TOMO #2
Este librito resuelve sus problemas
Para que todo aquel que tenga sed por la verdad pueda conseguirla, este librito de preguntas y respuestas está enviado gratis, como servicio Cristiano. Pídalo. Exige una sola cosa: la obligación del alma de examinarlo todo y de retener lo bueno. Las únicas cuerdas que van con esta oferta gratis son los lazos de carmesí del Calvario—las cuerdas que ligan.
Nombres y direcciones de Adventistas del Séptimo Día serán apreciados.
“...EL ESPÍRITU DE VERDAD... OS GUIRÁ A TODS LA VERDAD; PORQUE NO HABLARÁ POR SU PROPIA CUENTA, SINO QUE HABLARÁ TODO LO QUE OYERE, Y OS HARÁ SABER LAS COSAS QUE HABRÁN DE VENIR.” JUAN 16:13.
Impreso en los Estados Unidos.
EL RESPONDEDOR TOMO 2
Preguntas y Respuestas Sobre Temas de la Verdad Presente en el Interés de los Hermanos y Lectores Adventistas de La Vara del Pastor Por V. T. Houteff
Este “escriba” instruido en el reino de los cielos, “saca ...cosas nuevas y cosas viejas”. Mateo 13:52
Ahora “santificad al Señor Dios en vuestro corazón, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15
CONTENIDO
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LA APELACIÓN DE INTRODUCCIÓN DEL RESPONDEDOR
“Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abrahán, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.” Hechos 7:2, 3. “Y se fue Abram como Jehová le dijo” (Gen. 12:4), y fue a su dirección a Canaán, donde moraba. Aunque el Señor “no le dio herencia en ella ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuan- do él aún no tenía hijo.” Hechos 7:5.
Luego en el curso del tiempo, el Señor se propu- so guiar a Jacob y a los de su hogar fuera de la tierra de Canaán, abajo hasta Egipto. Sabiendo, sin embargo, que los hijos de Jacob no obedecerían como Abraham con sencillamente decirles que salieran. Por lo tanto en Su providencia puso en el corazón de Jacob un amor más grande para José que para sus otros hijos. Esto engendró en ellos la envidia y el celo, que en su turno engendró el odio y la codicia, manifestándose en su tratamiento cruel y en la venta de José, que resultó en que fuera llevado como esclavo a Egipto.
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Años más tarde cuando los hermanos de José fueron a Egipto para obtener el alimento durante el hambre de siete años, José, reconociendo el diseño providencial en el drama extraño de su vida de la esclavitud hasta el trono, dijo a sus hermanos: Ahora pues no os entristezcáis, ni os pese de haber me vendido acá porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.” Gen. 45:1, 5, 7.
Así el Señor providencialmente exaltó a José a compartir el trono de Egipto para predisponer a Faraón a conceder a Israel permiso para entrar en la tierra. Entonces para atraerles allá, él trajo en esa región los siete años de abundancia, seguidos por los siete años de hambre. Luego él envió palabra a Jacob que José todavía vivía. A las noticias de gozo abundante surgió en el padre un deseo irresistible de ver a su hijo. Estos con el hambre que amenaza- ba la vida sobre los hermanos de José les obligaron a trasladarse a la tierra de abundancia de Faraón, donde vivían como reyes.
No siendo su intención, sin embargo, para dejar los allá para siempre, el Señor no permitió que su estancia continuara tan agradable como al princi- pio, a no ser que rehusaran prestar atención a Moisés cuando el habría de venir a ellos con la palabra de que el tiempo había llegado para regre- sar a su hogar. Pero efectuó otra providencia salvadora,
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esta vez permitiendo que problemas inaguantables les sobrevinieran, así que cuando fueran llamados, ellos iban a responder gozosamente. Así que tenían que llegar a ser esclavos; y todavía peor, tenían que despojarse de sus hijos varones, luego ser conduci- dos sin misericordia con látigos crueles sobre sus espaldas, para que produjeran cada vez más ladri- llos.
Así que el poder del Espíritu combinado con el sufrimiento horrible de su dura servidumbre en Egipto, fue una fuerza abrumadora para obligarles a abandonar la tierra pagana y a regresar a la suya.
Luego, en su camino de regreso encontraron otra providencia—su estancia larga en el desierto, cuarenta años en total—la cual Dios permitió para el propósito expreso de separar de ellos a la multi- tud incrédula e infiel que acompañó al movimiento fuera de Egipto. Siendo destruídos éstos, los sobre- vivientes cruzaron milagrosamente el río Jordán, igual como 40 años atrás habían cruzado el mar rojo. Ellos después de quitar de en medio de ellos el pecador, Acán, quien había surgido entre ellos, entraron en la tierra prometida y llegaron a ser el reino más glorioso de su tiempo. De esclavos llega ron a ser reyes—¡qué milagro en realidad!
Naturalmente, uno pensaría que un pueblo, quien Dios había libertado tan milagrosamente de la esclavitud, y para quienes, El había más tarde, de una manera igualmente milagrosa, hecho un reino, nunca iba a caer, ahora que habían llegado a ser fuertes.
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Pero perdiendo de vista Su Fortaleza, ¡ellos volvieron a caer en la cautividad! En su debilidad como esclavos a Faraón, Dios los había dado poder sobre sus amos Egipcios; ahora en su fortale- za como amos, ellos mismos, ¡El los bajó a la servidumbre a las naciones que les rodeaban! Dos veces un milagro.
Aquí hay una prueba positiva que el Señor los edificó, y el Señor los bajó (2 Crón. 36:13-23), “para que” como El dice, “ se sepa desde el naci- miento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que Yo. Yo soy el Señor, y ninguno más que yo.” Isa. 45:6.
En el transcurso del tiempo, con el cumplimiento de los 70 años de los cuales Jeremías profetizó (Jer. 29:10), Dios una vez más trajo a Israel a su propia tierra. Pero como los años pasaban, reem- plazando las viejas generaciones con generaciones nuevas, Israel volvió a perder de vista su Fortaleza, esta vez tan completo que cuando ¡el Mesías esperado por tanto tiempo llegó finalmente, le rechazaron, crucificaron y escupieron sobre el!.
En retribución divina, Dios en su enojo quitó su rostro de ellos, y los entregó en la mano de su opresor, quien ¡destruyó su templo y su ciudad, los sacó de su propia tierra, y los dejó abandonados, una raza desterrada sin Dios, sin moneda, sin país, un pueblo odiado por todas las naciones desde ese día hasta éste!
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No todos, sin embargo, fueron así abandonados. Una multitud de ellos tenían sus ojos abiertos al hecho de que sus grandes hombres acusaban falsamente al Señor, torciendo las profecías concernientes a él, y engañando al pueblo. Por medio de los fieles que quedaban, el preservó la simiente de Israel. Aceptando a Cristo y llegando a ser Cristianos, estos hijos fieles de Jacob tuvieron sus nombres cambiados de Judío a Cristiano, como fue prefigurado en el caso de su padre Jacob cuan- do Dios cambió su nombre de Jacob a Israel, y el de su abuelo, fue cambiado de Abram a Abraham. Comenzando con 120 discípulos llenos del Espíritu, esta iglesia Judía Cristiana, convirtió a 3,000 almas en el día de pentecostés, con la predi- cación de un sencillo sermón dirigido por el Espíri- tu, y luego el Señor “añadió a la iglesia cada día a los que debieran ser salvos.” Hechos 2:47. Esta gran cosecha de almas, enfureció de tal manera a Satanás, que por venganza él persiguió a la mujer [la iglesia Judía Cristiana] que dio a luz al hijo varón (Apoc. 12:13), para impedir que ella hiciera más conversos, y para impedir a los que ella ya había hecho conversos que gozaran de membre- sía con ella.
(Los hechos innegables que el hijo de la mujer, Cristo, quien fue “arrebatado para Dios,” verso 5, fue nacido en la iglesia Judía, y que la iglesia Cristiana surgió de la Judía, establecen sólidamente a la mujer como figura de los siervos fieles de Dios en las iglesias del Antiguo y del Nuevo Testamen- to.)
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Como resultado de perseguir a la mujer, Satanás, irónicamente, fue sólo ayudando en lugar de frus- trar el propósito divino. En realidad, en el campo de la iglesia (Mateo 13:38) crecía solamente trigo puro y la “red” (verso 47) atrapaba solamente buen “pescado,” porque en contra de tal persecución, sólo los fieles se atrevían a tomar su posición para la verdad, y llegar a ser miembros de la secta odiada. Así, viendo los resultados de su opresión, él cambió rápidamente sus tácticas.
“Por los edictos de tolerancia,” dice el historia- dor Gibbons, “él [Constantino] quitó las desventa- jas temporales que habían hasta ahora retardado el progreso del cristianismo; y sus ministros activos y numerosos recibieron un permiso gratis, ánimo liberal, para recomendar las verdades salutíferas de revelación por cada argumento que pudiera afectar la razón o la piedad de la humanidad. El balance exacto de las dos religiones [el Cristianismo y el Paganismo] continuó por sólo un momento. . . . Las ciudades que señalaron un celo destacado destru- yendo voluntariamente sus templos [Paganos], fueron distinguidas por privilegios municipales, y recompensadas con donativos populares. . . . La salvación del pueblo común fue comprada a un precio fácil, si fue la verdad, que en un año, 12,000 hombres fueron bautizados en Roma, además de un número considerable de mujeres e hijos, y que una
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vestimenta blanca, con 20 piezas de oro habían sido prometidos por el emperador a cada conver- so.” Esto fue “una ley de Constantino, que dio libertad a todos los esclavos que aceptaran la cristiandad.”—Gibbon’s Rome, tomo 2, p. 273, 274, (Edición de Milman). Tan pronto como Satanás causara a sus agentes a dejar de perseguir a los cristianos, y empezara a estar en compañerismo con ellos, los engañó para que le consideraran a él como su amigo, así siendo liberados de su persecución, ellos durmieron espiri tualmente; y mientras que ellos dormían, el sembró la cizaña. Si, él se volvió completamente y hasta obligó a los paganos a unirse con la iglesia, así arrojando de su “boca agua como un río tras la mujer, para que pudiera arrastrar a la mujer con el río.” Apoc. 12:15. De estar persiguiendo a los que querían unirse con la iglesia, el cambió a perseguir a los que no querían, para que la iglesia pudiera ser inundada con paganos inconversos y así, ser “arras trada la iglesia por el río.” Apoc. 12:15.
Para mantener a la multitud en tinieblas en los días de los reformadores, el puso sus garras sobre ellos, luego abrió ampliamente su extintor contra la luz ardiendo, y cuando fracasó, puso a “predicado- res dormidos predicando a gente dormida.”—Testi monios, Tomo 2, p. 337. Este curso tan exitoso él ha perseguido sin cesar desde ese tiempo hasta que, como resultado,
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la iglesia hoy está casi ahogada con cizaña. Es, por así decirlo, infiltrada con una quinta columna.
“Esa noche yo soñé,” dice la sierva del Señor en una visión notable de esta misma condición, “que yo estaba en Battle Creek mirando por el cristal del lado a la puerta, y miré y vi a una compañía que marchaba a la casa, de dos en dos. Se veían severos y resueltos. Los conocía bien, y volví para abrir la puerta del cuarto para recibirlos, pero pensé que debía mirar una vez más. La escena fue cambiada. La compañía ahora tenía la apariencia de una procesión católica. Uno llevaba en su mano una cruz, otro una vara. Y como se acercaban, el que llevaba la vara hizo un círculo alrededor de la casa, diciendo tres veces, ‘esta casa es proscrita. Los bienes tienen que ser confiscados. Ellos han habla- do en contra de nuestro santo orden.’ El terror se apoderó de mi, y yo corrí por la casa, fuera de la puerta del norte, y me encontré en medio de una compañía, algunos de quienes yo conocía, pero no me atrevía a decir una palabra a ellos por temor de ser traicionada, trataba de buscar un lugar apartado, donde yo pudiera llorar y orar sin encontrarme con ojos ansiosos, curiosos donde quiera que yo volvie- ra. Repetía con frecuencia, ‘Si tan sólo pudiera comprender esto! Si me dijeran ¡¿qué es lo que yo he dicho, o lo que yo he hecho?!’
“Yo lloraba y oraba mucho mientras que yo veía nuestros bienes quitados, procuré leer simpatía o compasión para mi en las miradas de los que me rodeaban, y marqué los rostros de varios
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quienes yo pensaba que me habrían hablado y confortado, si no hubieran tenido miedo de ser observados por otros. Yo hice un intento para escapar de la muchedumbre, pero viendo que me miraban, oculté mis intensiones. Comencé a llorar en voz alta, diciendo, ‘¡Y si tan sólo me dijeran que es lo que he hecho, o lo que he dicho!’ Mi esposo, quien dormía en una cama en el mismo cuarto, me oía llorando en voz alta, y me despertó. Mi almoha- da estaba mojada con lágrimas, y una depresión de Espíritu triste estaba sobre mí.”—Testimonios, Tomo 1, p. 578. La promesa, sin embargo, es que el río de cizaña sólo quedaría ahí hasta la cosecha, el tiempo natural para su separación—el fin del mundo.
Mientras tanto que Satanás pueda con éxito llevar adelante su obra subversiva de inundar la iglesia, el no levantará ni un dedo para perseguir a nadie por unirse con ella, a no ser que por eso el frustra su propio mal designio de inundar sus rangos con sus agentes—el río, la cizaña. Para asegurar el éxito de esta obra insidiosa, el echa afuera a los que se atreven a vivir una vida cristiana consecuente allí entre la cizaña, mientras tanto él anda con su extintor prendido, procurando apagar toda chispa de luz. Finalmente, sin embargo, como revela la profe- cía las cosas son cambiadas, y la larga controversia termina con el Señor echando afuera y destruyendo (Apoc. 12:16) a los agentes de Satanás el “río” (la cizaña, el mal pescado), y
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luego ¡alumbrando la tierra con la gloria de su ángel. (Apoc. 18:1)!
Aquí vemos que la obra cercana de quitar el río de inconversos, es la obra de “la cosecha” en el fin del mundo. Mateo 13:39. Luego necesitamos deter minar, si el “fin del mundo,” trae la edad milenaria de paz o el gran tiempo de angustia cual nunca fue. Para determinar cual, tenemos que consultar even tos subsiguientes.
Puesto que es después que la tierra tragara el río, que el dragón ha de estar enojado con la mujer y salir para “hacer guerra con el remanente de su simiente, que guarda los mandamientos de Dios, y tiene el Testimonio de Jesucristo” (Apoc. 12:16, 17), no se puede escapar de la confusión que la cosecha, al quitar de la iglesia el río de Satanás, su cizañas multiplicadas, no trae un milenio de paz. Por supuesto que no, sino más bien trae la ira de Dios, el tiempo de angustia cual nunca fue, el tiempo en el cual su pueblo en Babilonia es llama- do para “salir de ella” y para entrar en su iglesia purificada—El Reino. La cosecha, por lo tanto, es un corto período de tiempo justamente antes, en lugar del momento a, la aparición de Cristo en las nubes. Son los últimos días de la gracia para los reinos de la tierra—los días y la obra que traen el fin del mundo.
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El hecho que hay un remanente (que queda) de la simiente de la mujer, muestra que su simiente es dividida en dos partes, y que como resultado el simbolismo representa tres grupos de gente: (1) la mujer; (2) la primera parte de su simiente—los que en este caso no son el remanente; (3) la segunda parte de su simiente—los que son el remanente.
En la luz de esta representación simbólica la mujer misma, se ve representando la parte madre de la iglesia, los ministros de Dios ordenados y llenos del Espíritu de Dios quienes traen a la iglesia a los regenerados o los nacidos de nuevo (Juan 3:3). La primera parte de su simiente deben, de acuerdo, ser las primicias, los 144,000, quienes, separados de los pecadores que estaban entre ellos, son llevados al monte de Sión, allí para estar en pie con el Cordero (Apoc. 14:1). Por eso, “el remanen- te de su simiente” son en esta instancia los que están todavía en el mundo, cuando Babilonia está en la bestia (Apoc. 17). Así que ellos son los segundos y últimos frutos, que han de ser llevados a la iglesia purificada, el Reino, donde no hay ni pecado ni temor de las plagas de Babilonia cayendo sobre ellos. (Apoc. 18:4).
Y ahora, puesto que en su progreso de tiempo, la mujer representa cada ministerio sucesivo, por lo tanto al tiempo que el dragón está enojado con ella, ella necesariamente tiene que representar el último ministerio ordenado, los 144,000, los que traen a todos sus hermanos de todas las naciones al “Santo monte de Jerusalén de Dios.” Isa. 66:20.
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Con la luz brillando sobre este tema, la verdad se ve claramente que después que la tierra trague el río, después que los ángeles separen a los impíos (“la cizaña,” el “pescado” “malo”) de los justos (el “trigo,” el “pescado” “bueno”) en la iglesia, y llevan a los justos al monte Sión (“el granero,” “los vasos”—Mateo 13:30, 48), el dragón luego será enojado con la mujer (los siervos de Dios), y como resultado hará guerra contra el remanente, (los segundos frutos, los que entonces han de ser llama- dos fuera de Babilonia—Apoc. 18:4).
“En los postreros días,” hablando Miqueas en predicción del tiempo en el cual las primicias van a estar con el Cordero sobre el Monte Sión, y en el cual los segundos frutos salen de Babilonia para ir al Monte Sión, “Y acontecerá en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será confirmado por cabeza de montes, y más alto que los collados, y correrán a el los pueblos.” “Y vendrán muchas gentes, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; nos enseñará en sus caminos, y andare- mos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. “Y juzgará entre muchos pueblos, y enmendará a fuertes gentes hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, sus lanzas para hoces.
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No alzará espada gente contra gente, ni más se ensayarán para la guerra. Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrante; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.” Miq. 4:1-4
En conclusión, por lo tanto el Reino-iglesia tiene que “levantarse” antes que el diablo vuelva en guerra sobre el remanente, los que son dejados atrás, y quienes luego están recogiéndose, y en contra de quienes él hace guerra porque no quieren adorarle en la persona de la bestia y a su imagen, (Apoc. 13:15).
En esta luz acumulada, uno ve más claro como nunca antes, que aunque el Señor ha de permitir que la persecución vuelva a sobrevenir a su pueblo en Babilonia, él hará eso solamente para servir a su propia causa y para sacar a su pueblo fuera del dominio de Babilonia (como él hizo para sacar a su pueblo antiguo fuera de Egipto), y para hacerlos entrar al Reino-Iglesia donde no habrá pecado y sobre el cual la destrucción de las plagas no caerán. (Véase Apoc.18:4.) “Ciertamente la ira del hombre te alabará.” O Señor, y “tu reprimirás el resto de las iras.” Salmos 76:10. La separación de los impíos de entre los justos mientras que estaban en el desierto en el tiempo de Moisés antes de entrar en la tierra de la promesa, fue efectuada no solamente para el beneficio de la iglesia de ese tiempo (Israel típico) sino también como ejemplo
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para la iglesia de hoy (Israel antitípico), prefiguran- do típicamente hacia la separación venidera de los malos de entre los buenos (Mateo 13:48), antes que los buenos sean llevados al Reino, a su propia tierra, “el granero.” Mateo 13:30. “Todas esas cosas” por lo tanto dice Pablo “acontecieron a ellos como ejemplo, y son escritas para nuestra amones- tación, sobre quienes han venido los fines del mundo.” 1 Cor. 10:11. Por medio de esta advertencia dada de ante mano, que concerniente a esta providencia inmi- nente, el Señor vuelve a amonestar a cada creyente de la Verdad Presente: “Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos; más sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. “Alza tus ojos en derredor, y mira: Todos estos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas. Enton- ces verás y resplandecerás; y se maravillará y ensanchará tu corazón, que se haya vuelto a ti la multitud de la mar, y la fortaleza de las gentes haya venido a ti. “Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Seba, traerán oro e incienso,
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y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti, carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
“¿Quiénes son estos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al Nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, más en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
“Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche; para que sea traída a ti la fortaleza de las gentes, y sus reyes conducidos. Porque la gente o el reino que no te sirvieren, perecerán; y del todo serán asolados.” Isa. 60:1-12 Por eso queridos hermanos de Laodicea, resulta claro que “mientras se prosigue el juicio investiga- dor en el cielo, mientras los pecados de los creyen- tes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a cabo una obra especial de purificación, de liberación del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra.”—El Conflicto de los Siglos, p. 478.
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Luego “revestida de la armadura de la justicia de Cristo, la iglesia entrará en su conflicto final. ‘Her- mosa como la luna, esclarecida como el sol, impo- nente como ejércitos en orden,’ ha de salir a todo el mundo, vencedora y para vencer.”—Profetas y Reyes, p. 535. A ese tiempo “solamente a los que han resistido la tentación en la fortaleza del Todo- poderoso, se les permitirá participar en la procla- mación de ello [el Mensaje del Tercer Ángel] cuando éste se haya henchido hasta ser el Fuerte Pregón.”—The Review and Herald, No. 19, 1908.
Como antorcha flameante en la obscuridad de la noche, se destaca la verdad que el tiempo de angus- tia cual nunca fue, encuentra a la iglesia libre del río de la cizaña, libre del “pescado malo,” y por consiguiente capaz no sólo de resistir al diablo sino también de salir venciendo y para vencer en el poder Omnipotente de Miguel, quien poniéndose de pie libera a “todos los que están escritos en el libro.” Daniel 12:1. Al contar esta larga historia del pueblo de Dios, vemos que Abrahán es la única persona con quien Dios no se vio obligado a acudir otros medios, más que sencillamente mandarle: “vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” Génesis 12:1. La fe prevaleciente de Abrahán que no ponía en tela de juicio el mandato de Dios y su presta obe- diencia
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al sencillo mandato del Señor en cada instancia, le hicieron de él, “amigo de Dios,” y “padre de los fieles,” y un gran pilar de la viviente verdad, con un nombre para recordar y ser honrado durante todo el tiempo y la eternidad. La fe de Jacob en las promesas de Dios, y su deseo abrumador para participar en los planes del Señor y llevarlos a cabo, resultó en que él llegara a ser progenitor de las primicias o ministerio del Reino iglesia —los que van a estar de pie con el Cordero sobre el Monte de Sión. (Apoc. 14:1).
La fidelidad intransigente de José a los princi- pios le trajo al más elevado estado en el cual llegó a ser el proveedor más grande del mundo, como tipo de Cristo, el gran Proveedor Espiritual.
Moisés, en su mansedumbre (humildad) y en su determinación “a sufrir la aflicción con el pueblo de Dios, más bien que gozar de los deleites del pecado por una temporada” (Hebreos 11:25), le elevó a ser el mayor general y líder de todos los tiempos, y hasta para estar en el monte de la transfiguración.
El sacrificio de vida de los apóstoles por Cristo y su verdad, les ganaron el honor exaltado de tener sus nombres colocados en los fundamentos de la Santa Ciudad (Apoc. 21:14).
La valentía y esfuerzos incansables de Lutero para levantar la verdad que fue pisoteada, (Dan. 8:11, 12; 11:31), le convirtió en el padre del protestantismo.
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Con todo hermano/hermana, ninguno de estos estados tan notablemente gloriosos es mayor que el de usted, el de estar con el Cordero sobre el monte de Sión. Le suplicamos por lo tanto, “levantarse para brillar, ¡porque su luz es venida!” Isa. 60:1.
Ahora que por una parte el Señor está amones- tándole a usted a aferrarse a su poderosa luz de verdad y de esa manera escapar del pecado, para que pueda escapar de su venganza, para ser libera- do del tiempo de angustia venidera, y tener una parte en proclamar el Mensaje de los Tres Ángeles en el Fuerte Clamor; y que por otra parte Satanás le está tentando para que se aprovechara de su extin- tor tan agotado; usted es ahora traído al valle de la decisión. Ahora ha llegado la hora cero para decidir sí o no usted va a estar al lado de Dios; para seguir su poderosa verdad, o si Baal es Dios, seguirle con sus hombres poderosos.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apoc. 3:20.
Entonces, ¡no hará usted como estos hombres fieles de la antigüedad hicieron, y así ser entre los grandes hombres de Dios hoy día! ¡Oh que nada, Hermano, Hermana comprometa y neutralice sus esfuerzos para obtener la promesa ahora—el privilegio incomparable de ser sacerdotes y reyes!
“El que tiene oído oiga lo que el Espíritu dice...“ Apoc. 3:22
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Preguntas y Respuestas
Pregunta Número 15,
“Primeros Escritos,” p. 285, declara que Dios anunciará el día y la hora del regreso de Jesús. Y “La Vara del Pastor,” Tomo 2, p. 255, con- cluye de su análisis del diluvio que este evento culminante de las edades ocurrirá en miércoles de noche. Pero Cristo dice. “...de ese día y hora no sabe ningún hombre, no ni los ángeles del cielo, sino Mi padre solamente.” Mateo 24:36. ¿Cómo pueden ser reconciliados estos dos puntos diferentes?
Respuesta:
La Vara de ninguna forma está fijando el tiempo para el regreso de Jesús. Aunque concluya de su estudio del diluvio que él puede venir para su pueblo alguna noche en la mitad de la semana, ni sugiere en cuál miércoles de noche eso puede ser. La Vara no pretende saber ese día o esa hora. Y concerniente a la declaración en Primeros Escritos, las palabras de Cristo en Mateo 24:36 no excluye la posibilidad de que alguna vez El pudiera revelar el día y la hora de su venida. En realidad, aunque las Escrituras dicen: aún los ángeles del cielo no saben la hora, con todo si ellos en algún momento van a estar listos para acompañar al Señor en su segunda venida, ciertamente ellos tienen que ser avisados en algún día de antemano de ello para poder alistarse para acompañar a Cristo. Y aunque ningún hombre sepa el día y la hora, con todo, si el Padre ve conveniente para declararlo, no podemos sino saberlo.
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Además, esta venida secreta (Mateo 24:36) pudiera ser otra que la comúnmente comprendida como la segunda venida (para más estudios sobre este tema, léase nuestro tratado No. 3, La Cosecha, Edición de 1942, pp. 45-53.)
Pregunta No.16.
Me han dicho que los Davidianos enseñan que el trono de Isaías 6 es un tren arrastrado por una locomotora que vomita humo. ¿Ense- ñan ellos así?
Respuesta:
Ninguna tal idea como ésta es enseñada en ninguna parte de las publicaciones de La Vara del Pastor, sobre las cuales, todos los Davidianos basan sus enseñanzas, como un estudio cuidadoso de la literatura verificada completamente.
La palabra “tren” se cita de las Escrituras, y significa “comitiva”, como explicado en nuestro Tratado No. 1, La Hora Pre-Undécima Extra, Edición 1941, p. 8.
¿HAY PALMAS EN LAS MANOS DE ALGU- NOS, O EN LAS MANOS DE TODOS?
Pregunta No.17.
“La Vara del Pastor,” volumen 1 p.44, dice que la grande multitud teniendo palmas en sus manos son solamente los segundos frutos de la cosecha de la tierra, mientras que “El Conflicto de los Siglos, p. 704 .
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hablando de todos los vencedores “dice”, en cada mano es colocada la palma de victoria y un arpa reluciente. ¿Cómo pueden armonizarse estas dos declaraciones?
Respuesta.
La multitud sobre la cual La Vara comenta y la multitud la cual El Conflicto de los Siglos habla, son dos diferentes compañías, en dos diferentes ocasiones, y en dos distintas ocasiones. La primera, la multitud de Apocalipsis 7:9 teniendo palmas en la tierra; la segunda, la multitud de El Conflicto de los Siglos, recibe sus palmas y arpas en el cielo. Estos hechos pueden verse claramente al leer las declaraciones siendo consideradas.
Pregunta No. 18:
¿Cuándo empieza “el tiempo del fin,” en el cual se abre el libro de Daniel?
Respuesta.
El ángel que instruyó a Daniel, declaró que el libro sería cerrado hasta el tiempo del fin. De acuerdo con esto, no antes ni después, sino en el tiempo de fin, el libro tiene que ser abierto.
Este período es marcado por un aumento de conocimiento y con los hombres corriendo de “aquí para allá.” Daniel 12:4, 9. Como una larga porción del libro de Daniel es ahora comprendido,
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y como estamos en la edad del automóvil, la edad de conocimiento aumentado, con los hombres yendo de aquí para allá, resulta evidente que esta- mos viviendo “en el tiempo del fin.”
Daniel 11: 40 hace claro, que en el tiempo del fin, el Rey del Norte había de librar guerras victo- riosas contra el Rey del Sur. Por consiguiente, “el tiempo del fin,” tenía que haber empezado hacia el fin del siglo XVIII y al comienzo del siglo XIX, con las victorias del Rey del Norte.” (Véase el mapa en nuestro Tratado No. 12, El Mundo Ayer, Hoy, y Mañana. Edición 1941, página 97).
Pregunta No. 19
¿Por qué los Davidianos no pasan más tiem- po enseñando el amor de Jesús—La parte más importante de la Biblia—en lugar de enseñar las doctrinas y las profecías?
Respuesta:
Los Davidianos siguen este procedimiento a causa de la Escritura: “tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.” 2 Pedro 1:19. Las profecías, por lo tanto, crean amor para Dios en el corazón del estudiante como ninguna otra cosa puede hacerlo.
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Sí, además, las profecías son menos importantes que otras porciones de las Escrituras, ¿porqué, entonces, el Señor hizo a sus siervos a escribir tantas de ellas? Obviamente, son igualmente im portantes. El libro de Apocalipsis, que es dirigido directamente al pueblo que vive justamente antes de la venida del Señor, es compuesto de profecías simbólicas, concerniente a las cuales el Señor dice:
“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” Apoc. 1:3. “¡He aquí yo vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.... Yo testifico a todo aquel que oye las pala- bras de la profecía de este libro Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras de éste libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la Santa ciudad, que se describe en este libro.” Apoc. 22:7, 18, 19.
Es verdad, que el amor de Jesús es de suprema necesidad, pero predicando de ello a la exclusión de las doctrinas y las profecías, no van a ser de provecho, por medio de las profecías y por medio de las doctrinas, uno aprende no sólo del amor de Jesús, sino también como servirle. “Toda la Escritu- ra,”
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dice Pablo, “es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en Justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16, 17.
Si las iglesias de hoy hubiesen enseñado las profecías y las doctrinas a la exclusión del amor de Jesús, luego por supuesto los Davidianos se hubie- ran espaciado aún más extensamente sobre el amor de Jesús que en las profecías. Pero como lo opuesto es el caso, el amor de Jesús siendo magnificado al descuido de las profecías, luego por supuesto nuestra primera y suprema necesidad es estudiar el amor de Jesús por las doctrinas; después, nuestro mayor cargo será así enseñarlo.
Mientras que el Evangelio de amor nos inspira amor al Señor, las doctrinas nos enseñan de la forma correcta de amarle, y la luz de las profecías guía nuestros pies en el sendero derecho y angosto, hacia el camino de la ciudad de Dios, igual que de noche las luces de un automóvil nos muestra el camino a nuestro hogar. Sin ellas, inevitablemente perderemos nuestro camino, tener un accidente, y ser dejado así en las tinieblas—un montón de naufragios y muerte, posiblemente.
Así que mientras que necesitamos lo uno, necesita- mos igualmente lo otro. Los Davidianos, por lo tanto, combinan ambos, enseñando el amor de Jesús por las doctrinas, y el camino al Reino por las profecías.
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Pregunta No. 20:
¿Qué evidencia bíblica hay para mostrar que los eventos de los Siete Sellos (Apoc. 4-8) cubren la historia del mundo entero, que es contrario a la enseñanza de la denominación que enseña que cubren solamente el período de la iglesia cristiana? ¿No sabe usted que el libro con los sellos es simbólico de los libros de Daniel y del Apocalipsis?
Respuesta:
La fundación sobre la cual descansa la posición de la denominación que los sellos son proféticos de eventos en el período del nuevo Testamento es su interpretación del primer sello concerniente al cual Juan dice: “Y miré y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” Apoc. 6:2.
Esta escritura se interpreta sin autorización para representar la primera iglesia cristiana. Los hechos de que el caballo en la visión era blanco, y la primera iglesia cristiana pura, el jinete conquistan- do y la iglesia creciendo, no de por si constituyen una fundación sólida sobre la cual edificar la teoría que los eventos de los sellos empiezan con la iglesia cristiana. En la visión de Juan fueron mostrados los sellos como 65 años después del pentecostés, en el período cuando la iglesia ya estaba perdiendo su tremenda pureza y su crecimiento constante.
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La voz le dijo: “Subid aquí, y te mostraré cosas que tienen que pasar después de éstas.” Apoc. 4:1, En otras palabras, los eventos que estaban por mostrarle habían de desarrollar en lo futuro, desde él tiempo que el recibió la visión. Ahora prestemos atención a lo que el vio: “Y al instante yo estaba en el espíritu,” dice Juan, “y he aquí un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado sobre el.... Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.... Y ninguno, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni leerlo, ni de mirarlo. Y llore mucho,... Y uno de los ancianos me dijo: No llores, he aquí que el león de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.” Apoc. 4:2; 5:1, 3-5. Observen que los eventos simbolizados habían de verificarse algún tiempo después que Juan recibió la visión, no antes. Además, ¿dónde, en cualquier estancia las Escrituras, jamás han simbo- lizado la iglesia por un hombre cabalgando un caballo? ¿Si el caballo simboliza la iglesia, enton- ces qué simboliza el hombre? Obviamente en esta visión Juan estaba mirando hacia adelante al comienzo de algún evento impor- tante que había de tomar lugar en el futuro, o sea en un tiempo futuro del tiempo cuando el
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recibió la visión, más que estar mirando atrás cuando la iglesia empezó. Además ello habría de ocurrir en el cielo, no en la tierra. Como millares sobre millares rodeaban al trono sobre el cual el gran Juez se sentaba, teniendo en su mano el libro que fue sellado con siete sellos, el evento obvia- mente es más como el comienzo del Juicio de Dan. 7:9, 10, que el comienzo de la predicación del Evangelio.
Hablando del libro quien fue sellado con el libro de los siete sellos, el Espíritu de verdad dice: “Así los líderes Judíos hicieron se elección. Su decisión fue registrada en el libro que Juan vio en la mano del que estaba sobre el trono, el libro que ningún hombre podía abrir. En toda su condición terrible esta decisión se presentará ante ellos en el día cuando este libro sea abierto por el León de la Tribu de Judá.”—Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 236. En esta conexión cada parte componente del entero simbolismo encuadra con la historia sagrada y secular, y también con el Mensaje del Tercer Ángel—así dando “poder y fuerza” al último.
Pregunta No. 21:
¿Qué es el sello de Dios sobre las frentes de los 144,000 (Apoc. 7:3)? ¿Será el Sábado el sello o será algo diferente?
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Respuesta:
Siendo sellado en Cristo “con el espíritu santo de la promesa,” después de haber “escuchado la Palabra de verdad” (Efesios 1:13; 4:30), los santos son consiguientemente sellados por la Verdad Presente—la verdad predicada en su día.
“El sello del Dios viviente,” la verdad, sobre la cual los 144,000 son sellados (Apoc.7:2), es un sello especial, siendo el mismo como “la marca” de Eze. 9. (Véase Testimonios para los Ministros, p. 445; Joyas de los Testimonios, Tomo 1, p. 335; Joyas de los Testimonios, Tomo 2, p. 65.) Exige, gemir y clamar sobre las abominaciones que le contaminen, y que deshonran el Sábado y profanan la casa de Dios, especialmente en contra de vender literatura, y hacer planes para levantar más dinero durante el servicio del Sábado. Y como los santos tienen este sello o marca en sus frentes, los ángeles pasarán por alto a ellos, y no los matarán. Es equivalente a la sangre en la puerta en la noche de la pascua en Egipto. El ángel ha de poner una marca sobre las frentes de todos los que gimen por sus propios pecados y por los pecados en la casa de Dios, así mostrando fidelidad a la verdad. Luego los ángeles destructores siguen, para matar completamente, viejos y jóvenes, quienes fracasan en recibir el sello. (Véase Testimonios, Tomo 5, p. 505.) en inglés. Así que el sello anterior capacita al recipiente para resucitarse de entre los muertos en la resurrección de los justos,
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mientras que el último sello capacita al que está gimiendo y clamando para escapar de la muerte y por siempre vivir para Dios.
¿ESTÁ EL SELLAMIENTO EN PROGRESO? ¿AHORA QUIÉNES SON SELLADOS? ¿SON ALGUNAS MÁS ALLÁ DEL PECADO AHORA?
Pregunta No. 22:
Si el mensaje del sellamiento de los 144,000 ha estado progresando en la iglesia desde 1929, será una parte (o todos) de los 144,000 todavía sellados? también, si ninguno puede ser sellado a menos que sea libre de pecado, y si algunos están sellándose ahora, han pasado algunos ya al punto donde no pueden pecar?
Respuesta: Si el sellamiento no estuviera en progreso ahora, entonces el mensaje del sellamiento que hemos estado llevando ahora desde 1929 no sería la Verdad Presente ahora más que la proclamación del juicio de los muertos habría sido la Verdad Presente de 1844 a 1929, si los muertos no hubiesen sido juzgados durante ese período. Definitivamente, entonces, el mensaje del sellamiento, y el sellamiento mismo van mano en mano como la aguja y la lanzadera viajan juntos hasta que la costura sea completa. El Señor manda al ángel con el tintero de escribano a poner una marca sobre las frentes de los hombres que gimen y claman por todas las abominaciones que se hacen en medio de ella”—en la iglesia—así que cuando los hombres con las sendas armas empiezan a matar, ellos puedan pasar por alto a los que tienen la marca.
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Así que los que gemían y clamaban desde 1929 por las abominaciones en la iglesia, a sido la evidencia suprema que estamos viviendo en el período del sellamiento.
Y como una reforma nunca se efectúa sin una revelación de alguna nueva verdad, luego esta obra final que se hace en favor de la iglesia tiene que ser acompañada por un mensaje (Joyas de los Testimonios, Tomo 1, p. 335) y tiene que ser proclamado a todos. Y el que no se reforma al momento de ser convencido de la verdad, no se reformará más tarde. Por lo tanto, mientras que el mensaje del sellamiento abre camino por la iglesia, sólo los que se despiertan y se reforman (gemir) y procurar compartirlo con otros (clamar) la luz que está brillando sobre ellos, reciben el sello. Ellos son reconocidos sin mancha por la perfección de Cristo impartida a ellos hasta que les sea dado un “corazón nuevo” prometido en Ezequiel 36:26, después del cual ellos serán para siempre sin pecado—para siempre sin causa para arrepentirse.
“Cuando yo dijere al impío:” dice el Señor, “Desierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.” Eze. 3:18.
Si uno no puede apartarse de sus pecados ahora, tampoco puede hacerlo más tarde.
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y como uno no puede engañar a Dios, él es dejado sin el sello, aunque él pueda ser un profesor de la verdad. Un Cristiano verdadero sin embargo nunca se jacta de haber logrado la perfección, porque él siempre está buscando tener un nivel cada vez más alto, mientras él viaja en el sendero angosto. Y como él se acerca cada vez más a El, en quien empieza y termina la perfección, él exclama con el profeta: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al rey, Jehová de los ejércitos.” Isa. 6:5.
Así que el hecho es que nadie ha logrado la perfección que él va a lograr en su estado futuro, pero el seguidor verdadero de Cristo ha logrado la perfección del estado presente. El no está nunca, ni un minuto atrasado en tiempo o una pulgada debajo del paso más elevado alcanzable hasta ese mo mento. El es progresivamente perfecto como la espiga del maíz lo es del día que germina, hasta el día que se cosecha.
Si cualquier pecado es cometido por tal persona, no será un pecado conocido o hecho intencional mente. “Para el que sepa hacer lo bueno, y no lo hace, para él es pecado.” Santiago 4:17. “El será juzgado por la iniquidad que el sabe.” 1 Samuel 3:13. Por consiguiente, para el que se aprovecha para conocer la Verdad y quien con celo cumple con todos sus requisitos, es contado por justicia (Rom. 4:3)—viviendo sin pecado.
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Pregunta No.23:
¿Cómo puede su enseñanza de la separación de la cizaña del trigo en la iglesia armonizarse con la declaración que dice: “La cizaña y el trigo han de crecer juntos hasta la cosecha; y la cosecha es el fin del tiempo de gracia.... Cuando la obra del Evangelio es terminada, inmediatamente sigue la separación entre lo bueno y lo malo, y el destino de cada clase es fijado para siempre”. “Palabras de Vida del Gran Maestro,” p. 50, 94.
Respuesta.
Sí, de acuerdo con la declaración en consideración, la cosecha “es el fin del tiempo de gracia,” (tomando lugar en, no después del cierre de gracia. Y el hecho de que el juicio investigador actúa sobre el caso de uno, después de que su carrera de vida, en relación a su salvación haya terminado y mientras que la gracia todavía esté disponible, es otra evidencia que la “cosecha” es la última parte del tiempo de la gracia. Esto esta en armonía con la declaración de Jeremías, “Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.” Jer. 8:20. Muestra que la cosecha es un período de tiempo, teniendo un comienzo y un fin, y que durante su tiempo los hombres son salvos. Y en Primeros Escritos, p. 118, revela que el tercer ángel es el que hace la obra de la cosecha, mientras que Mat.13:30 muestra que separan las cizañas del trigo “en el tiempo de la siega.”
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Por eso el mandato de Cristo, “que ambos crecerán juntos hasta la siega,” señala hasta nuestros días, el “tiempo del fin.” El período en el cual la siega ha de ser consumida y la “cizaña” separada de entre el “trigo.”
Así que para todo propósito práctico “la siega” es en realidad “el fin del mundo,”—el fin de los impíos.
La única forma en la cual uno puede malentender o comprender de otra manera, lo que se dice en “Palabras de Vida del Gran Maestro,” es si uno si no logra darse cuenta que el mundo está ahora mismo muy cerca del “fin del tiempo.” No logrando comprender lo que el fin del tiempo realmente significa, uno es por sí mismo incapaz de relacionar correctamente los temas relacionados de la cosecha.
En la Biblia el Señor dice: Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén [la iglesia] con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien, ni hará mal. (Sofonías 1:12): Es decir él castigará a los que por sus acciones dicen, “el Señor no se preocupa grandemente acerca de lo que hacemos”; cuando en la advertencia de una verdad solemne el Señor está declarando: “Yo escudriñaré a Jerusalén,” No descuidadamente y en oscuridad, sino cuidadosamente con linternas.
“Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una tribu, y no cae un granito en la tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen no se acercará, ni nos alcanzará el mal.” Amós 9:9, 10.
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“Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la gloria de Jehová.” Isa.24:13, 14.
Estas escrituras muestran, que después que la iglesia haya sido sacudida por la visitación del Señor, luego sus miembros fieles que son dejados “Cantarán por la grandeza de Jehová.” El zarandeo habría hecho de la iglesia lo que debería ser.
“Y quien podrá soportar el tiempo de Su venida, ¿O quien podrá estar en pie cuando El se manifieste? porque El es fuego purificador, y como jabón de lavadores.” Mal. 3:2.
“En el zarandeo poderoso que pronto ha de tomar lugar, seremos mejor capacitados para medir la fuerza (el número) de Israel. Las señales revelan que el tiempo está cerca, cuando el Señor manifestará que su aventador está en su mano, y limpiará cabalmente su era.” Testimonios, Tomo 5, p.80.
Así que, las Escrituras y el Espíritu de Profecía, los dos proclaman que él mismo purificará su iglesia, y cuando ella es así purificada, “los gentiles verán,” su “justicia y todos los reyes su gloria.” Isa. 62:2"
¿CUÁNDO SEPARARA EL LAS CIZAÑAS DEL TRIGO?
Pregunta No.24:
En “Palabras de Vida del Gran Maestro,” p. 123 en inglés, dice “cuando la obra del Evangelio es completada,
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Sigue inmediatamente la separación entre lo bueno y lo malo. “La separación mencionada aquí, ¿no toma lugar a la segunda venida de Cristo?
Respuesta:
La separación que toma lugar cuando Cristo viene la segunda vez, es el llevar de los santos al cielo con él (Juan 14:3; 1 Tes. 4:17) y dejando los impíos, muertos aquí en la tierra (2 Tes. 2:7, 8.) En esta forma su segunda venida efectuará una separación física. Pero la separación pre-milenaria que toma lugar antes de la segunda venida de Cristo, es a su venida invisible, cuando el coloca las “ovejas” a su mano derecha y las “cabras” a su izquierda (Mat. 25:32, 33; 13:30; Apoc. 18:4; Mat. 13:48).
“Vi a los santos,” escribe la Hna. White, “abandonar las ciudades y los pueblos juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles los proveían de comida y agua, mientras los impíos sufrían de hambre y sed. Vi después que los magnates de la tierra consultaban entre si, y Satanás y sus ángeles estaban atareados en torno de ellos. Vi un edicto del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos a su fe peculiar y prescindían del Sábado para observar el primer día de la semana, que dieran a la gente libertad para matarlos.
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Pero en aquella hora de prueba estaban los santos tranquilos y serenos, esperando en Dios y apoyados en su promesa de que se les abriría un camino de salvación. En algunos puntos los malvados se precipitaron contra los santos para matarlos antes de que venciese el plazo señalado en el edicto; pero ángeles en la persona de guerreros pelearon por ellos. Satanás quería tener el privilegio de exterminar a los santos del Altísimo; pero Jesús ordenó a sus ángeles que velaran por ellos. Dios tendría a honra hacer un pacto con quienes habían guardado su ley a la vista de los paganos circundantes; y Jesús recibiría honra al trasladar sin que vieran la muerte a los fieles expectantes que durante tanto tiempo habían aguardado.”—Primeros Escritos, pp. 282, 283.
El hecho que los santos eran vistos proféticamente en compañías entre ellos antes de la segunda venida de Cristo, muestra una vez más que la separación entre santos y pecadores toma lugar antes de su apariencia. La separación que es efectuada por la segunda venida de Cristo, sin embargo es aun mayor.
Por eso aunque el mensaje en Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 94, se aplica a la separación (los justos siendo llevados al cielo y los impíos dejados en la tierra) al segundo adveni miento de Cristo, con todo, no contradice de ninguna manera la separación de la “cizaña” del “trigo.” (Mat.13:30),
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ni las “ovejas” de las “cabras” (Mat.25:32). Y ahora, puesto que la verdad distintiva del juicio investigador en el cielo es para adventistas del séptimo día una doctrina que es como lentes que magnifican, vamos a utilizarlos sobre el tema de la separación. Esa parte del juicio investigador de los vivos, por la cual se determina quienes han de tener sus pecados borrados y como resultado, ser dados la vida eterna, corresponde en la tierra a la obra del ángel con el “tintero de escribano,” quien es mandado a poner una “marca” (el sello) sobre cada uno que gime y clama por todas las abominaciones en Judá e Israel—la iglesia. Y la obra de los otros cinco quienes siguen para matar a todos los que no tienen la “marca” (el sello) corresponde en el cielo al borrar de los nombres de los pecadores en el Libro de Vida. (Véase Ezequiel.9; Testimonios para los Ministros, p. 445; Joyas de los Testimonios, Tomo 2, p. 65).
Así que vemos que esta doble obra profética de separar los nombres de los pecadores de los nombres de los justos en el santuario, y separando los nombres de los justos en la iglesia, es la misma como la obra revelada en las parábolas: Separando la cizaña del trigo (Mat.13:30); el mal pescado del bueno (Mat.13:48); los que no tienen el vestido de boda de los que lo tienen (Mat. 22:1-13);
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los que han mejorado sus talentos de los que no lo han hecho (Mat. 25:20-30).
Todas estas separaciones equivalentes toman lugar durante el juicio investigador antes de la boda, la coronación, la recepción del reino (Dan. 7:9, 10, 13, 14), es evidente que la cosecha y el juicio son contrapartes, y que toman lugar antes que la gracia termine—cuando el Señor viene súbitamente a su templo para “purificar a los hijos de Leví.” Mal. 3:1-3. Y como el juicio de los muertos es seguido por el juicio de los vivos, así el juicio de la iglesia es seguido por el juicio del mundo. “Y si primero empieza con nosotros, ¿qué será de los que no obedecen al Evangelio?” (1 Pedro.4:17)—cuando el Gran Juez se sienta sobre el trono de Su gloria, cuando todas las naciones son reunidas delante de El, como cuando el pastor separa sus ovejas (Mat.25:31-46).
Pregunta No.25.
“La Vara del Pastor” enseña que la matanza de Ezequiel 9 es literal. ¿No puede ser una destrucción tal como es causada por los así-llamados “actos de Dios”—terremotos, hambres, pestilencias, las siete últimas plagas o cosas de esa índole?
Respuesta:
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Los cinco agentes que destruyen los impíos en la iglesia no son fuerzas de la naturaleza sino hombres con armas de matanza en sus manos. Son seres sobrenaturales, no elementos naturales por eso no pueden ser debidamente representados por terremotos, hambres, o semejante cosa.
Tampoco pueden ser los siete ángeles con las siete últimas plagas, porque esos ángeles son siete en número no cinco. Además, no tienen “armas destructoras” en sus manos sino copas. De nuevo, las plagas caen en Babilonia (Apoc.18:4), mientras que la matanza de Ezequiel 9 toma lugar en Judá e Israel (Ezequiel 9:9).
Ezequiel 9, sea literal o figurado, efectúa una separación entre los buenos y los malos, la cizaña y el trigo (Judá e Israel), igual como las plagas hacen finalmente en Babilonia (Apocalipsis 18:4). Y como las plagas son literales, entonces ¿cómo puede ser la matanza menos literal?
El ángel con el tintero de escribano ha de poner una marca sobre las frentes de los que gimen y claman por las abominaciones, luego los ángeles para destruir siguen para matar a viejos y jóvenes (Eze. 9:4-6).
La iglesia—el santuario del Señor,” era “la primera en sentir los golpes de la ira de Dios. Los ancianos, aquellos a quienes
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Dios había brindado gran luz, que se habían destacado como guardianes de los intereses espirituales del pueblo, habían traicionado. Habían asumido la actitud de que no necesitamos esperar milagros ni la señalada manifestación del poder de Dios como en tiempos anteriores. Los tiempos han cambiado. Estas palabras fortalecen su incredulidad, y dicen: El Señor no hará bien ni mal. Es demasiado misericordioso para castigar a su pueblo. Así el clamor de paz y seguridad es dado por hombres que no volverán a elevar la voz como trompeta para mostrar al pueblo de Dios sus transgresiones y a la casa de Jacob sus pecados. Estos perros mudos que no querían ladrar, son los que sienten la justa venganza de un Dios ofendido. Hombres, jóvenes y niñitos, todos perecen juntos.” Joyas de los Testimonios, Tomo 2, pp. 65, 66.
Como en El Conflicto de los Siglos, p. 714, sólo un paralelo indirecto puede hacerse entre la matanza de Ezequiel 9 y la caída de las plagas, porque un fin común, (la muerte) cae sobre los impíos en la iglesia de Laodicea y los impíos en la iglesia de Babilonia. Y sólo los que dicen: “No necesitamos esperar milagros y la manifestación notable del poder de Dios como en días anteriores,” piensen que la matanza no es literal.
Pregunta No.26:
¿qué significa Apocalipsis 12:13-17?
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Respuesta:
“Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran aguila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar donde se sustentaba por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” Apoc.12:13-17.
Casi todos los Cristianos están de acuerdo que la única interpretación de la “mujer” aquí mencionada, es que ella simboliza la iglesia. Y el hecho de que ella dio a luz un hijo varón, Cristo, muestra que ella, es simbólica de la iglesia por menos en la dispensación cristiana.
Mientras el dragón le perseguía por los sacerdotes Judíos engañados quienes rechazaron a Cristo como el Mesías, “hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria,
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salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo agotaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaban en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el Evangelio.” Hechos 8:1-4.
A ella fue dada por lo tanto las alas de una gran aguila—su medio de transporte hasta el desierto. Y siendo éste lo opuesto de la viña (“La casa de Israel, y los hombres de Jehová su planta deleitosa.—Isa.5:7), el desierto obviamente denota las naciones gentiles. Los apóstoles, por lo tanto, en el cumplimiento de esta profecía eran mandados, y dados las alas, para ir rápidamente a predicar a todas las naciones.
“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que os hablase primero la Palabra de Dios; más puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para dar luz a los gentiles, a fin de que sean para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la Palabra del Señor, y creyendo todos los que estaban ordenados para la vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.” Hechos 13:46-49.
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Viendo esto, la serpiente intentó destruir la utilidad de la mujer entre los gentiles: “él arrojó agua de su boca tras la mujer como un río a fin de que fuese arrebatada por el río.” Apocalipsis.12:15
Cualquier persona puede ver que este “río” sólo puede representar a la iglesia de repente siendo infiltrada con paganos no conversos quienes, en el tiempo de Constantino y por años después, fueron tomados en masa, y hasta forzados a bautizarse. En las parábolas de Cristo este mismo “río” es descrito, pero bajo diferente término, “cizaña.” Y el hecho evidente que hay muchos todavía en la iglesia, nos obliga a la realización dolorosa que todavía la tierra no ha tragado el río. “El río” y “la cizaña” son equivalentes símbolos. El tragar el río, por lo tanto, es lo mismo el quemar la cizaña como se comprende en la parábola de la cosecha (Mat.13:30). Además, el autor del Apocalipsis señala que no será hasta después que el río sea tragado por la tierra, después que los inconversos sean muertos y sepultados, y la iglesia así purificada, que hará el dragón su guerra más feroz en contra del remanente de la simiente de la mujer. Por eso el tiempo de la cosecha en la iglesia, el tiempo cuando la tierra traga el río, es antes que el dragón haga guerra contra el remanente.
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“Los frutos” recogidos son el resultado de una cosecha. Cuando los 144,000, las primicias (Apoc. 14:4), son recogidos y las cizañas (río) son destruí dos (tragados) de entre ellos, los 144,000 son llevados al monte Sión, donde ellos entonces componen la iglesia Madre, la mujer con corona de doce estrellas, bajo la protección del Cordero, el que está con ellos. Así protegida, ella esta segura para que el dragón no pueda hacer guerra contra ella. Así que él solamente hace guerra en contra de su “remanente,” los que todavía han de ser recogidos—los segundos frutos todavía esparcidos por todo el mundo, lejos del monte Sión. Esta culminación de las edades fue predicha vívidamente por Isaías y Miqueas: “Y acontecerá en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será constituido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos. Y vendrán muchas gentes, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Miqueas 4:1, 2. (Véase Isaías 2.) De estas escrituras, se ve claramente que el monte Sión llega a ser el cuartel general de la última obra del Evangelio en la tierra, después del tiempo cuando los 144,000 lleguen allá y durante el tiempo cuando el dragón hace guerra contra el
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remanente, “porque la ley saldrá de Sión, y la Palabra del Señor de Jerusalén”— ya no más de la Conferencia General, ni del Centro de Monte Carmelo. Entonces las naciones dirán, “Venid y subamos al monte de Jehová a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos y andaremos por sus veredas.” Miqueas 4:2.
Pregunta No. 27
En su historia del Movimiento Adventista el anciano Loughborough relata: “en el mes de noviembre, 1846, una conferencia fue celebrada en Topsham, Maine, en la cual el Anciano Bates estaba presente. En esa reunión la señora White...tuvo una visión la cual fue la causa de que el Anciano Bates llegara a estar completamente satisfecho del origen divino de las visiones.... Mientras, la señora White, estaba en visión, empezó a hablar de las estrellas, dando una descripción ferviente de cinturones color de rosa que ella veía alrededor de la superficie de algunos planetas, y añadió, ‘yo veo cuatro lunas.’ ‘Oh,’ dijo el Anciano Bates, ‘¡ella está viendo Júpiter!’ luego habiendo hecho mociones como si estuviera viajando por el espacio, ella empezó a dar una descripción de cinturones y anillos en su belleza variable, y dijo, ‘veo siete lunas.’ El Anciano Bates exclamó, ‘Ella está describiendo Saturno.’ Luego ella dijo, ‘veo seis lunas’ y en seguida empezó una descripción de los ‘cielos abiertos’ con su gloria....”—”El Gran Segundo Movimiento Adventista,” pp. 257, 258.
Los telescopios más poderosos y la fotografía astral de hoy han capacitado a astrónomos a descubrir que Júpiter tiene nueve lunas, y
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Saturno diez. Las cinco lunas adicionales de Júpiter fueron descubiertas entre los años 1892 y 1914. La octava luna de Saturno fue descubierta en 1848, la novena en 1899, y la décima en 1905. Y desde la visión de la señora White se ha descubierto que Urano sólo tiene cuatro lunas en lugar de seis lunas.
A la luz de estos hechos astronómicos, ¿cómo puede usted contender por la inspiración de los escritos de la señora White?
Respuesta:
El libro El Gran Segundo Movimiento Adventista, pp. 257, 258 no está diciendo que la Hermana White nombrara los planetas, sino está repitiendo lo que fue supuestamente dicho por los que estuvieron presentes en la ocasión cuando ella tuvo la visión de los planetas. No dice, ni sugiere que la Hermana White estuvo de acuerdo con las designaciones particulares las cuales el anciano Bates (en la luz del conocimiento astronómico de este tiempo) dio a los planetas que ella vio. Fue sólo natural para él, sin embargo, para identificarlos como él lo hizo, porque todo encajó nítidamente con las enseñanzas astronómicas de ese día. Así que sencillamente porque él, en un momento de celoso entusiasmo, no según la revelación divina, presumió identificar y dar nombre a lo que Dios ni identificó ni dio nombre, no da ni una apariencia de integridad a las cargas que las preguntas quieren alegar contra ella.
Evidentemente ella no conocía nada en cuanto a los nombres de esos planetas; El Anciano Bates sabía menos, y nosotros hoy día sabemos muy poco.
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Si y cuando Dios ve propio para revelar sus nombres, su identificación de ellos será correcta; eso si sabemos.
Pregunta No. 28:
“La Vara del Pastor,” Tomo 2, p. 151, cita de “Word to the Little Flock,” (Una palabra a la Manada Pequeña), concerniente al número de la bestia de dos cuernos. Puesto que el librito es escrito en parte por el Anciano James White y en parte por la Hermana White, nos gustaría saber cual de los dos escribió la declaración mencionada, porque si es del Anciano White, no vemos como puede llevar la autoridad que la “Vara” pone a ella.
Respuesta:
Aunque la cita mencionada es de la pluma del Anciano White, el mero hecho de que el librito A Word to Little Flock fue escrito juntamente por él y su esposa, muestra que ella estuvo de acuerdo con sus artículos en el librito como teniendo no menos autoridad que la de ella. De otra manera ella nunca hubiera permitido que lo que él escribió fuera publicado juntamente con lo de ella. Además, cualquier verdad, que él o cualquier otro del resto de los pioneros en aquellos días abrazara, ellos originalmente la recibieron por medio de ella. En otras palabras, en los escritos que él hizo en A Word to Little Flock, él estaba solamente relatando lo que había sido revelado por medio de la Hermana White. La verdad de esto se ve rápidamente en el hecho de que la declaración de ella en el número de la bestia, página 19, perfectamente corrobora la declaración de él en la página 9, la parte que
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la Vara cita. La aceptación, entonces, de uno en el tema es la aceptación en el otro.
Pregunta No. 29
“Desde el diluvio,” dice la señora White, “ha habido amalgamación de hombre y bestia, como puede ser visto en casi innumerables variedades de especies de animales, y en ciertas razas de hombres.”—”Dones Espirituales,” Tomo 3, p. 75 (1864) ¿Cómo puede ser esto?
Respuesta:
El mero hecho de que la interpretación dada a la declaración de la Hermana White sobre la amalgamación, resulta en un disparate biológica tal como solamente el más ignorante y necio puede aprobar, es la mejor evidencia de que sus palabras son terriblemente pervertidas. Cualquiera que sea lo que uno piensa o pretende en cuanto al significado gramatical de la frase “amalgamación de hombre y bestia,” el hecho queda evidente en la luz de lo que ella escribe en otros lugares sobre el tema, y en el trasfondo del sentido común, tan bien como en su amplia comprensión de la Biblia, junto con su poca experiencia con palabras al principio, que ella está tratando de mostrar dos clases de amalgamación— una entre las varias razas de hombres, la otra entre varios géneros y especies de animales: como por ejemplo, los Hebreos con los Cananeos, y el asno con el caballo,
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resultando en una raza mixta en una instancia y en una especie mixta en la otra instancia. Ella misma explica: “Cada especie de animal que Dios ha creado fue preservada en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de amalgamación, fueron destruidas por el diluvio.”—Dones Espirituales, p. 75.
Pregunta No. 30.
En vista de la grandeza de la obra y lo corto del tiempo, ¿por qué el mensaje del sellamiento no está avanzando mejor?
Respuesta:
Si una multitud mixta no hubiese salido de Egipto en el tiempo de Moisés, el Movimiento del Éxodo habría ido a la tierra prometida en unas cuantas semanas. Pero ¡debido a que en el Movimiento muchos de los que seguían estaban poseídos de un espíritu diferente de aquello de Caleb y Josué, el Movimiento se atrasó cuarenta años de lo que estaba programado para entrar en la tierra prometida!
Y aunque la obra de Jesús en su primer advenimiento no fuese tan extensiva como nuestro trabajo ahora, con todo fue de mayor importancia y de más corta duración que la nuestra. Aparentemente, sin embargo, no hacía ningún progreso cuando consideramos que todos le abandonaron en su prueba, y que Pedro, el más celoso
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de sus apóstoles, hasta maldijo y juró que no fue uno de los discípulos de Cristo. Pero, contrario a todas las apariencias de aparente derrota, Jesús declaró mientras estaba colgando en la cruz, que su obra había terminado.
Así, también, después de su resurrección, el tomó su viaje ascendente, dejando sólo unos pocos seguidores medio convertidos para llevar adelante la obra. Tales fueron los resultados de los incansables esfuerzos de Juan el Bautista y de Jesús. De ahí que, además de las multitudes que fueron bautizadas por Juan y Jesús, hubo en el día de Pentecostés, sólo ciento veinte discípulos unánimes para recibir el derramamiento del Espíritu de Dios. En verdad, no sólo parecía pequeña e insignificante la obra de ese tiempo sino también imposible para llevarla adelante. Sin embargo, mientras los que dudaban entre la multitud veían una escusa en la derrota aparentemente completa en la crucifixión de Jesús, ellos se separaron de los fieles. Y como los que quedaron entre sus seguidores perdieron confianza en si mismos, renunciaron al yo, y buscaron al Señor fervorosamente en un tiempo cuando no había en ellos ni la mínima esperanza de llevar adelante la obra, dieron al Señor una oportunidad para manifestar su gran poder y para avanzar su causa con tal rapidez que con un sermón fueron convertidas tres mil almas en un día. Luego cada día se añadían solamente “los que habían de ser salvos”—tales fueron
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totalmente convertidos. Así la obra del Evangelio empezó a crecer rápidamente, una vez que el Señor tuvo un grupo de gente en el cual él pudiera confiar y usar.
Así también, el Movimiento Adventista, justamente después de la Conferencia en Minneapolis en 1888, hubiera comenzado la obra del ángel del Fuerte Pregón, pero como resultado de la incredulidad de muchos en los Testimonios del Espíritu de Dios, el Pregón fue silenciado por cuarenta años, mientras el Movimiento retrocedía hacia Egipto.”—Testimonios, Tomo 5, p. 217
En el año 1930, Dios habló nuevamente a su pueblo, como él habló a Israel en los días de Josué, pero ahora como entonces, hay entre nosotros los diez espías, los Cores, los Datanes y los Abiranes y los Acanes—todos los que aman hacer informes desanimadores, quienes buscan posiciones, quienes codician la vestimenta Babilónica la plata y el lingote de oro y como resultado estamos atrasados, y esto continuará hasta que el Señor manifieste su poder y quite de entre nosotros los hipócritas, nos libere de pecado y de pecadores, como en el tiempo de Coré y como en el tiempo de Acán, y nos diga a nosotros como le dijo a Josué, “Pasa este Jordán tú y todo este pueblo a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2.
Algunas veces nos chasqueamos en gran manera al ver entre nosotros los infieles,
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dudando, encontrando faltas, la multitud exaltándose a si misma, incluyendo los que se han apartado del Señor; y los cuales cuando es probada su fe, aún maldicen y niegan que ellos han sido seguidores del mensaje La Vara del Pastor; junto con los que aparentemente creen y declaran que están fuertemente establecidos en el mensaje, pero que nos están apedreando a nosotros y nuestra obra;—aunque ciertamente no estamos agradecidos por este elemento, ahora no estamos chasqueados, más bien nos alegra levantarnos por la verdad y la justicia cuando la mayoría nos abandona. Nosotros no podemos más que humildemente exclamar, O Señor, ayúdanos a serte fieles aunque el mundo completo se aparte de ti, o aunque tengamos que morir como los apóstoles si es necesario. Que podamos ser como Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego—siendo fieles a costa de nuestra vida, para que tu tengas la oportunidad de liberarnos del foso de los leones, o del horno de fuego ardiente, si es necesario, dándote a conocer a todo el mundo por medio de nuestra fidelidad. Que podamos ser ardientes con el celo de Noé mientras nos ocupamos en la construcción del arca para hoy, mientras muchos profesos hermanos en el mensaje cuestionan y critican nuestra obra y posición. (Testimonios, Tomo 5 p. 690) y retardar el progreso de la obra, mientras otros nos acusan de tomar mucho sobre nosotros mismos.
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Nunca digamos, “El Señor tarda su venida”; o, “Nosotros no podemos subir contra aquel pueblo; porque es más fuerte que nosotros”; o “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es una tierra que traga sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella, son hombres de gran estatura. Y vimos allí gigantes, los hijos de Anac, raza de los gigantes; y éramos nosotros a nuestro parecer, como langostas; así les parecíamos a ellos.” Num. 13:31-33. Ojalá que nunca seamos tan necios y desdichados como estos.
Pregunta No. 31:
Si los Davidianos piensan que ellos tienen un mensaje, ¿por qué no están contentos para ir en su camino y permitir a otros que tomen el suyo? ¿Por qué agitan su mensaje en nuestra iglesia?
Respuesta:
Rastreando la historia de la iglesia por las edades, encontramos que si todos hubieran tomado la misma posición que el inquiridor, el avance de la verdad nunca habría alcanzado la iglesia en cualquier período. Si los mensajeros de Dios en los diferentes tiempos hubieran fallado en agitar su mensaje en sus propias iglesias, ¿cómo, entonces, los varios mensajes de reforma habrían alcanzado al pueblo? ¿No está Dios más interesado en ellos que en los paganos? Juan el Bautista, Jesús y los apóstoles, todos sacrificaron
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sus vidas para llevar su mensaje a su propia iglesia. ¿Por qué, entonces, no debieran los Davidianos hacer lo mismo? “En contra estos hombres [Wiclef, Hus, Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley], la persecución se ensañó entonces en ellos con furor; Pero no dejaron de proclamar la verdad. Diferentes períodos de la historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo. Cada nueva verdad se abrió paso entre el odio y la oposición; los que fueron favorecidos con su luz se vieron tentados y probados. El Señor envía al pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra. ¿quién se atreverá a publicarla? El manda a sus siervos que dirijan al mundo el último llamamiento a la misericordia divina. No pueden callar sin peligro de sus almas.”—El Conflicto de los Siglos, p. 667.
Por consiguiente no nos atrevemos a rehusar publicar la verdad divina especial para la iglesia de hoy día.
Pregunta No. 32:
Por una parte encuentro que su literatura enseña a sus miembros que no salgan de los rangos de la iglesia Madre, mientras que, por otra parte, encuentro que está causando muchos problemas en la iglesia ¿cómo puede armonizar su precepto con su ejemplo? ¿Por qué no consagra más de su tiempo a esfuerzos evangelísticos, trayendo almas errantes al conocimiento de la verdad y dejar la iglesia en paz?
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Respuesta:
Aseguradamente creemos que esto no es un tiempo para estar jalando en diferente dirección, sino debiéramos estar buscando la unidad. Y el mensaje que estamos llevando a la iglesia, no contiene ninguna doctrina o enseñanza que exija que salgamos del rango de la iglesia para llegar a ser una secta separada, sino por el contrario, absolutamente prohíbe que hagamos esto. Por estas razones, desde un principio, constantemente rehusamos, aun frente a trato abusivo, salir de la iglesia Madre. En lo que nos concierne, por lo tanto, el conflicto y la división que existe, es responsabilidad de los hermanos dirigentes de la Denominación, y no de nosotros, porque sólo estamos llevando a cabo el precepto expreso del Señor y su ejemplo de no sacrificar la verdad. Y ellos mismos admiten que deberíamos obedecer a Dios antes que a los hombres. Sobre ellos, por lo tanto descansa la pesada culpabilidad de repetir la locura trágica de los Judíos en tiempo de Cristo, rechazando el mensaje de la hora, “no entrando ellos mismos” en la expansión de la verdad, impidiendo a los que quieren entrar y echando fuera a los que entran.
Así que consagrar nuestro tiempo para evangelizar al mundo mientras descuidamos la iglesia, sería un acto criminal, una de las más altas traiciones para Dios y su pueblo. La iglesia primero debe ser salvada de su
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condición laodicense, de ser “cuitada, y miserable, pobre, ciega y desnuda.” Ella, no el mundo, está a punto de ser vomitada. Ella “es el único objeto en la tierra al cual El concede su consideración suprema.”—Testimonios para los Ministros, p. 15.
Pero en su actual estado deplorable de ceguedad y destitución, como lo expone el Testigo Fiel (Apocalipsis 3:14-18), ella es completamente no idónea para la tarea comisionada, y debe ser rescatada de su triste engaño, antes que ella pueda llegar a ser un refugio seguro y salvar de su influencia a los que se unan en sus rangos. Si le abandonara Dios en su condición laodicense en la cual languidece, no solamente ella se perderá como resultado, sino también el mundo entero junto con ella. El debe, por lo tanto, despertarla o levantar otra para hacer la obra que necesita hacerse. Piense, sin embargo, ¡qué gozo eterno será para El, capacitarla y usarla para su gloria, en lugar de abandonarla! Así que, en lugar de levantar otra como último recurso, El está tratando de salvarla, y El la salvará, como ha prometido:
“Satanás obrará sus milagros para engañar, establecerá su poder como supremo. La iglesia parecerá a punto de caer, pero no caerá. Permanece, mientras que los pecadores en Sión serán zarandeados. El tamo tiene que ser separado del precioso trigo.
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Esto es un evento terrible, pero, sin embargo tiene que ocurrir. Ninguno sino los que han estado venciendo por la sangre del Cordero y la Palabra de su testimonio, serán encontrados con los leales y verdaderos, sin mancha de pecado, ni engaño en su boca. El remanente que purifica sus almas obedeciendo la verdad reciben fortaleza del proceso de prueba, exhibiendo la belleza de la santidad en medio de la apostasía que les rodea....
“El gran evento tan eminente separará a los que Dios no ha designado, y el tendrá un ministerio puro y santificado preparado para la lluvia tardía.”—B-55-1886.
Si el mismo Señor cuando estuvo en la tierra consagraba todo su tiempo al esfuerzo exclusivo de salvar a Su iglesia perdida, entonces— si nos envía al mundo, en vez de a su iglesia perdida de hoy, esto no sólo significaría traer al inocente para perecer con los culpables, sino mostraría que el Señor está cambiando completamente su propia práctica y contradiciendo sus propios órdenes a sus apóstoles que ellos predicaran la Verdad Presente a la iglesia primero (Mat 10:5, 6).
En misericordia y en armonía con su eterno procedimiento, por lo tanto, él designó que “mientras se prosigue el juicio investigador, mientras los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a cabo una obra especial de purificación,
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de liberación del pecado entre [Su] pueblo de Dios en la tierra.” Esta es su obra especial. “Entonces la iglesia que... nuestro Señor [El] recibirá para si será ‘una iglesia gloriosa, no teniendo mancha ni arruga, ni cosa semejante.’ “—El Conflicto de los Siglos, p. 478
“El Señor no obra para traer muchas almas a la verdad,” más dice el Espíritu de Profecía, “ debido a los miembros de la iglesia que nunca han estado convertidos, y aquellos que una vez se convirtieron, pero que han apostatado, que influencia tienen sobre los nuevos conversos estos miembros no consagrados ¿no anularía el efecto del mensaje dado por Dios que su pueblo ha de presentar?”—Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, p. 457
Pero cuando los que han apostatado y los inconversos, las cizañas, son quitados, “entonces ella aparecerá ‘como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejército en banderas tremolantes.’ “— El Conflicto de los Siglos, p. 478.
Si, los paganos honestos tienen que ser y serán evangelizados, pero “las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat. 10:6) tienen que buscarse primero, cuán agradecidos, por lo tanto, y que cooperativos debieran ser, y lo serán cuando descubran que en vez de ser ricos y aumentados con bienes y sin necesidad de nada, que son en realidad cuitados, y miserables, y pobres, y
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ciegos, y desnudos”—en necesidad de todo; y que el Señor está esperando que ellos se despierten al hecho para que el pueda hacer de ellos lo que debieran ser.
Por estas razones, Dios dice ahora que trabajemos dentro de la congregación Laodicense en lugar de fuera. Y lo que El dice es lo que quiere decir, y no nos atrevamos a desobedecer, no importa lo que los hombres puedan decir o hacer.
Pregunta No. 33:
En su comienzo, “La Vara del Pastor” estuvo de acuerdo con el Espíritu de Profecía que “el remanente de su simiente son los 144,000 en contra de los cuales el dragón hace guerra.”—”La Vara del Pastor,” Tomo 2, p. 265. Hoy, diez años más tarde, enseña que “ ‘el remanente de su simiente’ son en esta estancia los que están todavía en el mundo cuando Babilonia cabalga la bestia (Apoc. 17).”—”El Código Simbólico,” julio-diciembre, 1941, p. 9. ¿cuándo tenía razón—entonces o ahora?
Respuesta:
Si uno no puede negar que los 144,000, las primicias son los miembros de la iglesia, entonces uno puede negar que ellos son de su simiente. Y como ellos permanecen vivos de la matanza de los infieles en medio de ellos, ellos son por lo tanto el “remanente”—lo que queda. Por la misma lógica, es igualmente innegable que desde que la mujer de Apocalipsis 12 es un símbolo de la iglesia para el fin del tiempo, entonces los segundos frutos de su simiente,
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los que quedan vivos de la destrucción de los impíos de todo el mundo, son también “remanente.”
Claramente, entonces, ambas declaraciones son correctas. El único punto de diferencia entre ellos es que cuando la de el Volumen 2 fue hecha, la Vara no tenía la luz adicional que más tarde inspiró la del código, y que muestra que ambos los 144,000 y la gran multitud son remanentes: los primeros porque escapan de la matanza del Señor de los infieles en la iglesia (Isa.66:19), y los últimos por no ser llamados a salir de Babilonia hasta después que los primeros hayan ido a la tierra de Israel (Isa.66:20), también porque quedan vivos después que los impíos dentro de ellos hayan perecido.
Pregunta No.34:
El tratado No. 10, “La Señal de Jonás,” Edición 1942, dice que la tarde es el fin, no el comienzo del día de 24 horas. Pero Génesis 1:5 dice que la tarde y la mañana eran el primer día ¿no pone esta declaración la tarde en la primera parte del día?
Respuesta:
Está de acuerdo que según Génesis 1:5 la tarde es verdaderamente la primera parte del día. Por ejemplo, la noche del viernes es la
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primera parte del Sábado, y la noche del sábado es la primera parte del Domingo. Este hecho Bíblico fue conocido por el pueblo de Dios todo el tiempo. Pero de primero en tiempos Bíblicos hasta este mismo día, el termino “a la tarde” ha sido usado para designar la última parte del día—la tardecer (Éxodo 12:6; 16:13; Marcos 14:12, 13, 15, 17; Juan 20:19). Así esta terminología, aunque de uso común, en ningún sentido cambia el hecho de que la noche que sigue el período llamado en la Biblia “la noche”, y que viene antes del día, ha de contarse como la primera parte del ciclo de veinticuatro horas. Porque “fue la tarde y la mañana el sexto día.” Gen.1:31. Es en esta contexto que la declaración en la página 17 del Tratado No. 10, ha de entenderse.
Pregunta No. 35:
Nos gustaría saber si es verdad como se nos ha dicho que es la política de Monte Carmelo tratar estrictamente confidencial toda correspondencia y pedido de literatura.
Respuesta:
Es uno de los principios inviolables de la oficina de Monte Carmelo que ninguna correspondencia o pedido de literatura ha de hacerse público a menos que la instancia o con el permiso del escritor.
Pregunta No. 36:
¿Cómo puede el sello de los 144,000 (los primeros frutos) y la gran multitud (los
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segundos frutos), tomar lugar los dos bajo el sexto sello, como lo indica Apocalipsis 7 de su posición entre los eventos finales del sexto sello y el abrir del séptimo sello?
Respuesta:
Apocalipsis 7, continuando como está entre los eventos finales del sexto sello y el abrir del séptimo naturalmente parece colocar el sellamiento de los dos, los 144,000 y la gran multitud dentro de los eventos del sexto sello. Pero un cuidadoso estudio de los siete sellos, prueba que el capítulo seis se conecta con el capítulo ocho en continuidad. Así que el capítulo siete es parentético, y no se restringe ni al sexto sello ni al séptimo.
En otras palabras, aunque el séptimo capítulo sigue los eventos del sexto sello, y precede los eventos del séptimo sello, el capítulo en si mismo no debe ser tomado necesariamente como cronológico ni más que los capítulos 12 al 22 han de tomarse como parte del séptimo sello simplemente porque ellos están registrados inmediatamente siguiendo sus eventos. El tiempo de los eventos del capítulo siete deben ser determinados relativamente, en la misma manera como debe hacerse con los eventos de los capítulos 12 al 22.
Pregunta No. 37:
Si el pueblo de Dios está en el reino durante El Fuerte Pregón, como pueden ellos ser puestos en la cárcel
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o forzados a huir a las montañas durante ese tiempo, como el Espíritu de Profecía dice que ocurriría (“El Conflicto de los Siglos,” p. 684)?
Respuesta:
Cuando se comprende que los 144,000 no son sino las primicias, los precursores o vanguardia de una gran multitud de segundos frutos, la dificultad en cuestión es resuelta inmediatamente. Los primeros frutos están de pie con el Cordero, seguros en el Monte Sión (en el Reino). Así que los que encuentran refugio en las montañas, y los que son puestos en la cárcel, sólo pueden ser de entre los segundos frutos—los que aceptarán el mensaje durante el Fuerte Pregón, pero los que hasta ese tiempo no han llegado al reino. (Véase nuestro Tratado No. 12, El Mundo Ayer, Hoy y Mañana, Edición 1941, p. 45-49.)
Pregunta No. 38:
“La Vara del Pastor” parece decir que Jesús saldrá del lugar santísimo en la ejecución de la matanza de Ezequiel 9, mientras que “Primeros Escritos,” p. 36, parece decir que él saldrá después que su obra en el santuario sea hecha, y entonces vendrán las siete postreras plagas. ¿cómo ajusta usted las dos declaraciones?
Respuesta:
Aunque la autora de Primeros Escritos dice que Cristo no saldrá del santuario antes que su “obra sea hecha,”
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con todo en otro lugar ella escribe: “Ellos se alimentaran de los errores y equivocaciones y faltas de otros, 'hasta' que dijo el ángel, ‘el Señor Jesús se levantará de su obra mediadora en el santuario celestial y se vestirá con vestiduras de venganza, y los sorprenderá en su fiesta profana; y se encontrarán a si mismos sin preparar para la cena de las bodas del Cordero.’ “— Testimonios, Tomo 5, p. 690.
Considerando la pregunta a la luz de ambas declaraciones, vemos que Cristo deja el santuario por cierto tiempo en el “desarrollo del rollo.” Viniendo a la iglesia, El no la encuentra sin mancha y lista para encontrarse con él, sino hundida en el pecado, complacientemente alimentándose de los errores, faltas y equivocaciones de otros.
Ahora el problema frente a nosotros no es armonizar la Vara con Primeros Escritos, sino Primeros Escritos con los Testimonios. Estos son automáticamente armonizados cuando se entiende que Cristo sale del santuario más que una vez: una vez después “de la obra final que se hace en favor de la iglesia” (Testimonios, Tomo 3, p.266), y otra después de la obra final para el mundo.
Pregunta No. 39:
La iglesia Adventista del Séptimo Día siempre ha enseñado que el número 666 se aplica a la bestia como leopardo (Apocalipsis 13:1-10).
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pero “La Vara del Pastor” enseña que esto se aplica a la bestia de dos cuernos (Apoc. 13:11). ¿No nos dice claramente el Espíritu de Profecía que “ninguna linea de verdad que ha hecho al pueblo Adventista del Séptimo Día lo que ellos son debe ser quebrantada”?— “Testimonios, Tomo 6, p. 17. Y no además advierte: “Ay de aquel que mueva un bloque o una clavija de” estos mensajes?—”Primeros escritos,” p. 258.
Respuesta:
El Espíritu de Profecía enseña eso, y para estar en armonía cien por ciento con esto en este punto como en todos los otros, la Vara está cuidadosamente quitando de la verdad la basura con la cual los hombres la han cubierto, y restaurándola a su brillo primitivo. Y así lo está haciendo con la verdad concerniente al número 666. Aunque este número ha sido reconocidamente aplicado a la bestia como leopardo, la aplicación no fue originada por los fundadores de la denominación Adventista del Séptimo día, ni fue enseñada por ellos en los primeros días del Movimiento. Más bien, fue traída de afuera y metida en el tejido de la doctrina Adventista del Séptimo Día a pesar del hecho que el Espíritu de Verdad declaró mediante los fundadores de la Denominación que el número se aplicó a la bestia de dos cuernos: La “bestia,” dice el Anciano G.W. Holt, escribiendo en los primeros días del mensaje, “teniendo siete cabezas y diez cuernos es a la que se está refiriendo; y yo pienso que la imagen, es la bestia que tiene ‘dos cuernos como un cordero,’
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pero ‘habla como dragón.’ Su número es 666.”—La Verdad Presente, Vol.1, No. 8, Marzo, 1850.
El “último poder que pisotea a los santos,” dice el Anciano White, escribiendo alrededor del mismo tiempo, “es traído a la vista en Apoc. 13:11-18. Su número es 666.”—A Word to the Little Flock, p. 9. Y finalmente, la Hermana White afirmando esta posición, declaró: “Vi todos los que no recibieron la marca de la Bestia, y de su imagen, en sus frentes o en sus manos, no podían comprar o vender. Vi que el número (666) de la Bestia del Imagen fue hecho y que ésta era la bestia que cambió el Sábado, y la Imagen de la Bestia le siguió después, y observó el sábado del Papa y no el de Dios.”—Id., p. 19 (Nota: El número 666 fue puesto en paréntesis por el editor de A Word to Little Flock.) Aquí tenemos de la boca de tres testigos evidencia absoluta que la enseñanza actual de la Denominación concerniente al número 666 no fue originada ni sancionada por los pioneros; que, de hecho, no fue una de las lineas de verdad, ni siquiera uno de los bloques o clavijas del mensaje, que Dios dio a su pueblo. Además la Biblia pone el número en la bestia de dos cuernos. Note que todas las características que pertenecen a la bestia de diez cuernos son descritas en los versos 1-10, y todas las que pertenecen
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a la bestia de dos cuernos son descritas en versos 11-18 y como el número termina con la descripción de la bestia de dos cuernos, no puede aplicarse lógicamente a la bestia de diez cuernos.
Este es uno de los muchos alejamientos de la Verdad, que hizo la Hermana algún tiempo atrás (1882) declarar: “La iglesia ha dejado de seguir en pos de Cristo, su líder, y está volviéndose firmemente hacia Egipto. Sin embargo pocos están alarmados o sorprendidos por su falta de poder espiritual. La duda y hasta el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios están leudando nuestras iglesias por doquiera. Satanás quiere que esto ocurra así. Los ministros quienes predican de si mismos en vez de predicar a Cristo quieren que sea así. Los testimonios no son leídos ni apreciados. Dios ha hablado. Luz ha estado brillando de su palabra y de los testimonios, y ambos han sido menospreciados y rechazados. El resultado es aparente en la falta de pureza y devoción y fe fervorosa entre nosotros.”—Testimonios, Tomo 5, p. 217; Servicio Cristiano, p. 49, 50.
“Nos hemos extraviado de los hitos antiguos. Volvamos. Si el Señor es Dios servidle; y si Baal, id en pos de él, ¿en que lado estará usted?”—Testimonios, Tomo 5, p. 137
Pregunta No. 40:
“Primeros Escritos,” p. 75, dice: “Cuando la unión existió, antes de 1844,
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casi todos estaban unidos en la correcta posición del ‘diario’ pero en la confusión desde 1844, otras posiciones han sido aceptadas.” ¿Porqué, entonces, el Tratado No. 3, “El juicio y la cosecha,” Edición 1942, p. 31, pone en el futuro otra posición la cual no era conocida hasta entonces? ¿No significa “el diario” sacrificio de Daniel 8:12 el altar del sacrificio de Jehová”?
Respuesta:
Es verdad, Primeros Escritos dice que antes de 1844 casi todos estaban unidos en la posición correcta pero no dice qué posición era, y nadie parece saberlo hoy. Puede haber sido que “el diario” no era “una pregunta de prueba,” o no comprendido del todo y que todos estaban por consiguiente de acuerdo con las condiciones presentes de ese entonces, el silencio era oro; así que esa hubiera sido “la posición correcta” para tomar en tal caso. De hecho, hay muchas posibles posiciones sobre las cuales ellos pudieron haber estado unidos, pero las cuales no necesariamente hubiesen sido la explícita interpretación de la palabra “el diario” en si misma. Una cosa es segura, sin embargo: si ellos hubieran tenido la verdad de “el diario” la autora de Primeros Escritos la hubiera publicado y enseñado; y todos nosotros la conoceríamos hoy.
Que la posición no era tal como para creer que “el diario” es el “altar del sacrificio de Jehová”, es pre-establecido por el hecho que Primeros Escritos p. 74, dice que “la palabra sacrificio fue suplida por la sabiduría humana, y no pertenece al texto.” Y sin ser aparejada con la palabra
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“sacrificio” la palabra “el diario” no puede por si misma ser conectada con ningún altar.
La interpretación del Tratado de “el diario” es escriptural e histórica, y por lo tanto no puede ser sino “sana doctrina.”
Pregunta No. 41:
¿Podría usted explicar la diferencia en los términos, Judá, Efraín e Israel?
Respuesta:
En su original, y más estricta denotación, el término “Israel” designaba los hijos de Israel, desde los días de Jacob su padre, hasta el fin del reinado de Salomón.
Será recordado, sin embargo, que después de la muerte de Salomón, el reino fue dividido en dos (1 Reyes 11:11, 12; 12:19, 20, 21). Una división, compuesta de dos tribus, ocupó la porción sur de la Tierra Prometida, mientras que la otra división, compuesta de diez tribus, ocupó la porción norte, la primera tomó el título “Judá” porque la tribu de Judá gobernaba sobre ellas; la última tomó el título de “Israel” porque estaba compuesta de la mayoría de las tribus. A este reino de diez tribus, el término “Israel” se aplica cuando es usado en su secundaria aceptación, excluyendo las dos tribus, Judá y Benjamín. El termino “Efraín,” en el sentido colectivo,
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también designa las diez tribus o el reino del norte (Isa. 7:1,2) porque la tribu de Israel gobernaba sobre ellas. Así que los términos “Israel” (cuando se usa exclusivamente para las diez tribus) y “Efraín” son aplicables a la división del norte, y el término “Judá” a la división del sur, del antiguo pueblo de Dios.
Pregunta No. 42:
“El Conflicto de los Siglos,” p. 322, 323 (en inglés), enseña que “no hasta el advenimiento personal de Cristo puede su pueblo recibir el Reino.... Pero cuando Jesús viene, él otorga la inmortalidad a su pueblo; y luego él los llama a heredar el reino del cual han sido herederos.” Podría usted armonizar la Biblia y “La Vara del Pastor” con este y otros pasajes en los escritos de la Hermana White en relación al establecimiento del Reino.
Respuesta:
Aunque la doctrina del Reino pueda no parecer tan completa bajo los lentes de los escritos de la Hermana White como bajo los lentes de la Vara, uno no debe superficialmente rechazar ninguno, pero debe lo más estudiosamente comparar ambas vistas de la doctrina bajo los super lentes de la Biblia. Se debería tener en mente que no se nos da licencia para armonizar la Biblia con cualquier otro libros sino más bien, se nos encarga medir todos los otros con ésta.
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Primero que todo, para poder hacer justicia a Las Escrituras, como a los escritos de la Hermana White, y a la Vara, la posición de cada uno sobre el tema debe ser vista a la luz de la Biblia, la cual incontestablemente enseña que La Tierra Prometida será habitada de nuevo por el pueblo convertido de Dios. (Véase Isaías 2; Miqueas 4; Ezequiel 36, 37; Jeremías 31-33) En cuanto a la declaración de la Hermana White en El Conflicto de los Siglos, ella está hablando allí del Reino completo, después que los muertos sean resucitados, en ese tiempo los santos lo reciben. Esta fue la única fase del tema—la fase consumada—que la Providencia ha hecho saber cuando ella escribió. Ahora como el rollo de Verdad Profética se ha desarrollado más desde sus días, el Reino en realidad se ve que tiene una fase intermedia, la fase Davidiana, al igual que una fase final que era conocida antes.
Además las profecías concernientes al Reino literal —Davidiano— la Biblia contiene muchos otros temas proféticos que los escritos de la hermana White ni siquiera menciona, o trata. Y si el Señor ahora los revela a su iglesia para suplir sus necesidades hoy, ella no estará preparada para su cumplimiento, pero será dejada para perecer en su perdida condición Laodicense. Estas profecías deben por lo tanto ser reveladas para fortalecer la iglesia en su conflicto final. De otra manera, ¿para que propósito fueron escritas?
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Ningún profeta de Dios jamás ha forjado una cadena profética completa de eventos sin eslabones perdidos. Ha tomado muchos escritores inspirados para completar la larga cadena de la profecía, La mente, por lo tanto, que toma la posición que la hermana White ha hecho, lo que ningún profeta dentro o fuera de la Biblia jamás haya hecho, lo hace con el descuido del actual proceso Bíblico y también de la Verdad revelada.
Ella misma dice que “ningún hombre por mucho que le haya honrado el cielo, alcanzó jamás a comprender el gran plan de la redención, ni a una perfecta apreciación del propósito Divino en la obra para su propio tiempo. Los hombres no entienden completamente lo que Dios quisiera cumplir por medio de la obra que les da que hagan; no comprenden, en todo su alcance el mensaje que ellos proclaman en su nombre”—El Conflicto de los Siglos, p. 391.
Algunas personas, actuando como pericos, hacen declaraciones como pericos, nunca se detienen para pensar en lo que dicen, y aparentemente nunca cuidan si sus declaraciones se sostienen o caen. Tales son los que dicen que ningún otro evento o eventos pueden venir antes, entre, o después de los que son presentados en los escritos de la hermana White.
Si uno insistiera que la continuidad de los eventos registrados en Primeros Escritos, p.15-17, debe tomarse como absolutos, y que no otro evento o eventos pueden intermediar, entonces el se está colocando en agua profunda,
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porque las páginas mencionadas, en ninguna forma insinúan, ni las siete plagas, ni el milenio.
De nuevo, los Judíos rechazaron al Señor porque no todo lo que los profetas enseñaron o escribieron se encontraba en las enseñanzas de Moisés. “Sabemos” dijeron ellos “que a Moisés habló Dios: pero a este, ni sabemos de donde es.” Juan 9:29.
Y como los escritos de ningún profeta predijeron la entera verdad necesitada por la iglesia para llevarla hasta el Reino, y como otros profetas siguieron, aumentando o añadiendo a las profecías ya registradas en las Escrituras, entonces, si alguno rechazara las buenas noticias del Reino con el argumento de que esta fase del Reino no se encuentra en los escritos de la hermana White, significa tomar la misma posición inexcusable y fatal como los Judíos. Es como decir “Yo soy rico y me he enriquecido y no tengo necesidad de ninguna cosa.” Apoc. 3:17. Es esta actitud lo que obliga a Dios a vomitar de su boca a los Laodicenses tibios y satisfechos. El mensaje de la hora undécima ha sido arreglado a tiempo y designado para revelar el Reino Davidiano levantándose nuevamente antes del aparecer de Cristo en las nubes de los cielos. No teniendo ninguna luz directa, sin embargo, en esta fase del Reino, El Conflicto de los Siglos no podía haberse expresado en los términos definidos que el mensaje de hoy usa, ni más que Guillermo Miller podría haberse expresado
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sobre el tema de la purificación del santuario, en los términos que leemos en El Conflicto de los Siglos. Necesariamente, cualesquiera declaraciones relativas a un tema que está fuera de vista en el desenvolver del rollo, son hechas solamente en términos incidentales de verdad como es en el tiempo visto o comúnmente entendido. Y si el común entendimiento de esas declaraciones incidentales es erróneo, el escritor no puede ser hecho responsable por eso que ha recibido de otros, o visto sólo vagamente, y por lo tanto expresado muy indefinidamente. Por ejemplo, en los días de Cristo “la doctrina de un estado consciente de existencia entre la muerte y la resurrección era aceptada por muchos de los que estaban escuchando las palabras de Cristo. El Salvador conocía sus ideas, y El enmarcó Su parábola de tal manera para inculcar importantes verdades por medio de estas opiniones preconcebidas. Presentó delante de Sus oyentes un espejo donde podían verse a si mismos en su verdadera relación con Dios. El empleó la opinión prevaleciente para comunicar la idea que él deseaba hacer prominente para todos....” —Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 206, 207 Esta circunstancia es natural y común a todo escritor que se trata de Verdad Presente, comen zando con los escritores del Antiguo Testamento, y continuando desde ese tiempo y así será hasta que cada parte componente de la Verdad sea conocida. Esto es sostenido
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en la obra de Juan el Bautista. El había de proclamar no el establecimiento del Reino, sino la venida del Rey. Pero al anunciar el uno él incidentalmente tenía que contestar preguntas concernientes al otro. Cuando hablaba del Rey que venía, él se expresaba en términos de Verdad revelada. Pero cuando circunstancialmente aludía al Reino venidero, en el cual no había luz especial en sus días, el necesariamente se expresaba en términos de doctrina como comúnmente se entendían entonces.
No obstante, cuando el adicional desenvolver del rollo reveló que el Reino no sería establecido en ese tiempo, entonces los que eran honestos, y buscaban la verdad no acusaron ni a Juan ni a Cristo, sino gozosamente miraban el rollo desenrollar, jubilosamente marcharon adelante con la Verdad. No fue así con la basta mayoría de los Judíos. Su orgullo de opinión, les prohibía renunciar a sus errores y aceptar la verdad avanzando, conduciéndolos más hondo en el error. “Así fue”, dice el Espíritu de Profecía, “lo que los Judíos hicieron en los días de Cristo, y nosotros estamos amonestados para no hacer como ellos hicieron y ser conducidos a escoger las tinieblas en vez que la luz, porque había en ellos un corazón malvado de incredulidad que los alejaba del Dios viviente.”—Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, p. 30; Testimonios sobre la escuela Sabática, p. 66 Entonces El Conflicto de los Siglos y Primeros Escritos hacen el tema del Reino
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tan claro como el desenvolvimiento parcial del rollo permitió al escritor verlo, en sólo una de sus fases, al tiempo que ella escribió ambos libros.
Mientras que El Conflicto de los Siglos pueda omitir enseñar que el establecimiento del Reino y la herencia de este son dos eventos diferentes, en otra parte el Espíritu de Profecía lo hace: “Mientras los apóstoles, dice, no habían de mirar la venida del reino en sus días, el hecho de que Jesús les dijo que oraran por el reino, es evidencia que en el tiempo propio de Dios este seguramente vendrá.”.
“El reino de la gracia de Dios está siendo establecido ahora, mientras día por día corazones que han estado llenos de pecado y rebelión ceden a la soberanía del amor de Dios. Pero el establecimiento completo del reino de su gloria no tomará lugar sino hasta la segunda venida de Cristo a este mundo. ‘El reino y dominio, y la grandeza del reino bajo el cielo completo,’ ha de ser dado “al pueblo de los santos del Altísimo.’”—Monte de Bendiciones, p. 159. (inglés)
Todo Cristiano debería recordar que como la Verdad está siempre avanzando, no será encontrada hoy donde estaba ayer, y que por consiguiente los seguidores de Cristo deben avanzar con ella. Ellos no seguirán el ejemplo de los Judíos y los Romanos.
Cuando Moisés escribió la primera parte de la Biblia, a él no le fue dada toda la luz que
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Dios deseaba revelar a Su pueblo a través de las edades. Con cada hora venidera para que la Verdad avanzara, vino primero un profeta,luego otro en una larga sucesión terminando con Juan el Bautista. Luego vino Cristo, los apóstoles, los reformadores, Guillermo Miller, y la hermana White, cada uno en su turno enseñando verdades que no podían ser sostenidas enteramente por los escritos de cualquier predecesor. Para encontrar toda la Verdad progresivamente revelada, los escritos de todos deben ser colaboradas.
Por ejemplo, en el establecimiento de la ley de la Pascua, y en el mandamiento de su observancia, Moisés escribió: El cordero será sin defecto, macho de un año; tomaréislo de las ovejas o de las cabras. Y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este mes; y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.” Éxodo 12:5, 6.
La razón que Moisés dio para la celebración de la Pascua es para conmemorar la salida de Israel de Egipto (Deu.16:1-3). Juan el Bautista, sin embargo, imputa su significado a la venida de Cristo, “El Cordero de Dios” (Juan 1:29), mientras los apóstoles lo asignan a su crucifixión: “porque aun Cristo nuestra Pascua,” dice Pablo, “es sacrificado por nosotros.” 1 Cor. 5:7. Y el significado de mantener la Pascua, él entonces vincula a la ordenanza de la Cena del Señor (1 Cor. 11:26).
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Igualmente, Moisés no explicó que el sacerdocio Levítico en el santuario terrenal (Éxodo. 40:15) era solamente provisional y temporal, una figura del sacerdocio de Cristo en el santuario celestial, como los apóstoles lo explicaron (Heb. 6:19; 9:12, 26).
Fracasando en avanzar con la Verdad que avanzaba, cada generación de Judíos encontró faltas con sus respectivos profetas, culminando con los apóstoles y el mismo Hijo de Dios. Los Judíos justificaban sus acciones criminales con el argumento que las enseñanzas de sus profetas, de Cristo y de los apóstoles, no se encontraban en los escritos de Moisés. Así que mientras se jactaban de los escritos de Moisés, negaban y mataban a los profetas que vinieron después de él—una solemne amonestación para nosotros, para no hacer como ellos hicieron, y así encontrar su destino.
La principal pregunta entonces no es si los escritos de la hermana White, de Moisés o de este o de aquello otro contienen todos los mensajes para este tiempo, sino más bien, sencillamente, si todos se encuentran y se apoyan en la Biblia.
La Vara consecuentemente no reclama que su mensaje se encuentra en su entereza en los escritos de un profeta particular, sino en los escritos de todos los profetas—”un poquito aquí, y otro haya.” Isa. 28:13. Que ninguno, por lo tanto, emplee alevosamente los escritos de la hermana White, como los Judíos,
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los escritos de Moisés, contra el avance de la Verdad, y para su propio daño eternal. De todo ángulo accesible la Biblia aclara el tema del Reino, haciendo imposible que uno se equivoque si sigue precisamente lo que la Palabra dice concerniente al tema.
La Vara no enseña ni que Jerusalén será reconstruida o que no será reconstruida, como la ciudad capital del Reino, sino solamente que el Reino en su comienzo será establecido en la Tierra Prometida. Y para confirmar esta verdad, la profecía de Ezequiel da
Una Nueva División de la Tierra.
El profeta presenta una división de la tierra enteramente diferente de aquella en el tiempo de Josué (Josué.17). Ha de ser en lineas del este al oeste; Dan ha de tener la primera porción en el norte y Gad, la última porción en el sur; entre las fronteras de estas dos tienen que estar las porciones del resto de las tribus; la ciudad tiene que estar en medio de la tierra (Ezequiel.48).
El hecho de que tal división de la Tierra Prometida nunca se ha hecho, muestra que todavía es futuro. También el hecho que el santuario estará allí, por cuanto este no estará en la tierra nueva (Apoc. 21:22), de nuevo prueba que este notable establecimiento es pre-milenario.
Además, el doble hecho de que el nombre de la ciudad es “El Señor está allí,” y que su localización, de acuerdo a la
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división de la tierra, necesariamente debe en algunos respectos ser diferente de aquella de la vieja Jerusalén, muestra que la Jerusalén de hoy, la propia ciudad, tal vez no toda será reconstruida como la ciudad capital del Reino venidero. (Véase Tratado No. 12, El Mundo Ayer, Hoy y Mañana, Edición 1941, p. 52, 53.) Si la Biblia se hace clara en cualquier tema, ciertamente lo hace en el tema del Reino. Y es debido que lo haga así, porque el Reino es la esperanza culminante del Cristiano, y también es
El blanco constante de Satanás, y la repetida piedra de tropiezo de la gente.
Que el conflicto entre Cristo y Satanás es sobre esta esperanza culminante, el Reino, se ve en las instrucciones repetidas de Dios en las profecías, en los tipos y en las parábolas, del esfuerzo constante de Satanás para mantener a la raza humana fuera de este; y por último, de los seres humanos repetidamente siendo derrotados en su guerra para llegar a ser herederos de este.
Trabajando determinadamente desde el principio para hundir toda la humanidad en un infierno, Satanás consiguió su mejor estrategia engañándolos concerniente al Reino. El tuvo éxito con la mayoría de los Judíos porque ellos querían que el Reino fuera establecido antes de su tiempo asignado o no lo querían. y él está teniendo éxito con muchos Laodicenses hoy porque ahora cuando el tiempo
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asignado verdaderamente ha venido, ellos quieren tenerlo más tarde o nunca !Que paradoja! !Que ironía! !Verdaderamente, como la historia se repite, así también la insensatez!
La Biblia dice: “En los días de estos reyes [los reyes que están simbolizados por los diez dedos de la gran imagen] levantará el Dios del cielo un Reino que nunca jamás se corromperá.... El cual desmenuzará y consumirá todos esos reinos” Dan.2:44. Observe que “la piedra” (el Reino) no se hace un gran monte hasta después que hiera la imagen, mostrando que el Reino comienza en su infancia solamente con los primeros frutos, quienes pronto están de pie en el Monte Sión con el Cordero y quienes más tarde, después que ellos han cosechado los segundos frutos de los vivientes, hieren las naciones; finalmente salen de las tumbas los redimidos de todas las edades para completar el “gran monte”—el Reino completo.
Frente a estas profecías crónicamente repetidas, que ninguno sea tan necio como para decir como lo hicieron los Judíos en respuesta a las profecías de Ezequiel, “La visión que éste ve es para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste,” (Ezequiel 12:27), así acarreando sobre su cabeza el mismo terrible destino.
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Pregunta No. 43:
¿Cómo armoniza usted las enseñanzas de “La Vara del Pastor” que el Reino Davidiano ha de ser nuevamente establecido en Palestina, con “Primeros Escritos”, p.75, 76: “La vieja Jerusalén nunca será edificada”?
Respuesta:
El contexto de la declaración de Primeros Escritos revela que se refiere al Movimiento Sionista Judío, y muestra que el propósito reconocido del Movimiento de restablecer un Hogar Nacional Judío, con centro en Jerusalén, nunca se realizaría; que nunca la vieja Jerusalén sería reedificada de acuerdo con la interpretación Sionista, y nunca los Judíos no Cristianos serían súbditos del Reino. (Véase Tratado No. 8, El Monte de Sión en la hora undécima).
¿LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO EN EL CIELO O EN LA TIERRA?
Pregunta No. 44:
¿qué es el casamiento del cual se habla en Palabras de Vida del Gran Maestro, p.249 (307 inglés), y en “El Conflicto de los Siglos”, p. 426, 427? En una instancia, este dice ser “la unión de la humanidad con la divinidad”; y en otra, “el recibimiento del reino de Cristo”; y todavía en otra se dice que el casamiento “ toma lugar en el cielo, mientras [los santos] están en la tierra” esperando “por su Señor, cuando él regrese de las bodas.” ¿Podría usted aclararme este complejo tema?
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Respuesta:
Recordemos que estas figuras de hablar, junto con muchas otras, son solamente ilustraciones de verdades, no las verdades en si mismas. Por ejemplo, el establecimiento del Reino es ilustrado, en una instancia, por la “cosecha”; los súbditos del Reino, por el “trigo”; y el Reino, por el “alfolí”; Mat.13:30. En otra instancia, el establecimiento del Reino y la separación de los pecadores de entre los santos, son ilustrados por los ángeles tirando “la red” a la orilla, luego sentándose, sacando el pescado malo del bueno, y poniendo el bueno en “vasos”, pero echando el malo fuera (Mat.13:48). En esta instancia, los súbditos del Reino son representados por el pescado bueno; y el Reino mismo, por los “vasos.”
Así que, mientras es verdad que el casamiento de Cristo es la “unión de la humanidad con la divinidad”, es verdad también que el casamiento es “el recibimiento de su Reino”, porque la humanidad compone el Reino. Entonces, el casamiento es equivalente a la coronación; el Reino mismo a la ciudad, o la novia; y los invitados, a los santos, o súbditos del Reino. De aquí vemos que cuando Cristo recibe su Reino, El verdaderamente une la humanidad con la divinidad.
El recibimiento de su Reino toma lugar en el cielo mientras los santos están todavía
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en la tierra, como se le mostró a Daniel: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un Hijo de Hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronle llegar delante de él. Y fuele dado señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino que no se corromperá.”Dan.7:13,14.
Trayendo este mismo evento a un enfoque profético, Jesús declaró parabólicamente: “Un hombre noble partió a una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver.” Lucas 19:12. Note que él recibe el Reino (adquiere el dominio) mientras está lejos, no cuando él regresa. (Véase El Conflicto de los Siglos, p. 426, 427).
Así que el casamiento es la coronación de Cristo, la cual toma lugar en el templo celestial, cuando todos sus súbditos en la tierra están preparados, mientras la obra está llegando a su terminación, y la gracia a su fin. Obviamente, entonces, el casamiento toma lugar antes de que él venga a “recibir” los santos (Juan 14:3), y antes que ellos se encuentren con El “en el aire.” 1 Tes. 4:16, 17. Después es servida “la cena.”
Consecuentemente, aunque la boda toma lugar en el cielo, los santos mientras están en la tierra, son los invitados anticipados a la cena del casamiento. Luego, después que el casamiento
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es celebrado solemnemente en el Santo de lo más Santo, Jesús desciende del cielo y toma los invitados consigo mismo, para que donde él esté, ellos puedan estar también (Juan 14:1-3). Allí ellos comen “la cena de las bodas del Cordero.”—El Conflicto de los Siglos, p. 479; Apoc. 19:9. En esta instancia, mientras los santos se dicen ser los invitados, la Santa Ciudad se llama “la novia.” Apoc. 21:9,10.
De nuevo: justamente antes del casamiento, cuando los santos están todavía en la tierra, la justicia de los santos es el “lino fino de la novia” (la ciudad) Apocalipsis.19:8.
Las lecciones que se enseñan mediante esta y otras ilustraciones llegan a ser inapreciables joyas de verdad para los que presten atención a ellas.
Pregunta No.45:
Puesto que Jesús dice “El reino de los cielos entre vosotros está” (Lucas.17:21), ¿cómo, entonces, puede haber un reino terrenal?
Respuesta:
Si la declaración en cuestión significa que no habrá un Reino de Dios en la tierra, entonces por la misma índole de razonamiento debe significar que tampoco habrá un reino en el cielo, y si no hay ninguno en la tierra y ninguno en el cielo, entonces nuestra fe es vana. Pero, como siempre, el que prueba demasiado no prueba nada. Por consiguiente, para apoyarse en la
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proposición en la pregunta, significará tomar la posición que no habrá ningún reino literal, ni en el cielo ni en la tierra, sino sólo un reino espiritual en el corazón, lo cual reduce el tema a un disparate. Esto significaría jugar en las manos del enemigo, a quien desesperadamente le gustaría borrar la verdad del Reino, y colocar el Reino mismo en el olvido. Pero en esto, gracias a Dios, la Biblia nos asegura que Satanás está sentenciado al fracaso seguro.
Así que antes que el Reino de Dios esté establecido en esta tierra, debe verdaderamente establecerse espiritualmente dentro de nosotros o jamás vamos a ser elegibles cuando esté física mente establecido en “la tierra, como en el cielo.” De acuerdo a esto, el reino espiritual de Dios está dentro de aquellos que incorporaron los principios de su gobierno antes de que el Reino sea establecido físicamente. Así que el Reino de Dios “dentro” es el régimen de la vida espiritual; es un pre-requisito para una heredad en el Reino externo de Dios.
Pregunta No.46:
Si el ángel que sella los primeros frutos, los 144,000, sigue con el sellamiento de los segundos frutos, la gran multitud (Apoc. 7:9), estarán los cuatro ángeles deteniendo los cuatro vientos (Apoc. 7:1) durante el tiempo del sellamiento de ambos frutos?
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Respuesta:
Como Apocalipsis 7:14 dice que la gran multitud (los segundos frutos) “vienen de gran tribulación”, es conclusivo que los cuatro vientos serán detenidos, como el ángel ordenó, “hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios...” Apoc. 7:3. Los vientos, entonces son soltados y soplan después que los 144,000 son sellados y mientras la gran multitud está siendo reunida y sellada. Sólo de esta forma se puede decir que la multitud vino de “gran tribulación”, de “un tiempo de angustia como nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” Dan.12:1.
Pregunta No.47:
“Vi”, dice la Hermana White, “que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas, que se seguían la una a la otra. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia, cual no hubo nunca, no había comenzado todavía.” “Primeros Escritos”, p. 36. ¿Puede ser esta “ira de las naciones” la “batalla del Armagedón”?
Respuesta:
Mientras que la visión hace claro que los primeros tres eventos (el juicio de los muertos, la ira de las naciones, y la ira de Dios) se siguen la una a la otra en orden consecutivo, ocupando tres separados, distintos, y sucesivos períodos, esto no aclara el tiempo del cuarto evento—el levantamiento de Miguel.
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La ira de Dios, como se entiende comúnmente, es las siete postreras plagas (Apoc. 15:1), y es visitada durante el período entre el cierre de gracia y la segunda venida de Cristo. El juicio de los muertos, como entendido, por lo menos, por todos los Adventistas, cubre dos períodos: el primero en el tiempo de gracia, precediendo inmediatamente el juicio de los vivos, y el segundo durante el milenio. Así que con la ira de Dios viniendo en el período desde el cierre de gracia hasta la segunda venida de Cristo, la ira de las naciones puede sólo tomar lugar durante el tiempo del juicio de los vivos— durante el Fuerte Clamor del Mensaje del Tercer Ángel.
La ira de las naciones no puede entonces ser el Armagedón, porque este toma lugar en el tiempo de la sexta plaga. (Apoc. 16:12-16), en el período de la ira de Dios. La ira de las naciones y la ira de Dios son, como debemos tener en mente, dos eventos “separados y distintos”, “uno siguiendo al otro.” De acuerdo a esto, en lugar de ser el Armagedón, la ira de las naciones es el “tiempo de angustia como nunca fue”—el tiempo en que Miguel, tomando las “riendas en sus manos” (Testimonios para Ministros, p. 300), se levanta para libertar “todos los que se hallaren escritos en el libro.” Dan.12:1.
Como la ira de las naciones es en el tiempo del juicio de los vivos, —el
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Fuerte Clamor del Mensaje del Tercer Ángel,—la “ira” es obviamente dirigida contra el pueblo de Dios, no contra las naciones entre sí. Este hecho es obvio, porque las naciones han estado siempre airadas ente ellas mismas, y están airadas aún hoy, aunque estamos todavía en el tiempo del juicio de los muertos.
“La ira de las naciones” seguirá el decreto de la bestia de dos cuernos “que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos” (Apoc. 13:15); al mismo tiempo la notoria mujer, Babilonia la Grande, estará cabalgando la bestia escarlata (Apoc. 17) y gobernará las naciones. Esta “misma crisis vendrá sobre nuestra gente en todas partes del mundo”—Testimonios para la Iglesia, Tomo 6, p. 395.
Concerniente a esta ira de las naciones, la confederación mundial contra los que rehúsan adorar la bestia y su imagen, el Señor predijo mediante del profeta Zacarías: “Y será que en aquel día, que yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos. Todos los que la cargaren, serán despedazados, bien que todas las gentes de la tierra se juntarán contra ella.” Zac. 12:3.
“En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como ángeles, como el ángel de Jehová delante de ellos.” Zac. 12:8. Entonces “revestida de la
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armadura de la justicia de Cristo,” declara el Espíritu de Profecía, “la iglesia entrará en su conflicto final. ‘Hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejército en orden,’ saldrá a todo el mundo vencedora y para vencer.” —Profetas y Reyes, p. 535.
“Los que han sido tímidos y faltos de confianza en sí, se declararán abiertamente para Cristo y su verdad. El más débil y vacilante en la iglesia, será como David—dispuesto a hacer y esforzarse.” —Testimonios, Tomo 5, p. 81.
“Solamente a los que han resistido la tentación en la fortaleza del Todopoderoso, se les permitirá participar en la proclamación de ello [el Mensaje del Tercer Ángel] cuando se haya henchido hasta ser el Fuerte Pregón.”—The Review and Herald, No. 19, 1908. (Las palabras itálicas son nuestras)
Ahora si usted ha gozado, apreciado, y beneficiado de esta excursión de preguntas y respuestas a través del Respondedor No. 2, y si desea continuar con la serie, pida el Respondedor No. 3. Le será enviado por correo como cortesía cristiana sin costo y sin obligación.
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