo, la casa de Israel, dice el Señor Jehová. Y vosotras ovejas mías, ovejas de mí pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice el Señor Jehová”. Ezequiel 34:7—31.
Pregunta No. 102
¿Quienes son los pobres dignos?
Respuesta:
“Los pobres dignos” son los que a causa de mala suerte, no por mal manejo, u ociosidad, son faltos de las necesidades de la vida y quienes están honestamente procurando caminar en la luz que les es dada. “El objetivo de las palabras de nuestro Salvador (en Lucas 12:33) no ha sido presentado con claridad. Vi que el objetivo que se tiene al vender no es para dar a los que pueden trabajar y sostenerse a sí mismos, sino difundir la verdad. Es un pecado sostener en la ociosidad a aquellos que podrían trabajar. Algunos han asistido celosamente a todas las reuniones, no para glorificar a Dios,
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sino por los “panes y los peces”. Habría sido mejor que los tales se queden en casa, “haciendo con sus manos lo que es bueno” para suplir las necesidades de sus familias, y tener algo qué dar para sostener la preciosa causa. Primeros Escritos p. 94—95.
La instrucción inspirada para la Iglesia (1 Timoteo 5:9), aconseja que ninguna viuda bajo 60 años de edad ha de depender de la Iglesia para su mantenimiento.
Con todo, por lo tanto vemos que los pobres dignos son los fieles a quienes la adversidad, ha despojado de las cosas materiales de la vida. Y necesitamos bien recordar que esta mala fortuna puede sobrevenirnos en cualquier momento, pues como está escrito; “El tiempo y ocasión acontecen a todos”. Eclesiastés 9:11.
“Mientras tenemos oportunidad, por lo tanto,” Dice Pablo, “hagamos bien a todos los hombres, especialmente a ellos quienes son de la casa de la fe. (Gálatas 6:10), para los que tengan un certificado de membresía.
Pregunta No. 103.
¿PARA CUALES USOS ES EL SEGUNDO DIEZMO?
Respuesta:
“A fin de fomentar las reuniones del pueblo, para los servicios religiosos, y también para suplir las necesidades de los pobres, se le pedía a Israel que diera un segundo diezmo de todas sus ganancias. Con respecto al primer
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diezmo el Señor había dicho: “He aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel, (números 18:21), y acerca del segundo diezmo mandó: “y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que el escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, dé tú vino y de tú aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados para que apréndase temer a Jehová tú Dios todos los días,” (Deuteronomio 14:23; Véase verso 29, y 16:1—14) Durante dos años debían llevar el diezmo o su equivalente en dinero al sitio donde estaba el santuario. Después de presentar una ofrenda de agradecimiento a Dios y una porción específica para el sacerdote, y el ofrendante, debían participar los levitas, los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Se proveía así para las ofrendas de gracias y los festines de las celebraciones anuales, y el pueblo había de frecuentar la compañía de los sacerdotes y levitas, a fin de recibir instrucción y ánimo en el servicio de Dios.
Pero cada tercer año este segundo diezmo había de emplearse en casa, para agasajar a los levitas y a los pobres, como dijo Moisés: “Y comerán en tus viñas, y se saciarán” (Deut. 26:12). Este diezmo había de proveer un fondo para los fines caritativos y hospitalarios.
Otras medidas aún se tomaban en favor de los pobres. Después del reconocimiento de los requerimientos divinos, nada hay que diferencie tanto las leyes dadas por Moisés de cualquier otras como el espíritu generoso y hospitalario que ordenaban hacia los pobres.
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Aunque Dios había prometido bendecir grandemente a su pueblo, no se proponía que la pobreza fuese totalmente desconocida entre ellos. Declaró que los pobres no dejarían de existir en la tierra. Siempre habría entre su pueblo algunos que le darían oportunidad de ejercer la simpatía, la ternura y benevolencia. En aquel entonces, como ahora, las personas estaban expuestas al infortunio, la enfermedad y pérdida de sus propiedades, pero mientras se siguiera estrictamente las instrucciones dadas por Dios, no habrían mendigos en Israel, ni quien sufriera por falta de alimentos.
La ley de Dios le da derecho al pobre en cierta porción del producto de la tierra, cualquiera estaba autorizado para ir cuando tenía hambre, al sembradío de su vecino, a su huerto, a su viñedo, para comer del grano o de la fruta hasta satisfacerse. Obrando de acuerdo con esta premisa, los discípulos de Jesús arrancaron espigas y comieron del grano al pasar por el campo cierto sábado.
“Toda la rebusca de las mieses, el huerto, y el viñedo, pertenecían a los pobres: cuando segares tu mies en tu campo no volverás a tomarlas...cuando segares tu mies en el campo dijo Moisés, y olvidaras alguna gavilla en el campo no volverás a tomarla....cuando sacudieres tus olivas, no rebuscarás tras Ti,...cuando vendimies tu viña no rebuscarás tras Ti.
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Para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda será. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto. (Deut. 24:19,22, véase lev. 19:9,10). Cada séptimo año había una provisión especial para los pobres. El año sabático de la siembra que seguía al fin de la cosecha. En el tiempo de la siembra que seguía al de la siega, el pueblo no debía sembrar, no debía podar ni arreglar los viñedos en la primavera, y no debía sembrar, no debía contar con una cosecha, ni del campo ni de la viña. De lo que la tierra produjera espontáneamente podían comer cuando estaba fresco, pero no podían guardar ninguna porción de esos productos en sus graneros.
La producción de ese año había de dejarse para el consumo gratuito del extranjero, el huérfano, la viuda, y hasta para los animales del campo. (Véase Exo. 23:10,11, Lev. 25:5). Pero si la tierra producía ordinariamente tan sólo lo suficiente para suplir las necesidades del pueblo, ¿Cómo había de subsistir este durante el año en que no se recogían cosechas? La promesa de Dios proveía ampliamente para esto, pues Dios había dicho: Entonces yo os enviaré mí bendición el sexto año y hará fruto añejo hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comerás del añejo. (Lev. 25:21,22). Patriarcas y Profetas p. 270,271,272. Así que el segundo diezmo aunque sea más en una base voluntaria que el primero, es igualmente importante.
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Y es en realidad una contribución divinamente ordenada a largo plazo, para el bienestar de uno mismo. Al tiempo actual constituyen nuestras ofrendas generales. Anteriormente fue usado para adelantar la obra de nuestra academia y pagar algunas deudas que teníamos, pero ahora mientras la Asociación crece y se expande, el uso del diezmo está también ampliándose.
En primer lugar, cuida de esa parte de nuestra obra educacional para la cual el primer diezmo no pudiera usarse legítimamente. Y en segundo lugar, cuida las necesidades de los pobres dignos. En breve, es realmente la póliza regional y verdadera de seguros mutuos, y debería llevarse por todos los Davidianos quienes son elegibles para tener un certificado de membresía.
Así, mientras que es imperativo que todos los creyentes de la Verdad Presente se dispongan de este certificado de membresía, es aun más urgente, que todos los tales deberían pagar primeros y segundos diezmos, porque si se ofrece el certificado de membresía a los que pueden, pero no quieren pagar los diezmos, tales personas llegarían a ser una influencia desmoralizadora entre ellos. Por esta razón la Asociación está por lo tanto obligada a conceder el certificado de membresía sólo a miembros completos y maduros que son hacedores alegres de la Palabra. En casos donde resulta imposible pagar un segundo diezmo completo, una parte es aceptable)
El descuido de la denominación al olvidar a sus miembros,
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un abandono por el cual está bajo pesada condena ción, debería ser una lección severa para cada uno de nosotros, que como reformadores y portadores del mensaje, no nos atrevemos a fracasar. Somos privilegiados para ser reparadores de portillos para levantar las desolaciones de muchas generaciones”. (Isa. 61:4), debemos si es necesario probar cada nervio y estirar cada músculo para cumplir con los deseos del Señor. Y aún más a este aspecto, porque es para el bienestar material igual como espiritual de cada uno de nosotros. Es un plan económico de un buen sentido—parte de un programa equilibrado dado por Dios a Moisés en el monte Sinaí, y por mucho tiempo descuidado y en oscuridad, y como tal es una de las instituciones divinas, (Profetas y Reyes p. 678 en Inglés) que ha de ser restaurada, “antes de la venida de Jehová, grande y terrible”.
Que honesta e inteligentemente nos hagamos la pregunta, por tanto, si nosotros caemos a las organizaciones de caridad del mundo o en las compañías de seguros del mundo, luego, ¿Cómo podemos como Davidianos ser los pilares de la Iglesia y así del mundo? Y ¿ha designado el Señor la Iglesia o el mundo para cuidar de su pueblo peculiar? ¿Y si nosotros, como salvadores no podemos cuidar de las necesidades de los que están en el mundo, luego, lo mínimo que podemos hacer, es cuidar del propio pueblo.
“Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes son escasos más de lo que es justo, más vienen a pobreza”. “El alma liberal será engordada,
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y el que saciare él también será saciado. (Prov. 11: 24, 25).
“El perezoso no arará a causa del invierno, pedirá pues en la siega, y no hallará”.Prov. 20:4.
“Y será que si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos, que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá en alto sobre todas las gentes de la tierra, y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán cuando oyeres la voz de Jehová tú Dios. Bendito serás en tu ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, bendito tu canastillo y tus obras, bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. “Pondrá Jehová a tus enemigos que se levantaren contra de Ti, por un camino saldrán a ti, por siete caminos huirán delante de Ti. Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello que pusieres tu mano, y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Confirmaráte Jehová por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando
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guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
“Y verán todos los pueblos de la tierra que el Nombre de Jehová es llamado sobre Ti y te temerán. Y te hará Jehová sobre aventurador de bienes, en el fruto de tu vientre y en el fruto de tu bestia, y el fruto de tu tierra, el país que juró Jehová a tus padres que te había de dar.
“Abrirte ha Jehová a su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas gentes, y tú no tomarás emprestado, y te pondrá Jehová por cabeza y no por cola, estarás encima solamente y no estarás debajo, cuando obedecieres a los mandamientos de Jehová tu Dios, que te ordeno hoy, que los guardes y cumplas. (Deut. 28:1—13).
Pregunta No. 104
¿Como pueden los creyentes lograr y obtener la unidad entre sí?
Respuesta:
Para derrotar al enemigo, y para mantener unidad y armonía, que cada creyente deje de buscar defectos en sus hermanos, mire sus propios pasos y no los de ellos, que se dé cuenta que ellos tienen la misma oportunidad como él para saber lo correcto y lo malo.
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Lleve su propia oportunidad, y no la de ellos, estime a ellos o considere a ellos mejor que a sí mismo, y no haga ni diga nada que no le gustaría a él que hagan o digan de él o a él.
Que cada uno se dé cuenta, como Pablo, que la caridad—longanimidad y tolerancia, proviniendo del amor—es el mayor, más urgente, más indispensable y más elevado de todos los logros. “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia: y si tuviese toda la fe de tal manera que traspasase los montes, y no tengo amor, nada soy.
“Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no obra sin razón, no se ensancha, no es injurioso, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, no se huelga la injusticia, más se huelga de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
“El amor nunca deja de ser, más las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos. Más cuando venga lo que es perfecto, entonces lo
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que es en parte será quitado. Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, más cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos por espejo, en obscuridad, más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, más entonces conoceré como soy conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres dones; empero el mayor es el amor. (1 Cor.13) Hacer esto hermano y el diablo huirá y sus problemas huirán con el. Recuerden que Satanás vive, y está activo, y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por ayuda y fortaleza para resistirlo, mientras Satanás reine tenemos que subyugar al yo, tentaciones que vencer, y no hay ningún lugar para parar, no hay ni un punto donde se puede decir que hayamos llegado y que hayamos logrado plenamente.
“La vida cristiana es una marcha hacia adelante, Jesús se sienta como refinador y purificador de su pueblo, y cuando su imagen sea perfectamente reflejada en ellos, serán perfectos y santos y preparados para la traslación”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 p. 340. Si los cristianos nunca se acusan, nunca comunican unos a otros los errores, las debilidades, fracasos, y problemas ajenos, se encontrarán tan unidos que nada podrá romper su unidad cristiana. Pero semejante espíritu de unidad, puede mantenerse
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sólo por un pueblo que mantenga una vigilancia incansable sobre sí mismo, siempre para ver ojo a ojo y hablar las mismas cosas, abandonando sus propios caminos y pensamientos, a cambio de los del Señor. Es imperativo, por lo tanto, que cada creyente en la Verdad Presente enseñe y practique solamente la Verdad Presente, –no enseñe nada menos o más allá de lo que sea publicado, no entreteja en ello sus interpretaciones privadas o construcciones, teorías e ideas privadas, y no haga nada menos y más de lo que el mensaje exija. Así colocando a un lado todos sus pensamientos y todos sus caminos y aprovechándose de los del Señor (Isa. 55:8—9), en devoción exclusiva al Espíritu de verdad, realmente entonces podrán rechazar el espíritu de confusión y retener el espíritu de amor y unidad. Y puesto que habrá fortaleza y espiritualidad sólo cuando haya unión, ningún miembro de un grupo de pueblo puede descuidar su deber en mantener la unidad cristiana.
Pregunta No. 105.
¿Tendría usted la bondad de explicar Efesios 5:22—24?
Respuesta:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es la
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cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. Efe. 5:22–24
Claramente, este mandato divino obligo a la esposa a respetar a su marido, como lo haría al Señor, siendo el esposo el salvador temporal de la familia, como Cristo es el Salvador eterno de la iglesia. “. . . Cristo . . . amó a la iglesia, y se entregó a si mimo por ella, para sanctificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”. Efe. 5:25, 26. Cuando ella desobedece esta dirección divino, ella insulta a Dios”.
“Maridos, amad a vuestros mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a si mismo por ella”. Efe. 5:25
Así que igualmente obligatoria y sagrada es la responsabilidad del marido a su esposa, el ha de considerarla como Cristo hace con su iglesia. Cuando el hace menos que esto, el viola la ley del Señor. Así mientras que la iglesia tiene el deber de respetar y obedecer a su Señor, la esposa ha de respetar y obedecer a su esposo; y el esposo tiene la obligación de cuidar y amar a su esposa como el Señor ama y cuida por su iglesia. De aquí se ve que la casa del Señor es comparada a la casa del marido. De acuerdo a esto, en la misma forma en que el Señor controla los asuntos de su casa, la iglesia, así el marido ha de controlar los asuntos del hogar, la familia.
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Y puesto que el bienestar de la iglesia depende de su cooperación con la voluntad del Señor, de igual manera el bienestar de la familia depende de su cooperación con la voluntad del padre. Doblemente claro, por lo tanto, es el hecho, que igual como Cristo es la cabeza sobre la iglesia, así el padre es la cabeza del hogar, igual como una iglesia convertida se regocija en agradar a su esposo, su cabeza, Cristo, así mismo la esposa convertida se regocija en agradar a su cabeza, su marido. En este estado feliz, los dos, el hombre y la mujer se dan cuenta que son después de todo el segundo yo, o el uno del otro, que cada uno es el segundo yo para el otro.
“Pero quiero que sepáis,” declara Pablo, “que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado”. “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón. Porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios”. 1 Cor. 11:3—5,11,12. Esta relación del hogar tan bella, a menudo es minada y destruida por el mal manejo financiero o por una educación errónea. O por las dos cosas, porque el modelo divino no es respetado. El Señor apoya a su esposa,
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su iglesia, pero ella misma maneja el medio de cambio, el dinero, para pagar las cosas que ella compra; de acuerdo, por lo tanto, aunque el esposo apoye el hogar, la esposa debe manejar el dinero para las cosas necesitadas para dirigir el hogar, y si el esposo está recibiendo solamente una entrada de subsistencia, luego aun más especialmente él debería dar el cheque de pago a su esposa, para que ella pueda tener un presupuesto para cubrir las necesidades del hogar hasta el otro día del cheque del pago. Con la esposa así manejando el dinero grandes ventajas así serán acarreadas, pues es ella sola quien lo usa, y por lo tanto sabe las cosas que se necesitan en el hogar. Así, sabiendo sus limitaciones financieras diarias, ella sabrá precisamente qué ella puede, y qué no puede comprar para manejar el hogar.
Naturalmente, entonces ella daría diligencia, para que solamente las cosas necesarias sean cuidadas primeramente. Así impidiendo cualquier compra excesivas de una cosa por su parte, o cualquier compra no suficiente de otra cosa por su esposo, o viceversa—esta última condición, resulta inevitablemente, si él controla el dinero y sólo le da poco a poco para hacer las compras. Dirigida como debería, la bolsa no se vaciará y el hogar no sufrirá faltas. Ningunos pleitos, y separaciones de familias o destrucción del hogar.
Por supuesto el esposo y la esposa deberían siempre consultar juntos para conseguir aprobación mutua y completa, para cualquier cosa que hagan.
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Si, sin embargo, las ganancias de la familia son más que solamente una subsistencia, entonces él y la esposa pueden juntos, hacer un presupuesto más amplio de sus ganancias, primero cuidando de los corrientes gastos necesarios, luego poniendo en el banco, o invirtiendo lo que queda.
Así para comprender que el esposo no es meramente el proveedor del dinero, sino que es el rey del hogar, “el atador del hogar” y que la esposa no es meramente una sirvienta para cocinar, lavar los trastes y la ropa, limpiar el piso y cuidar y criar a los hijos, sino que es la reina del hogar, la ayuda conveniente para él,— comprender todo esto es tener una apreciación verdadera de la felicidad y bienestar de un casamiento divinamente inspirado.
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallara? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aún de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos
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a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”. Prov. 31:10—30.
Así mientras que la esposa reina, cuida de los asuntos internos de la familia, el esposo rey, cuida de los asuntos externos de la familia. Además, como el Señor mismo es el director de su iglesia como escuela, y su “esposa” (la iglesia, pero especialmente el ministerio—los que traen los conversos —los hijos a la fe), el maestro de sus hijos (miembros), así el esposo es el director de su hogar como escuela y su esposa la maestra de sus hijos.
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“Para comprender lo que es la verdad del matrimonio”, dice el Espíritu de Profecía: “se requiere toda una vida. Los que se casan ingresan a una escuela en la cual no acabarán nunca sus estudios”. ... “En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contribuir a vuestra felicidad mutua....más aunque debéis fundiros, hasta ser uno, ni el uno ni el otro debe perder su indivi dualidad, Dios es quien posee nuestra indivi dualidad...y a él debéis preguntar, ¿Cómo puedo yo cumplir mejor el propósito de mi creación? Vuestro amor por lo que es humano debe ser secundario a vuestro amor a Dios... ¿Se dirige la mayor parte de vuestro amor hacía aquel murió por nosotros? Si es así, vuestro amor recíproco será conforme al orden celestial. ... “Ninguno de los dos debe tratar de dominar, ambos deben cultivar un espíritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni causarse pena uno al otro. No trate de contradecir uno al otro. No podéis obrar así y conservar vuestro amor prorecíproco, las manifestaciones de la propia voluntad destruyen la paz y la felicidad de la familia. No dejéis penetrar el desacuerdo en vuestra vida conyugal, de lo contrario seréis desdichados. Ambos deben ser amables en vuestras palabras, y bondadosos en vuestras acciones, y renunciar a vuestros deseos personales. Vigilar vuestras palabras, porque ellas ejercen una influencia considerable para bien o para mal. No dejéis traslucir irritación en la voz, más poned en vuestra vida el dulce perfume de la semejanza de Cristo.
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“Antes de entrar en una unión tan íntima como el matrimonio, un hombre debería saber dominarse a sí mismo, y como obrar con los demás.
“Hermano mío sea bueno, paciente, indulgente, acuérdese que su esposa le ha aceptado por marido, no para que usted la domine, sino para que le ayude.
“Hay una victoria que ambos debéis obtener, cueste lo que cueste, la victoria sobre la terquedad, no la obtendréis sino mediante la ayuda de Cristo, podréis luchar mucho tiempo para dominaros, pero no tendréis éxito, Si no recibís la fuerza de lo alto. Mediante la gracia de Cristo, podréis obtener la victoria sobre vosotros mismos y sobre vuestro egoísmo. Si vivís la vida de Cristo, a cada paso demonstrando la abnegación propia, si manifiestas constantemente una simpatía siempre mayor para con aquellos que necesitan ayuda, obtendréis victoria tras victoria, día tras día.
“Aprenderéis a dominaros y a fortalecer los puntos débiles de vuestros caracteres. El Señor Jesús será vuestra luz, vuestra fortaleza, vuestra corona de gozo porque habréis sometido vuestra voluntad a la suya, mediante su ayuda, podréis destruir al egoísmo hasta en sus raíces más profundas.
“La indulgencia y el altruismo caracterizan las palabras y las acciones de quienes nacieron de nuevo para vivir una vida nueva en Cristo Jesús” Joyas de los Testimonios, Tomo 3 p. 95—100.
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“El gran movimiento de reforma debe principiar presentando a los padres, las madres y los hijos, los principios de la ley de Dios.... Muéstreles que la obediencia a la palabra de Dios es nuestra única salvaguardia contra los males que están arrastrando al mundo a la destrucción,... por su ejemplo y su enseñanza, los padres se decidirá en la mayoría de los casos el destino eterno de sus familias....
“Si se induce a los padres a rastrear los resultados de su acción, muchos quebrantar el hechizo de la tradición y la costumbre. Inculca en la conciencia de los padres la convicción de los solemnes deberes que han descuidado durante tanto tiempo. Esto quebrantará el espíritu farisaico y resistencia a la verdad como ninguna otra cosa podría hacerlo. La religión en el hogar es nuestra gran esperanza, y hace halagueña la perspectiva de que se convierta toda la familia a la verdad de Dios.— Joyas de los Testimonios, Tomo 2 p. 406.
Solamente en un tal hogar cristiano, es el reino de Cristo ejemplificado, y al hacer reflejar el reino, todos los hogares unidos colectivamente, comprenden el reino más allá. Cuán importante es entonces que la madre y el padre cooperen al máximo en dirigir el hogar totalmente en el camino de Cristo para asegurar su existencia ahora y para siempre.
El fracaso en la parte de cualquiera de los dos para llevar a cabo estos principios, destruirá al
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hogar y esparcirá la familia no solamente para el tiempo actual, sino para la eternidad, mientras que la práctica cuidadosa de ellos, salvaguardará la prosperidad y la felicidad de la familia en este mundo, y asegurará su continuación eterna en el mundo venidero.
Pregunta No. 106
¿Por qué los Adventistas Davidianos del Séptimo día y — movimiento no se unen?
Respuesta:
Los Adventistas Davidianos del Séptimo Día y el movimiento no se unen porque desgraciadamente no están de acuerdo. Habiendo una divergencia amplia sobre algunas doctrinas, hace imposible la unión bajo tales circunstancias.
Una tal diferencia doctrinal, por ejemplo, es que el movimiento —enseña que los pecados en la madre iglesia Adventista del Séptimo Día, le hace una parte de Babilonia, mientras que los Davidianos enseñan, que aunque esté en una triste condición, en verdad, ella no puede ser Babilonia, pues los pecados no hacen el nombre; igual como el nombre no hace los pecados. Babilonia no es llamada así a causa de sus pecados, ni es condenada por tener el nombre Babilonia, sino por haber caído y por haber llegado a ser,
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“habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible”. Apocalipsis. 18:2.
La iglesia Adventista del Séptimo día puede estar en una condición aun peor, tanto peor, de hecho, que ella no sabe que esta “cuitada, miserable, pobre, ciega y desnuda”, (Apocalipsis. 3:17) pero, a pesar de todo, ella es llamada Laodicea, no Babilonia. Y sus miembros están, no para ser sacados, como aquellos en Babilonia, sino más bien dejados adentro y su “ángel” (liderazgo), está por ser vomitado. Los Davidianos están luchando por salvar a los dos de esta tragedia, para renovarles en el favor de Dios, y así guardarlos en la iglesia madre, mientras que el Movimiento, no teniendo remedio para la enfermedad laodicense, está luchando por sacarlos fuera.
Teniendo ellos semejante creencia, y rechazando por consiguiente el mensaje Davidiano, (el remedio), ello hace mutuamente imposible que ellos se unan con nosotros y que nosotros nos unamos con ellos.
Como el Señor, además, ha revelado la verdad avanzada por los Davidianos, pero ninguna por el grupo, obviamente, si hubiere de producirse una tal unión ellos deberían necesariamente corregir sus errores, sus ideas, y luego juntarse con nosotros, aceptando el mensaje de la hora undécima, en lugar de que nosotros arrojemos fuera las joyas de verdad, y retengamos solamente uno o dos puntos especiales, que ellos exaltan.
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Además, ni siquiera reclaman autoridad de la inspiración por lo que están haciendo ahora. Así que ellos, no teniendo el don profético entre ellos, el —grupo está corriendo sin haber sido enviado.
Dice el Espíritu de Profecía, expresando la actitud de la primera iglesia cristiana. “Sino se podía asegurar la unidad sin sacrificar la verdad y la justicia, más valió que siguiesen las diferencias y aún la guerra”. Conflicto de los Siglos p. 49.
“Hemos de unirnos, pero no sobre una plataforma de error” Elena G. White, Serie B: 2, p. 47.
Así que uno puede ver fácilmente, que aunque nuestro deseo ferviente sea para cumplir la oración de Jesús por la unidad, no nos atrevemos hacerlo sacrificando la verdad, pues no estaríamos uno con Cristo, aunque estuviéramos uno con todos los otros.
“Hay peligro de que seamos tan celosos de mantenernos fuera de Babilonia,” dice la fundadora de la iglesia Adventista del Séptimo día, “que podemos cometer su error más notable: eso de fijar una estaca y rehusar de sacarla y avanzar. Cuando dejamos de desaprender errores, caeremos como los que hayan pasado ante nosotros. Hemos aprendido mucho, y no hay duda de que haya mucho más para que aprendamos . . . Es el espíritu de progresar y de seguir adelante que nos colocará finalmente como remanente, sin mancha en el Monte de Sión Celestial. Mi conclusión es que no deberíamos renunciar.
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ninguna verdad espiritual, excepto nuestras falsas aplicaciones e interpretaciones de Escrituras, y consecuentemente, ideas falsas de orden y decoro que deberían abandonarse cuanto antes”. Review and Herald, 29 de mayo, 1860.
Pregunta No. 107.
¿Cómo podríamos mejor ayudar a los hijos entre las edades de 2 a 12, a ocupar su tiempo?
Respuesta:
Porque la mayoría de nuestros hijos en esta época laodicense, son en algunos aspectos permitidos de crecer como cizaña, en lugar de ser adiestrados como seres humanos, la pregunta de cómo utilizar debidamente el tiempo, es muy pertinente en realidad.
En primer lugar todos los padres deberían darse cuenta del valor de adiestrar de tal manera a sus hijos, que con inteligencia, fidelidad y valentía puedan cumplir los deberes de la vida, y enfrentar sus problemas. De esta forma, ellos no llegarán a ser parásitos o personas socialmente mal-ajustadas, como clavijas cuadradas en agujeros redondos. No obstante, muchos padres permiten que sus hijos resbalen adelante sin preparación para cuidarse de sí mismos, e indiferentes a los multiples desafíos de la vida. Luego cuando maduran, estas almas deformadas encuentran la vida algo pesado y desagradable, en lugar de un gozo excelente; cada cosa que intentan, a cada vuelta en el camino, se encuentran con amarga derrota, sus hogares llegan a ser faltos de higiene, desaseados, y no convenientes para vivir, y sus familias, en turno llegan a ser deprimidas, sin utilidad, compañeros no idóneos para la sociedad.
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Los niños así criados, dejados a sus propias invenciones para malgastar su tiempo, son como la langosta. Jugando, cantando, y tomando el sol todo el verano, no pensando en el aliento frío del invierno, ante el cual el pasto verde desaparece de los campos, la langosta ha malgastado su tiempo, y ahora tiene que tener hambre y sufrir el frío en el campo abierto. Pero la hormiga que ha trabajado atareadamente todo el verano, tiene mucho para comer y un hogar bueno y calentito. Sólo el mal criterio, y un amor ciego dejará a los niños a sí mismos para crecer en el hábito de la langosta, no adiestrados en la sabiduría de hacer toda su obra en los 6 días asignados, para merecer un descanso en el séptimo día.
Los padres que permiten que sus niños malgasten así el tiempo, están tendiéndoles lazos mortales, están haciéndolos no idóneos para esta vida, ni para la vida venidera. Al darles un adiestramiento correcto en el hogar, una de las primeras lecciones importantes que enseñarles, es siempre tener un lugar regular en el cual vestirse y desnudarse, y todo el tiempo a colgar su ropa en el lugar debido, nunca dejándola en cualquier lugar. Así teniendo un lugar para todo, y colocando todo en su lugar, aligerará al mismo comienzo de la familia, no sólo los deberes de casa, sino también guardará su casa limpia, aseada, y en orden noche y día, e incidentalmente, añadirá a la vida de la ropa y de los muebles.
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También eso ayudará mucho a ser una persona limpia y nítida, bien ordenada, con una vida bien organizada.
Entre las muchas actividades edificadoras para los niños, son los varios deberes del hogar, como lavar trastes, preparar la cama, barrer, cepillar, quitar polvo, limpiar las ventanas, trapear los pisos, la carpintería, hornear, cocer, y aún hacer artículos sencillos de ropa y de muebles.
Luego hay actividades fuera de la casa tales como mantener las afueras de la casa limpias y aseadas, cuidar el jardín, cuidar de los animales, etc. Además hay otras actividades, incluso eso de hacer compras económica y debidamente.
Y la más importante de todas, leyendo y memorizando pasajes de la biblia y del Espíritu de Profecía se debería cultivar cuidadosamente como un recreo culminante.
Para tener una personalidad y carácter bien desarrollados e integrados, un niño debe primero desarrollar debidamente las facultades físicas y mentales, igual como las espirituales. A este fin, su entrenamiento debería comenzar muy temprano en la vida, justamente tan pronto como él pueda caminar y jugar, porque si él es dejado a malgastar su tiempo hasta que crezca, más adquirirá una naturaleza como zebra, una que es imposible cambiar de hacer nada, para que haga algo.
Para evitar esta deformidad de carácter, con un daño total e irreparable, como resultado,
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Dénle temprano algunos deberes de la casa y cuando él aprenda a hacer bien una cosa, promoverle a otra. El hogar debe ser una escuela, y no una casa para jugar, tampoco debería dejarle tanto tiempo para jugar fuera, como para acostumbrarse solamente a una vida de juego y travesuras.
Y por todos los medios, nunca permita a sus niños caer en el hábito ocioso de dejar los deberes de la mañana para la tarde, y la obra de un día para el otro. Los trastes deberían lavarse después de cada comida, nunca deberían permitir la comida secarse y endurecerse en ellos. “Seis días”, dice el Señor, “trabajarás y harás toda tu obra”. Éxodo 20:9.
Cuando hay varios niños en el hogar, los deberes cotidianos deberían dividirse entre ellos, y los padres deben asumir los deberes del maestro, en esta forma cada jovencito, no sólo se guardará de travesuras y de malas compañías, sino también llegará a ser útil e industrioso, y a la misma vez desarrollando un cuerpo fuerte, un carácter fuerte, y una personalidad feliz. Criado con este tipo de entrenamiento en su niñez, raras veces uno se caerá en el vagabundeo o la infidelidad.
Pero permita a su hijo caer en el hábito miserable de hacer algo solamente después de que usted le regañe, y seguramente le enseñaría a odiarle a usted y al trabajo,
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y por eso, en lugar de adiestrarle a amar una vida de trabajo que le hará feliz e independiente, usted le estará empujando a la ociosidad, la misma cosa que usted está tratando de impedir, y estará aun incitándole a ser reñidor; pero que él sepa, que lo usted diga, es lo que usted quiera decir, y él estará mucho menos propenso a pensar que usted no tenga razón, y aun menos dispuesto a disputar o resistir su palabra, y pensar que cualquier desobediencia a ella, no sólo es justificable, sino aun recomendable.
Entonces, también, luche por guiar a sus hijos a amar su obra, al mantener su interés en ella. Sea como Dios: enséñeles en la misma manera en que El le está enseñando a usted. Escrito esta: “Porque el Señor al que ama disciplina”. (Hebreos 12:6) El señala los malos y los correctos hábitos de la vida, y advierte plenamente los resultados que seguirán cualquier curso que uno pueda escoger—una bendición del uno, y una maldición del otro. Haga lo mismo con los niños. Pero sea cuidadoso al hacerlo, para que no los ponga en contra de Dios, amenazándoles que si ellos no hacen el bien, él los castigará en esta forma o en aquella otra. Más enséñeles que él está amonestándoles a evitar el curso malo, porque ello mismo les inducirá a cosechar maldiciones, en lugar de bendiciones.
Al inculcar sobre la mente joven estas dos consecuencias emplee ilustraciones sencillas. Muestre, como ejemplo, que si uno no quita la bacteria de la comida de entre los dientes, cepillándolos regularmente después de las comidas,
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la bacteria va a comer los dientes, como cuando una fruta llega a comerse por gusanos, en los árboles que son cuidados, y el resultado últimamente será dolores, pérdida de dientes, falta de belleza y gastos. De estos puntos específicos de causa y efecto, guíe la mente del niño a ver su aplicación universal. Que violando las leyes de Dios en cualquier aspecto, resultará naturalmente en dolor, tristeza, mal carácter, una vida miserable, una muerte prematura.
Para tomarse en cuanto también, como precaución vital y urgente, es el hecho irónico que los niños se inclinan naturalmente a los hábitos malos, en lugar de los hábitos correctos, como animales carnívoros naturalmente buscan carne en lugar de hierbas. “Se nos recuerda, “La necedad está ligada al corazón del muchacho; más la vara de la corrección la alejará de el”. (Prov. 22:15). El niño tiene que adiestrarse, paciente y sabiamente, tiene que ser disciplinado y castigado. “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de el”. (Prov. 22:6), Pero si él llega a ser endurecido y obstinado, rehusando ser adiestrado, luego “castiga a tu hijo mientras hay esperanza; más no se apresure tu alma para evitarle a causa de llanto,” “el que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige”. (Prov. 19:18; Prov. 13:24). De veras, “No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, Y librarás su alms del Seol”. (Prov. 23:13,14.
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Hasta cinco o seis años de edad, dependiendo del temperamento del niño, los niños pueden ser sujetados al castigo corporal, cuando otras medidas de disciplina y corrección han sido empleadas sin éxito. Si en tales ocasiones, la vara se usa debidamente, el niño puede responder de tal forma que nunca más la necesitará. Si, sin embargo la necesidad surge de nuevo, luego sea sumamente cuidadoso de lo que haga, porque tales niños que exigen un castigo más drástico, que el niño promedio, pueden llegar a ser incorregibles, y desarrollar un complejo de temor y odio para con sus castigadores. Así que mientras tal castigo sea calculado para impedir que ocurra un gran mal en ellos, es probable que traiga un mal hasta peor, a menos que pasos cuidadosos sean tomados para contrarrestar sus efectos desmoralizadores. Debe ser dado con una demostración conmensurada y convincente de un amor tan profundo y conmovedor sobre el que yerra, que no pierda el afecto y el respeto por sus castigadores, y que su vida en el hogar no llegue a ser una pesadilla tan apremiante como para obligarle a escapar de su hogar en algún momento oportuno.
Los padres deben primero “razonar con sus hijos, señalarles claramente sus equivocaciones, mostrarles su pecado, y hacerles comprender que no solamente han pecado contra sus padres sino contra Dios. Con vuestro propio corazón subyugado y lleno de compasión y con pesar por vuestros hijos errantes, orad con ellos antes de corregirlos.
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“Entonces vuestra corrección no hará que vuestros hijos os odien, ellos os amarán, verán que los castigáis no porque os han causado inconvenientes, porque queráis desahogar vuestro desagrado contra ellos, sino por un sentimiento del deber, para beneficio de ellos, a fin de que no se desarrollen en el pecado”. Joyas de los Testimonios, Tomo 1, p. 398.
A todo costo, deben ser influenciados para sentir que sus castigadores son sus mejores amigos, no sus oponentes o enemigos.
“¿La madre puede preguntar ‘nunca castigaría a mi hijo’? El castigo corporal, puede ser necesario cuando otros medios no dan resultado; con todo, no se debería usar la vara, si es posible evitar el uso, pero si las medidas menores fracasan, castigo que le traiga a sus sentidos debería en amor ser administrado. A menudo, una tal corrección puede bastar para toda una vida, para mostrar al niño que él no tiene las lineas de control”. Consejos a los Maestros p. 116 (en inglés).
Pero habitualmente agarrar a los hijos sobre cualquier y cada provocación, y sacudirles, darles en la cara, azotarles y golpearlos en esta manera y a tiempos amenazarles con hacerlo es una necedad más dañina y aborrecible por cualquier consi deración de inteligencia, decencia, y humanidad. Continuando así, endurecerá y embrutecerá y arruinará en lugar de salvar. Hará de sus víctimas pequeños animales viciosos en lugar de nobles hijos de Dios.
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“Algunos padres corrigen a sus hijos severamente con impaciencia, y muchas veces con ira. tales correcciones no producen un buen resultado. Al tratar de corregir un mal se crean dos. La censura continua, y el castigo corporal endurece a los niños, y los separan de sus padres”. Joyas de los Testimonios, Tomo 1, p. 148.
Cuando, sin embargo, usted tiene que mostrar disciplina, sea serio, y haga de ella una tarea. Hágala tan bien, que no tendrá que hacerlo de nuevo. Hoy, como nunca antes, la juventud está demostrando una actitud, de confianza prematura, hasta tal punto, que aún amenazan salir del hogar, si su deseo no es complacido. Pero no transija con ellos en este período crítico, o finalmente llevarán las cosas hasta tal punto, que finalmente tendrán que escaparse para cumplir su fanfarronada. No ceda. Asegúreles, que si ellos quieren ir, usted les ayudará a salir abierta y honradamente, y que no necesitan escaparse con cara de vergüenza, secretamente.
Finalmente, no haga que pierdan respeto para usted y para su religión. No necesitan tanto de las doctrinas al principio, como de las lecciones sencillas de la vida religiosamente, imprimidas diariamente sobre sus mentes. Hagan que amén su religión, ayudándoles a comprenderla, a ver su verdad, y su belleza. Nunca trate de obligarles a tomarla por la fuerza,
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sólo lo odiarán. Y nunca olvide, que si su curso les conduce a enseñorear sobre usted en lugar de usted sobre ellos, o si usted gobierna sobre ellos con fuerza, en lugar de amor, les arruinará a ellos y a usted mismo también. Y cuando Dios pregunte ¿dónde está el rebaño que fue dado? “Su rebaño bello,” usted será acallado”.
Que cada padre o guardian, por palabra y ejemplo inculque en las mentes de los jóvenes, el hecho que:
EL TIEMPO ES PRECIOSO,
“La vida de Cristo desde sus tempranos años, fue una vida de fervorosa actividad. Palabras de Vida del Gran Maestro p. 280.
“Nuestro tiempo pertenece a Dios. Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne obligación de aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que el Señor nos haya dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo.
"El valor del tiempo sobrepuja todo cómputo, Cristo consideraba precioso cada momento, y así es como deberíamos considerarlo nosotros. La vida es demasiado corta para que se disipe. No tenemos sino unos pocos días de gracia en los cuales prepararnos para la eternidad. No tenemos tiempo para perder ni tiempo para dedicar a nuestros placeres egoístas, ni tiempo para entregarnos al pecado. Es ahora cuando deberíamos formar caracteres para la vida futura e inmortal. Es ahora cuando deberíamos prepararnos para el juicio probador.
“Apenas los miembros de la familia humana han empezado a vivir, cuando comienzan a morir,
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y la labor incesante del mundo termina en la nada, a menos que se obtenga un verdadero conocimiento respecto a la vida eterna. El hombre que aprecia el tiempo como su día de trabajo, se preparará para una mansión y una vida inmortales, vale la pena que el haya nacido.
“Se nos amonesta a redimir el tiempo, pero el tiempo desperdiciado no puede recuperarse jamás, no podemos retroceder ni un sólo momento, la única manera en la cual podemos redimir el tiempo, es aprovechando lo más posible el que nos queda, colaborando con Dios en su gran plan de redención. “En aquel que hace esto se efectúa una gran transformación del carácter, Hijo de Dios, un miembro de la familia real, hijo del Rey Celestial, y está capacitado para ser compañero de los ángeles. PALABRAS DE VIDA DEL GRAN MAESTRO 278.
“Ahora es tiempo para trabajar por la salvación de nuestros semejantes, hay algunos que piensan que si dan dinero a la causa de Cristo, eso es todo lo que se requiere de ellos; el tiempo precioso en el cual debieran hacer obra personal por Cristo, pasa sin ser aprovechado. Pero es el deber y privilegio de todos los que tienen salud y fuerza, prestar a Dios un servicio activo. Todos han de trabajar para ganar almas para Cristo. Los donativos de dinero no pueden ocupar el lugar de esto.
“Cada momento está cargado de consecuencias eternas, hemos de ser soldados de emergencia, listos para entrar en acción al instante de dar aviso.
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La oportunidad que se nos ofrece hoy de hablar a algún alma necesitada de la palabra de vida, puede no volver jamás, puede ser que Dios diga a esa persona: “Esta noche vuelven a pedir tu alma,” y a causa de nuestra negligencia no está lista. En el gran día del juicio, ¿Cómo rendiremos cuenta de ello a Dios?
“La vida es demasiado solemne para que sea absorbida por asuntos temporales o terrenales, en un tráfago de cuidados y ansiedades por las cosas que no son sino un átomo, en comparación con las de interés eterno. Sin embargo, Dios nos ha llamado a servirle en los asuntos temporales de la vida. La diligencia de esta obra es una parte de la verdadera religión tanto como lo es la devoción. La Biblia no sanciona la ociosidad. Esta es la mayor maldición que aflige el mundo. Cada mujer y hombre verdaderamente convertido será un obrero diligente. “Del debido aprovechamiento de nuestro tiempo, depende el éxito en la adquisición del conocimiento y cultura mental. El cultivo del intelecto no ha de ser impedido por la pobreza, el origen humilde y las condiciones desfavorables, pero atesórense los momentos. Uno pocos momentos aquí y unos pocos momentos allí, que podrían desperdiciarse en charlas sin objeto, las horas de la mañana tan a menudo desperdiciadas en la cama, el tiempo que pasamos viajando en tranvía o en tren, o esperando en la estación, los momentos que pasamos en la espera de la comida, o de aquellos que llegan tarde a una cita, si se tuviese un libro en la mano y se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar,
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leer, o pensar cuidadosamente, ¡cuánto podría realizarse! Un propósito resuelto, un trabajo persistente y la cuidadosa economía del tiempo, capacitarían a los hombres para adquirir los conocimientos, y la disciplina mental que los capacitaría y calificaría para casi cualquier posición de influencia y utilidad.
“Es deber el de cada cristiano adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud. No hay excusa para hacer lento y chapuceramente el trabajo. Cualquiera sea su clase, cuando uno está siempre en el trabajo y el trabajo nunca está hecho, es porque no se pone en él, la mente y el corazón. La persona lenta y que trabaja con desventajas, debería darse cuenta que esas son faltas que deberían corregirse. Necesita ejercitar su mente, haciendo planes referentes a como usar el tiempo para alcanzar mejores resultados. Con tacto y método, algunos realizarán tanto trabajo en 5 horas como otros en 10. Algunos que se ocupan en las tareas domésticas, están siempre trabajando, no porque tengan tanto que hacer, sino porque no se hacen planes para ahorrar tiempo. Por su manera de trabajar lenta y llena de dilaciones, se dan mucho trabajo por poco. Tengan los tales un propósito definido en su obra. Decidan cuanto tiempo se requiere para hacer una tarea asignada, y entonces dediquen todo esfuerzo a terminar el trabajo en ese tiempo. El ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos.
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“Por falta de una determinación, de echar mano de sí mismos y reformarse, las personas pueden volverse estereotipas en cierto curso equivocado de acción, o mediante el cultivo de sus facultades, pueden adquirir capacidad para dirigir el mejor servicio. Entonces sus servicios serán solicitados en todas partes, serán apreciados en todo lo que valen.
“Muchos niños y jóvenes desperdician el tiempo que podrían haber empleado en ayudar a llevar las cargas del hogar. Mostrando así un interés amante en su padre y madre, la juventud podría llevar sobre sus hombros jóvenes y fuertes muchas responsabilidades que alguien tiene que llevar”. Palabras de vida del Gran Maestro p. 277—280
“Es la misma esencia de toda fe correcta de hacer toda cosa correcta al tiempo correcto”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 6, p.94.
(Las palabras itálicas son nuestras)
Ahora si usted ha gozado, apreciado, y beneficiado de esta excursión de preguntas y respuestas a través del Respondedor No. 4, y si usted desea continuar entonces, envíe por el Respondedor No. 5. Le será enviado por correo como cortesía cristiana sin costo y sin obligación.
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